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  • Carlos Del Frade: «No se trata de frenar a Milei, se trata de cortar la dependencia»

    » El Ciudadano

    Fecha: 21/10/2025 14:03

    Por Luciana Mangó y Daniel Zecca El candidato a diputado nacional del Frente Amplio por la Soberanía (FAS), Carlos del Frade, alertó por las consecuencias del plan de ajuste y los acuerdos entre el gobierno de Milei y EE.UU, al tiempo que dejó en claro lo que supone vendrá como política central después de las elecciones del domingo: «El 27 de octubre empieza la demolición del derecho laboral en la Argentina». En su paso por el stream El Ciudadano Política, que se emite todos los martes a las 13.30 por el canal de YouTube del diario, Del Frade apostó por su visión humanista de la política: «Si vos ponés trabajo, educación, cultura, alegría y deporte en un barrio, vas a ver que las cosas cambian». Al mismo tiempo, se diferenció de otros sectores de la oposición, y aclaró: «No se trata de frenar a Milei, se trata de cortar la dependencia». En relación a sus chances electorales, señaló: «Esta vez vamos a llegar al Congreso de la Nación” —¿Seguís repartiendo tus libros en colectivo por toda la provincia? —Sí, claro, no hay nada más lindo que esa frontera que yo defino como frontera de los bares de las terminales, porque ahí te encontrás con lo que significa el ida y vuelta de la gente, por motivos múltiples. Y ahí siempre te encontrás con el pulso verdadero de la realidad. Así que no lo quiero perder nunca. —¿Cómo te encuentra esta elección en términos personales y políticos también? ¿Es un punto justo o cayó a destiempo? —Lo de los puntos justos de la vida para mí es un misterio. Debería tener menos soberbia y saber realmente que en el universo hay cuestiones inescrutables. Si hay algo inescrutable de saber es qué momento existencial estás atravesando. Yo la verdad que no gasto más el tiempo sabiendo cómo es ese momento en mi vida. Lo que sí te puedo decir que estoy muy bien y que estoy con una enorme ansiedad para dejar en esta última elección a diputado nacional -porque es la última vez que me voy a presentar como candidato a diputado nacional-. Quiero dejar lo mejor armado posible, con la mayor cantidad de votos al Frente Amplio por la Soberanía para que después toda la muchachada que viene por detrás, es un espacio de 11 espacios políticos, estén de la mejor manera posible para la gran discusión que viene en el 2027. Así que yo tengo una gran ansiedad, espero que nos vaya muy bien. Espero que nos vaya como me transmite la gente, que me está transmitiendo de una manera increíble todo el aliento para que lleguemos. Y esta vez vamos a llegar al Congreso de la Nación. Así que estoy con una enorme ansiedad, en un excelente momento, porque decidimos decir absolutamente todo lo que sentimos, todo lo que pensamos, todo lo que para nosotros es la provincia, pero es también la Argentina. Hoy la Argentina ha desaparecido como país independiente y eso a mí me genera mucho dolor, mucha bronca. Me gustaría que se despierte la gente de lo que significa ser una semi-colonia. Esa estrella que hoy está oculta en la bandera yanqui, me da mucha bronca eso. Que cuando vos pronunciás Belgrano, San Martín, no te diga nada, que sea una plaza. Me da mucha bronca eso, mucha tristeza. Así que hay que pelear contra la dependencia, hay que cortar la dependencia. No se trata de frenar a Milei, se trata de cortar la dependencia. De eso se trata. Estoy muy bien, pero con ganas de pelear por recuperar la Argentina. Hoy la Argentina es de cualquiera, menos de los argentinos. —¿Sentís frustración porque el discurso de lo público y de lo político desconoce todo lo que en algún momento fue importante para nosotros? —Totalmente. —¿Y cómo se combate eso? —Somos un montón de pedacitos dispersos en esto de no saber bien cuál es el momento existencial, pero