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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/10/2025 15:04
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente argentino, Javier Milei, en la Casa Blanca (Reuters) Las gestiones de Estados Unidos ante la Argentina para que limite la influencia de China se intensifica en un momento en que el país sudamericano depende de un salvavidas financiero de USD 40.000 millones proveniente tanto del gobierno estadounidense como de bancos de inversión, según una nota exclusiva de The Wall Street Journal. Este esfuerzo diplomático y económico se produce mientras la administración de Javier Milei enfrenta desafíos severos para implementar su ambicioso programa de reformas y contener una inflación descontrolada. En las últimas semanas, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha mantenido conversaciones con el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, centradas en restringir el acceso chino a recursos estratégicos del país, como minerales críticos y, especialmente, el uranio. Personas al tanto de estas negociaciones indicaron a The Wall Street Journal (WSJ) que también se ha discutido la posibilidad de ampliar el acceso estadounidense a las reservas de uranio argentinas. El trasfondo de estas gestiones es la preocupación de Washington por el avance de China en sectores clave de la economía argentina. Funcionarios estadounidenses buscan contrarrestar la presencia de Beijing alentando a las autoridades argentinas a priorizar acuerdos con empresas estadounidenses, con el objetivo de reactivar proyectos de infraestructura y fomentar inversiones en áreas como las telecomunicaciones. La relación comercial entre Argentina y China es de gran envergadura: el país asiático es el segundo socio comercial de Argentina, solo superado por Brasil, y el principal comprador de sus exportaciones agrícolas. Esta posición ha convertido a China en un actor central en la economía argentina, lo que complica cualquier intento de Washington de desplazar su influencia. Funcionarios estadounidenses buscan restringir el acceso chino a minerales críticos y uranio argentino. En la foto, Scott Bessent y Luis Caputo Un portavoz del Departamento del Tesoro estadounidense declaró a WSJ: “Estabilizar Argentina es ‘America First’. Una Argentina fuerte y estable ayuda a anclar un hemisferio occidental próspero, lo cual es explícitamente de interés estratégico para Estados Unidos”. Por su parte, una portavoz del Ministerio de Finanzas argentino evitó hacer comentarios, y el equipo de prensa del presidente Javier Milei no respondió a las solicitudes de información. El contexto económico argentino es crítico. Tras recortes en el gasto público y medidas impopulares para reducir el déficit, el gobierno de Milei enfrenta pagos de deuda crecientes para el próximo año y reservas internacionales en descenso, mientras la población busca refugio en el dólar ante la proximidad de las elecciones legislativas. La derrota del partido de Milei en una elección provincial en septiembre provocó una fuerte depreciación del peso y evidenció el desgaste del apoyo popular a las reformas promercado. En este escenario, Luis Caputo viajó a Washington para negociar asistencia financiera. El resultado fue un acuerdo por un swap de divisas de USD 20.000 millones con el Departamento del Tesoro y la promesa de una línea de crédito adicional, también de USD 20.000 millones, liderada por bancos, aunque aún pendiente de estructuración y garantías. Uno de los puntos centrales de las conversaciones entre Caputo y Bessent ha sido el pedido estadounidense de que Argentina frene el avance chino en sectores estratégicos. Según fuentes citadas por The Wall Street Journal, la administración de Donald Trump ha dejado claro a Milei que espera una limitación de los vínculos con China. Durante una reunión en la Casa Blanca, Trump expresó: “Puedes hacer algo de comercio, pero ciertamente no deberías ir más allá de eso. Ciertamente no deberías hacer nada relacionado con lo militar con China. Y si eso está ocurriendo, me molestaría mucho”, dijo Trump a Milei, y luego se dirigió a Bessent para enfatizar su postura. El interés de Estados Unidos se extiende a sectores como las telecomunicaciones y el acceso a internet. Funcionarios del Tesoro han transmitido a altos cargos argentinos su deseo de que empresas estadounidenses sean el principal proveedor de estos servicios, desplazando a compañías chinas. Actualmente, la presencia china es significativa: la empresa local Telecom Argentina recibió recientemente un préstamo de USD74 millones del Bank of China, y Huawei opera una red de telefonía móvil 5G en el país. La influencia de China no se limita a las telecomunicaciones. El gigante asiático financia la construcción de una central nuclear con tecnología propia y mantiene inversiones relevantes en proyectos mineros, buscando ampliar su acceso al uranio argentino ante el aumento de la demanda eléctrica. Sin embargo, la constitución argentina otorga a las provincias la propiedad de los recursos minerales, lo que limita la capacidad del gobierno nacional para comprometerse con Washington sin el respaldo de los gobernadores provinciales. El debate sobre la relación con China ha generado declaraciones públicas de alto voltaje. En una entrevista con Fox News, Scott Bessent afirmó que Milei está “comprometido a sacar a China de Argentina”. Posteriormente, Bessent escribió en redes sociales: “No queremos otro Estado fallido o liderado por China en América Latina”. Estas afirmaciones provocaron la reacción de la embajada china en Buenos Aires, que calificó los comentarios de Bessent como un reflejo de una mentalidad de Guerra Fría que atenta contra la independencia latinoamericana. No obstante, desde el gobierno argentino se ha intentado matizar la situación. En una entrevista televisiva reciente, Javier Milei negó que su administración vaya a romper relaciones con China y aseguró que la Casa Blanca no le ha solicitado tal medida. “No, no, eso no es cierto”, respondió Milei ante la pregunta sobre un eventual abandono de los lazos con China, y recordó que tanto Caputo como el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, se reunieron con funcionarios chinos durante los encuentros anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La disputa por la influencia en Argentina se produce en un contexto de crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Pekín ha impuesto restricciones a la exportación de minerales de tierras raras, esenciales para la industria tecnológica, mientras que Trump ha amenazado con aranceles adicionales del 100 % a China a partir del 1 de noviembre. Se prevé que Trump y el presidente chino Xi Jinping se reúnan en Corea del Sur a finales de mes. El gobierno de Trump ha convertido la contención de la influencia china en América Latina en una prioridad de seguridad nacional, presionando a otros países de la región para que reduzcan sus vínculos con Pekín. El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Alvin Holsey, declaró ante el Congreso en febrero que China está “atacando los intereses estadounidenses desde todas las direcciones” en América Latina.
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