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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 20/10/2025 21:02
“Continuamos con el relato de nuestro viaje, y esta vez el destino elegido fue Albania, un pequeño país europeo en la costa este del Mar Adriático. Elegimos Albania por la creciente publicidad de su riviera, playas, y los bajos costos para alojarse y comer. Llegamos a Tirana, su capital, y en el primer instante advertimos un “caos” impropio de los países europeos conocidos: el aeropuerto colapsado y las calles linderas con un tráfico inusual y poco ordenado. La misma impresión nos llevamos cuando recorrimos las rutas para llegar al centro de la ciudad: con el auto de alquiler fue muy complicado sortear la marea de tránsito que desbordaba de la ruta. Y no era hora pico, el tránsito es así de complejo por la poca infraestructura en general. Siempre que conocemos un lugar nuevo nos gusta tener referencia de una guía local que nos cuente un poco del destino elegido. Esta no fue la excepción, y contratamos una guía albanesa que hablaba a la perfección el español. Mientras paseábamos por Tirana, la guía nos contaba características de su país, sin fanatismos y con mucha objetividad. Albania es un país multicultural, con una población de 2 millones de albaneses viviendo en Albania y 5 millones viviendo en el exterior. Es que su historia nos lleva a una tierra atravesada por el imperio romano, otomano, las dos guerras mundiales, y por último casi 50 años de comunismo, hasta que en 1991 llegó el tiempo de la República. Desde entonces a la fecha, Albania busca su rumbo: mirar a occidente o a oriente. Su estratégica posición geográfica contrasta con una sociedad que no logra ponerse de acuerdo: “la mitad de la sociedad quiere entrar a la Unión Europea y la otra parte pareciera no querer progresar”, nos contaba la guía. Y eso lo notamos en su arquitectura: una ciudad con resabios de arquitectura soviética, edificios seriados al estilo comunista, y de repente edificios modernos que le hacen el guiño al progreso. En cuanto a lo religioso, la mayoría de la población es musulmana, con infinidad de mezquitas por todo el territorio, y el resto católica, con menor cantidad de templos cristianos. Durante el comunismo, estaba prohibido profesar cualquier fe, y los templos fueron destruidos o convertidos en comercios. Actualmente se han recuperado varios de los edificios, y está “mal visto” ser ateo, ya que se relaciona directamente con el comunismo.” Continuará…
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