también somos un montón de pedacitos dispersos por dentro en esto de que por allí te aparece esa idea de frustración, claro que aparece. Pero después lo que me aparece con absoluta nitidez es que no cuenten conmigo para ninguna resignación. Hoy para mí la resignación es sinónimo de complicidad. Entonces, lo que sí siento, y eso le da sentido a mi vida, es que hasta el último momento tenemos que volver a hablar de historia argentina, de derecho laboral, de derechos humanos, cuestiones que creíamos efectivamente que en el 83 se habían conquistado de ahí hasta la eternidad. Bueno, no, la eternidad duró poco. Entonces, para mí es indispensable separar esas cuestiones y saber que necesitamos volver a empezar. Yo siempre digo que lo único que se defiende es lo que se ama. Ahora, para amar tenés que conocer. Y como hay una fenomenal política de desconocimiento, absolutamente planificada, porque al no amar no defendés, entregás todo, como está pasando hoy en Rosario, en Santa Fe, en la Argentina, hay que volver a hacer pedagogía de todo aquello que nosotros creímos. Y yo creo que hay cuestiones necesarias. Cuando vos contás la historia de una manera diferente, ya los pibes dicen, «Bueno, che, San Martín es algo más que una avenida, es mucho más que una plaza, la bandera es algo más que la camiseta de la selección de fútbol, esponsoreado por gente que quiere robarle todos los pibes”. — Tomar esa frustración para dar batalla, ¿es un motor? —Es un motor. Claramente. No voy a renunciar jamás a la historia argentina. Somos esa cuarta dimensión que me incluye, que incluye a mi mamá, mi papá, mi abuela, mi abuelo, todos laburantes. El día del arquero voy a renunciar a eso. Me da mucho orgullo, mucha pasión. Es lo que te hace sentir que tiene sentido algo. Vos formás parte de un pueblo. Es mentira lo que te dice el algoritmo y el celular. Vos formás parte de un pueblo y lo más maravilloso es saber que ese pueblo tiene una historia que te incluye siempre, aunque vos desprecies a tu pueblo, la historia de tu pueblo te hace ser lo que sos. —Esta idea del colectivo que por ahí está tan desvirtuada en los últimos tiempos con esta cuestión del individualismo. —Es lo que te mete especialmente el dataísmo, que llega con el celular, pero eso más temprano que tarde se hace pedazos, porque cuando vos le hablás a los pibes de la inteligencia artificial, se empieza a derivar sobre esta cuestión de si la inteligencia artificial te hace gambetear la muerte. Lo preguntamos. Y un pibe nos dijo: «Me gustaría volver a ver a mi abuela”. «¿Cómo te gustaría ver a tu abuela de forma virtual?», preguntamos. “De forma personal”, contesto. Chau, ganaste. Ahí, la ganaste porque el pibe necesita esa presencia personal. Y otro pibe dice: «Nos estamos juntando en un grupo de WhatsApp, pero es más lindo cuando vamos juntos a la costanera de Santo Tomé”. Ganaste. —Tu discurso toma en cuenta desde la política cuestiones como el celular, o situaciones dramáticas de la vida como la tasa de suicidio en una sociedad. O la angustia. ¿Esta revalorización del humano que vos hacés es tu clave política? —Es lo que hoy siento que me identifica con todas las corrientes que realmente quieren transformar la realidad. Yo digo que los sectores de izquierda, los sectores del cristianismo en serio, no el cristianismo bobo que existe, sino el cristianismo en serio, el que quiere echar a los mercaderes del templo. Ese cristianismo de verdad, el que dice «es mucho más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja antes que un rico entre en el reino de los cielos». Ese cristianismo verdadero nos identifica a todos es la idea de un humanismo beligerante. Entonces, yo creo que la gran utopía de unidad es un humanismo beligerante en donde cada persona tenga derecho a defender su sueño y a soñar. Ahora, para eso tiene que democratizarse la idea de futuro. Hoy