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» Diario Cordoba
Fecha: 23/10/2025 10:34
El suicidio de Dorothy Hale, un cuadro de 1939, fue pintado por Frida Kahlo. Ella no tuvo otra ocurrencia que responder así al encargo de la mejor amiga de la bella actriz suicidada. Dicen que esta invitó a sus amigos a una fiesta antes de un viaje largo que, según ella, haría. Tras la fiesta, se fue al teatro con alguno de ellos y volvió a ese apartamento del que se arrojó por la ventana. La encontraron con un vestido negro de terciopelo que, parece, era su favorito. Frida no tuvo otra cosa que retratarla en pintura cayendo al vacío del rascacielos y muerta en el suelo sobre un charco de sangre. La amiga de Dorothy Hale casi se desmaya al verlo. En realidad, todos deberíamos desmayarnos ante semejante acto de desesperación y dolor. El reciente fallecimiento de la niña Sandra Peña tendría que ser, de verdad, una señal de alarma generacional. El modo en que nuestros niños y adolescentes banalizan el acoso, la persecución a los demás, la violencia… roza los tintes psicópatas. Estos individuos tienen ahora un arma tan peligrosa como las redes sociales, que deja a la víctima sin descanso ni un refugio seguro para sus acusaciones o insultos en todo el día. Todos les estamos fallando, todo el sistema, aunque eso no justifica ajusticiar en redes sociales a quien se considere culpable y convertirte tú en otro acosador. En la mayoría de las ocasiones, los padres de esos chicos o chicas abusadores justifican las acciones de sus hijos como que ‘son cosas de niños’… y es cierto. Son cosas de niños, pero, quizás cosas de ‘niños salvajes’. Así de triste es la realidad: el mundo está lleno de niños y niñas así que algunas veces tienen padres iguales, incluso existen -para nuestra desgracia- los profesores, orientadores o directores de centros (sean públicos o no) que les molesta este tipo de imagen y miran para otro lado. El nivel de destrozo de la enseñanza secundaria ha convertido a muchos institutos en manicomios, sin que hagamos nada para defender y proteger nuestra educación. En el mundo hay personas que son fuertes para no someterse a esta gentuza pero, a veces, también son sensibles: ni se someten fácilmente (son fuertes, bailarle el agua a los abusadores es la salida más cobarde y fácil, callando o mirando para otro lado) pero tienen suficiente bondad para no querer responder a las agresiones aunque, por desgracia, también tienen la sensibilidad de percibir la agresión como la salvajada que es... hasta no poder más. Aquí hay tres víctimas junto a la niña. ¿Cómo se quedan sus padres ahora pensando si, por mucho que hicieron, fue suficiente? ¿Quién puede aguantar esa tortura? ¿Cómo se queda ese hermano? Para desmayarnos. *Artista y profesora de Universidad
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