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  • Maimará, el tesoro jujeño reconocido por la ONU

    » Sin Mordaza

    Fecha: 25/10/2025 02:57

    Ubicado en plena Quebrada de Humahuaca , a 79 kilómetros de San Salvador de Jujuy y a 2.300 metros sobre el nivel del mar , el pueblo de Maimará fue distinguido recientemente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como uno de los 52 destinos rurales más hermosos del mundo , en el marco del programa " The Best Tourism Villages" . “ Maimará trae sentimientos de otro planeta ”, afirma la artista jujeña Rocío Manzur , cuya familia vive allí desde hace más de seis décadas. La noticia fue anunciada en Huzhou , provincia de Zhejiang (China) , donde compitieron 270 localidades de 65 países . Además de Maimará, también fue distinguida Colonia Carlos Pellegrini , en Corrientes, una de las puertas de entrada a los Esteros del Iberá . Maimará se extiende a los pies de la Paleta del Pintor , una formación montañosa que parece salida de una obra de arte: los rojos, verdes, ocres, amarillos y grises de sus cerros conforman una postal única. El acceso al pueblo es sencillo, a través de la Ruta Nacional 9 , que serpentea por la quebrada entre Tilcara , Huacalera , Humahuaca , Abra Pampa y La Quiaca , donde concluye la icónica Ruta 40 . “Estamos orgullosos de ser maimareños, somos los mejores del mundo”, celebra Eva Cardenes, una vecina del lugar. “Antes nadie pasaba por acá, figurábamos en pocos mapas, y ahora somos un destino visitado”, agrega con emoción. En los alrededores, los campos fértiles, las quintas repletas de cultivos, los viñedos de altura y la gastronomía con productos locales convierten a la región en un paraíso para el viajero sibarita. Tradición, espiritualidad y color El nombre Maimará significa “estrella que cae” en lengua omaguaca, y su belleza hace honor al significado. Al atardecer, el sol tiñe los cerros de tonos casi irreales. Con unos 3.500 habitantes, la vida en el pueblo transcurre en calma: entre las quintas donde se cultivan hortalizas y frutales, los talleres artesanales y los comedores que perfuman el aire con aromas de locro, tamales, humitas o milanesas de llama. “La magia y la creación habitan en su gente”, explica Rocío Manzur, autora de La Maimareña, una canción convertida en himno local. “Es el lugar más lindo en el que se pueda vivir, el pueblo emana paz”, sostiene Cardenes, quien cuenta que en los últimos años muchas familias de Buenos Aires decidieron mudarse allí buscando tranquilidad y un modo de vida más natural. Un pueblo que florece Maimará es también un oasis productivo donde los colores de los cerros se replican en las calles: en los puestos que venden papas andinas, choclos, flores y tejidos, o en los talleres donde los artesanos ofrecen ruanas, cerámicas y hierbas tradicionales como la rica rica o el agua florida, usadas para aliviar el mal de altura. “Parece sacado de un cuadro”, dice Manzur. Su recomendación para los visitantes es sencilla: “Caminar, perderse entre las calles, llegar al río y ver el atardecer. Buena gente y pocos autos”. Frente a la plaza principal se alza una iglesia blanca que resplandece bajo el sol del altiplano. A pocos metros, una foto recuerda a Josefina Aragón, una curandera de 90 años venerada por su sabiduría ancestral. En la Quebrada, la medicina tradicional convive con la cocina heredada de siglos y con rituales que funden la fe católica con el culto a la Pachamama. Rituales, vino y festividades El cementerio Nuestra Señora del Carmen, considerado uno de los más bellos del país, se eleva sobre un cerro a la entrada del pueblo. Allí, cada 1° de noviembre, durante el Día de Todos los Muertos, las familias decoran las tumbas con flores y coronas de colores, transformando el lugar en una celebración espiritual. Según la creencia local, las almas descansan más cerca del Inti, el sol, por estar en lo alto. Durante diciembre, los vecinos preparan con esmero los pesebres navideños y las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Candelaria, mientras el carnaval llena las calles de música y comparsas. La familia de Rocío Manzur tiene una bodega llamada “El Bayeh”, una de las más importantes de Jujuy, reconocida en las cartas de los principales restaurantes del país. “Cumplimos el sueño de hacer vino en Maimará”, cuenta. La fiesta de la vendimia, que organizan cada año, reúne arte, gastronomía y música en un homenaje a los frutos de la tierra. El orgullo de Jujuy con reconocimiento internacional La distinción de la ONU despertó gran entusiasmo entre los habitantes. El organismo valoró a las comunidades que “son ejemplo de destinos de turismo rural con bienes culturales y naturales reconocidos, que destacan su identidad y estilo de vida”. En años anteriores, otras localidades jujeñas como Barrancas (2024) y Caspalá (2021) también fueron premiadas. Para Manzur, el reconocimiento refleja la autenticidad del lugar: “La cultura aquí es genuina, es sentida, está viva. Pasado, presente y futuro, juntos: es mágico”, concluye con orgullo. Fuente: Ambito

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