la palabra futuro es una de las menos pronunciadas por las pibas y los pibes. Le mete miedo a una piba y un pibe a hablar de futuro. Entonces, claramente el humanismo tiene que ser un humanismo beligerante. Decir y no decir es el 100% de diferencia. —Beligerante. ¿Hasta dónde llega esa palabra? —Hasta donde se pueda. La beligerancia pasa por primero independizar la cabeza, soberanía de la cabeza, para después lograr esto que para mí es fundamental: hoy la Argentina no existe como país independiente. Hay que tomar conciencia de eso y que es indispensable dejar de ser esa estrella, además oculta en la bandera yanqui. En cualquier momento este tipo que hoy está en la Casa Rosada, directamente vinculado al narcotráfico, dicho sea de paso por Milei lo estoy diciendo, en algún momento te vas a convertir en un estado asociado a los yanquis. Paremos, hay que despertar. La Argentina no existe más como país independiente. Hay que volver a pelear por esa independencia hoy. —Esa pelea, ¿por dónde pasa? —En primer lugar, por tenerlo en cuenta, tomar conciencia. —Vos hablabas de que no querés perder el termómetro social. Bueno, ¿qué te dice a vos ese termómetro? ¿Qué escuchas de las personas? —La gente tiene varias preocupaciones. La cuestión del laburo es como en los años 90, pero peor, porque la gente te cuenta que es docente y no le alcanza. Entonces, a la tarde le pide prestado un auto a alguien para hacer de Uber. Peor, cada vez más tiempo para laburar, cada vez menos tiempo para vivir. Ahí aparece la angustia, el rencor, la anulación de la persona como alguien creativo. Entonces eso aparece mucho y después aparece la enorme soledad. Si hay algo que construye la cuestión del celular es la supuesta seducción de que estás comunicado con todo el mundo, pero después una infinita soledad, que además eso es lo que el contexto acompaña, que se hayan duplicado prácticamente los suicidios en la Argentina y en la provincia de Santa Fe en los últimos dos años. —Ya dijiste por dónde va la elección y qué es lo que está en juego, pero ¿por qué hay que votar al FAS y no, por ejemplo, a otras opciones de centroizquierda? ¿Qué es lo que los distingue? —Nosotros somos izquierda nacional. En primer lugar, es una izquierda que tiene lo mejor de esas historias emancipadoras del origen del radicalismo, del origen del peronismo, del origen del socialismo, de las corrientes que hicieron que en la Argentina 30.000 personas fueran desaparecidas porque creían que la felicidad era un derecho de las mayorías y no solamente la propiedad privada del que lo pueda comprar. Somos una izquierda nacional directamente vinculada y consciente con la historia de lo cercano a lo lejano. Eso es lo que nos diferencia con otras izquierdas a quienes por otro lado respetamos. Pero esto es una izquierda nacional. Nosotros peleamos contra la dependencia. Si nosotros somos socios de sectores económicos o sectores mafiosos, no vamos a llegar a eso. Entonces, los sectores de lo que nosotros denominamos el PS, el Partido Único Santafesino, el pejotismo, por un lado, el radicalismo degenerado hacia la derecha, la dirigencia del socialismo absolutamente apartada junto al PRO, eso hoy no representa el pensamiento original de cada una de esas fuerzas que nosotros respetamos, queremos y admiramos. Entonces, claramente vamos por afuera de eso. Y como en esta elección se define cuáles son las mejores voces para representar al pueblo santafesino, nosotros estamos convencidos de que dentro de esas listas hay sectores que tranzaron con las grandes empresas, que tranzaron con delincuentes de guante blanco como Vicentín, que miraron para otro lado o formaron parte de cuestiones que deben investigarse, vinculadas al narcotráfico, a negocios de medicamentos. No tenemos nada, pero nada que ver, porque esos sectores te van a terminar traicionando por más luminosas presencias