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Concordia » Hora Digital
Fecha: 21/10/2025 11:19
Sarkozy fue trasladado a la cárcel de La Santé en París tras ser condenado por asociación ilícita y financiación ilegal de campaña. Su defensa denuncia una “persecución judicial”. El ex presidente francés Nicolas Sarkozy ingresó este martes en la prisión parisina de La Santé para cumplir una condena de cinco años por asociación ilícita y financiación ilegal de campaña electoral. Este hecho representa un hito en la historia reciente de Francia, ya que es la primera vez que un ex mandatario es encarcelado tras una sentencia penal firme emitida por los tribunales. En horas de la mañana, Sarkozy salió de su residencia en París acompañado por su esposa, Carla Bruni, y su equipo de abogados. El traslado hasta la unidad penitenciaria estuvo custodiado por un amplio operativo de seguridad y fue seguido por simpatizantes que corearon su nombre y entonaron el himno nacional en las inmediaciones del penal. El tribunal responsabilizó a Sarkozy de haber participado en una operación para captar fondos no declarados provenientes del régimen de Muamar Gadafi en Libia, destinados a financiar su campaña electoral de 2007. Aunque el fallo estableció la existencia de una estructura deliberada para canalizar donaciones ilegales hacia la campaña, no probó que Sarkozy hubiera recibido o utilizado personalmente ese dinero. El ex presidente ha negado en todo momento haber cometido delito alguno y calificó el caso como un “escándalo judicial”. Tras ingresar a prisión, declaró: “No es un ex presidente de la República quien está siendo encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente”. Además, afirmó sentirse víctima de “una venganza que ha llevado el odio a un nivel sin precedentes” y agregó: “La verdad triunfará. Pero el precio a pagar habrá sido demoledor”. La defensa de Sarkozy solicitó su libertad provisional mientras se resuelve la apelación en segunda instancia, trámite que podría definirse en el plazo de un mes. Por ahora, el ex mandatario permanece recluido en una unidad de aislamiento diseñada para personas de alto perfil, con condiciones diferenciadas que incluyen celda individual, ducha privada y acceso restringido a teléfono y televisión. La entrada en prisión de Sarkozy generó diversas reacciones en el espectro político francés. Dirigentes conservadores y miembros de su partido expresaron apoyo y solidaridad, mientras que sectores de la sociedad y la opinión pública interpretaron la medida como una señal de cambio en la aplicación de la ley a los responsables políticos. Una manifestante en las puertas de La Santé declaró: “Nicolas Sarkozy no es un criminal. Sentimos que el sistema judicial está tomando el poder, y eso no es bueno para Francia”. En días previos a su reclusión, el presidente Emmanuel Macron mantuvo un encuentro reservado con Sarkozy. Por su parte, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, anunció su intención de visitarlo en prisión y defendió su papel como responsable de supervisar la seguridad de ex mandatarios, aclarando que “no afecta de ninguna manera a la independencia de los jueces, sino que se enmarca en el deber de vigilancia del jefe de la administración que yo soy, responsable ante el Parlamento según el artículo 20 de la Constitución”. Sin embargo, sectores de izquierda criticaron estos gestos, advirtiendo sobre posibles interferencias entre los poderes del Estado. Sarkozy, último presidente conservador de Francia (2007-2012), perdió influencia en la derecha tras su derrota en las primarias de 2016 y el avance de sus causas judiciales, que incluyen una condena firme por corrupción de un año de prisión, pena que cumplió con brazalete electrónico a comienzos de este año. Nacido en París en 1955, Sarkozy es abogado y diplomado en ciencias políticas. Hijo de una familia de origen húngaro y judío, fue alcalde de Neuilly-sur-Seine a los 28 años, diputado a los 33 y ministro de Presupuesto a los 38. Su carrera política ascendió bajo la tutela de Jacques Chirac, aunque luego se distanció de su mentor para buscar el liderazgo conservador, que alcanzó tras ganar las elecciones presidenciales de 2007 frente a Ségolène Royal. Durante su mandato impulsó reformas laborales y de pensiones, aunque su imagen quedó marcada por un estilo personalista y una aproximación a postulados de derecha dura. Casado en tres ocasiones, su última esposa es la ex modelo y cantante Carla Bruni, y es padre de cuatro hijos. (Con información de EFE y AFP)
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