que tengan esas listas. Entonces, nosotros vamos por afuera de esos sectores, hacemos un camino dificilísimo, pero siempre nos mantuvimos en el mismo lado. Izquierda nacional, nunca con sectores dirigenciales que creen o se definen como que expresan lo que sienten las bases. Tengo mis dudas. Tengo mis dudas. Entonces, por afuera de esos espectros dirigenciales, nosotros, como el Frente Amplio por la Soberanía, somos cuarta fuerza política en la provincia y vamos a ser la cuarta fuerza política que represente dentro de los nueve diputadas y diputados que se eligen en la provincia a partir del 10 de diciembre en el Congreso de la Nación. Porque la gente también siempre elige un camino diferente. Quizás este 26 nos elijan a nosotros. —Con respecto a eso, ¿qué expectativas tenés? ¿Qué vislumbrás para el resultado de estas elecciones? —Hay una vieja película del 79, con una maravillosa actriz, Sigourney Weaver, que hizo Alien: el octavo pasajero. Nosotros vamos a ser el octavo pasajero que representa a la provincia de Santa Fe en el Congreso de la Nación. Como era una película de terror, nosotros vamos a ser el Alien de la provincia Santa Fe que le meta terror al poder económico en Argentina. —Si tuvieras que elegir la peor característica entre todas las que tiene este gobierno de Milei, ¿qué elegirías? —El desprecio por lo humano. Es antihumanismo beligerante, como dice un gran filósofo francés que nosotros citamos en el libro, Éric Sadin. Su libro se llama Antihumanismo beligerante y Milei es la mayor expresión individual de esa corriente, que además es política, filosófica, comunicacional, es antihumanismo beligerante. El primer recorte que hizo fue eliminar los subsidios de las bibliotecas populares. Tenés que ser muy fascista para eliminar algo que hace que en cualquier pueblito de cualquier lugar que sea, haya una biblioteca popular. Es algo maravilloso que haya bibliotecas populares todavía, resistiendo en el interior de los pueblos santafesinos, en el interior de la Argentina. Lo primero que eliminó el tipo. Tenés que tener una saña muy especial para saber que tenés que eliminar primero la asistencia de las bibliotecas populares. Derecho contra los libros, contra la posibilidad del libre pensamiento. El que habla tanto de libertad. —Destruir la cultura es un objetivo fuerte de la derecha. —Si no hay una matriz cultural de domesticación, es imposible que un pueblo sea dependiente. Acá sí se planificó la domesticación a partir de la destrucción de esa cultura y esa idea de enseñarte a despreciar lo propio, como ha pasado. Entregás todo y terminás siendo un gran negocio económico y político. —Hablando de entrega, de desprecio de lo propio, qué consecuencias pensás que puede llegar a tener este acuerdo o salvataje de Estados Unidos. —Yo creo que lo que viene es un una nefasta profundización del saqueo. Yo creo que van a venir por lo que vinieron en 1955 en la Argentina. Que fue, no solamente la introducción al Fondo Monetario Internacional en Argentina, a partir de 1955, sino la demolición del derecho laboral. Lo que nunca le han perdonado al peronismo histórico fue el derecho laboral, porque se hizo ejemplo en el mundo. A eso le llamaron después costo argentino. Todas las dictaduras que vinieron después vinieron con la idea de eliminar el costo argentino. En buen romance era eliminar el derecho laboral. Jamás se lo perdonaron. Por eso John William Cook, un representante de la izquierda nacional, casi uno de los principales motores, decía que el peronismo era el hecho maldito del país burgués. ¿Por qué? Porque había parido algo distinto, el derecho laboral que fue copiado en distintos lugares del mundo. Eso va a venir en Argentina. El 27 de octubre empieza la demolición del derecho laboral en la Argentina. Y como eso va a generar miles de despidos, van a parirse nuevas diligencias sindicales, por la traición de los antiguos. Va a haber mucha movilización social y van a necesitar del ejército para meter miedo y eso lo están preparando con el discurso permanente del narcoterrorismo. Por eso Patricia Bullrich en estas últimas horas salió a hablar de un proyecto del río Paraná, sabiendo que ya el río Paraná lo controla el Comando Sur del Ejército norteamericano, sabiendo que hace 47 años tenemos toneladas de cocaína saliendo por el Paraná. Lo hace con gran hipocresía, pero la excusa va a ser el combate al narcotráfico y va a haber control social a las manifestaciones frente a este saqueo que empieza con lo laboral. Eso es lo que creo que va a pasar el 27. Y frente a esto ya hay gente que desfila para ser los virreyes racionales de la colonia. Y los virreyes racionales de la colonia tienen como principal figura a Maximiliano Pullaro, a Llaryora, a Frigerio de Entre Ríos. Esos son los virreyes racionales que van a completar esta época de quebrar la espina dorsal de la dignidad del pueblo argentino, que es el derecho laboral. Eso es lo que veo. Entonces, frente a eso, medias tintas, ¿no? Tenemos que pelear, tenemos que cortar la dependencia. Cortar la dependencia. Y eso va más allá de esta figura patética que es la figura del presidente de la Nación. Bien, de ahí también el humanismo beligerante. —Sos un especialista en investigar toda la cuestión que rodea al mundo narco, especialmente en Rosario. ¿Cuánto tiempo hay para resistir ese avance y cuáles deberían ser las reacciones del Estado? —El problema es el capitalismo, diría Clinton. En realidad es eso. El capitalismo necesita del narcotráfico. Jamás lo va a combatir en serio. El narcotráfico de verdad es experto. El narcotráfico de verdad es MIlei. El narcotráfico de verdad es Vicentín. Eso es el narcotráfico. Los bancos. Esos son los verdaderos narcos de la Argentina, de América Latina y del mundo. Esos son los verdaderos narcos. Necesitan de eso. Pero el problema grande es que para convertir a alguien en consumidor-consumido lo que hacen es, a partir de los celulares y todo eso, hacernos permanentemente individualistas y consumidores desde que nacemos. Así que la pelea es larga, pero se puede desde lo coyuntural político hacer otra cosa. ¿Cómo se recupera un barrio? ¿Con gendarmes, con policías federales, con ametralladoras? No. Se recupera con trabajo, educación, cultura, alegría y deporte en el barrio. En algún momento los sectores políticos, aunque quieran el capitalismo, aunque le vean una cara linda al capitalismo, más temprano que tarde, si son buena gente, van a empezar a ver que la construcción en serio de una sociedad nueva necesita presupuestos al revés, que pongan trabajo, educación, cultura, alegría y deporte en los barrios, para empezar a empatarle a ese permanente saqueo de las almas y de la cabeza de nuestros pibes. Si vos tenés un presupuesto histórico en Santa Fe del 2% para el Ministerio de Desarrollo Social y del 9 o 10% para el Ministerio de Seguridad, está todo mal. Yo por eso voté siempre en contra de los presupuestos en la provincia de Santa Fe. Está todo mal, porque ese presupuesto en seguridad es ponerle plata al Estado para comprarle a las empresas privadas que le venden al Estado lo que supuestamente se necesita, armas, patrulleros, las pistolas que vende el marido de Bullrich, las Taser, y todas esas cosas. Bueno, ese es el negocio que hacen los privados de un Estado que se hace bobo y cómplice al servicio de las grandes empresas. Por eso el presupuesto en Desarrollo Social se debe quintuplicar y bajar el otro. Vas a ver que las cosas cambian. Si vos ponés trabajo, educación, cultura, alegría y deporte en un barrio, vas a ver que las cosas cambian. Lo que pasa que es mucho más fácil y sencillo tener un Estado bobo y cómplice, porque hacés negocios con el dinero del Estado.

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