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Federal » El Federaense
Fecha: 20/10/2025 17:36
Transformaciones en el Comercio Internacional y sus Efectos en Argentina Transformaciones en el Comercio Internacional y sus Efectos en Argentina Desde los años 70, el comercio internacional ha experimentado una expansión significativa, pero ha enfrentado una desaceleración desde 2008, marcada por factores como la crisis financiera y tensiones geopolíticas. Argentina tiene la oportunidad de posicionarse como un proveedor confiable en un contexto global cambiante, aprovechando sus recursos estratégicos y su capital humano. Las proyecciones de crecimiento para 2025 indican un aumento moderado en las exportaciones, aunque las dificultades internas pueden limitar su sostenibilidad a largo plazo. Evolución del comercio global desde los años 70 Desde la década de 1970, el comercio internacional ha experimentado una expansión sin precedentes. La relación entre exportaciones e importaciones respecto al Producto Bruto Interno (PBI) mundial creció del 20% al 55% entre los años 70 y principios de 2000. Este crecimiento fue impulsado por la liberalización comercial, la integración del capitalismo a escala global y la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Durante este período, la eficiencia y la reducción de costos se convirtieron en las principales motivaciones empresariales. El fenómeno del offshoring, que consiste en trasladar la producción a países con salarios bajos, se consolidó como una estrategia clave. Un ejemplo emblemático es el de Apple, que trasladó su producción a China mientras mantenía en Estados Unidos las actividades de mayor valor agregado. Sin embargo, la crisis financiera de 2008 marcó un punto de inflexión, estabilizando la apertura comercial mundial en torno al 55% del PBI y dando paso a una fase de según declaraciones públicas previas, caracterizada por un aumento del proteccionismo y un entorno geopolítico volátil. Los recientes shocks, como la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, han evidenciado la fragilidad de las cadenas de suministro y han llevado a las empresas a priorizar no solo la eficiencia, sino también la seguridad y la diversificación. Así, han surgido conceptos como “reshoring” y según declaraciones públicas previas, que reflejan un cambio estructural en la producción global, donde los alineamientos políticos y la estabilidad son cada vez más relevantes. Actores clave en la nueva economía global La reconfiguración del comercio internacional involucra a múltiples actores, incluidos países, empresas y organismos internacionales. Las economías avanzadas, que anteriormente se beneficiaban principalmente del offshoring, ahora están reconsiderando sus estrategias de producción. En este contexto, países como México han encontrado nuevas oportunidades, mientras que otros competidores han visto disminuida su relevancia. Argentina, con su abundancia en recursos como energía, alimentos y minerales, se presenta como un potencial proveedor confiable en la nueva arquitectura global. La capacidad de ofrecer estabilidad y recursos estratégicos es crucial para atraer inversiones y establecer alianzas comerciales. Sin embargo, la falta de acuerdos comerciales y el contexto de crisis en organismos multilaterales representan desafíos significativos. Las empresas deben adaptarse a esta nueva realidad, priorizando no solo la reducción de costos, sino también la capacidad de ofrecer productos y servicios en un entorno de mayor incertidumbre. La digitalización de procesos y la búsqueda de nuevos mercados son estrategias que pueden facilitar esta adaptación. Proyecciones de crecimiento para Argentina en 2025 Las proyecciones económicas para Argentina en 2025 son variadas y dependen de múltiples factores, incluidos los escenarios geopolíticos y económicos. Según el Informe de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central de la República Argentina (BCRA), se estima un crecimiento del 3.5% para el país, con un aumento moderado en las exportaciones e importaciones. Las proyecciones indican que las exportaciones podrían alcanzar los 83.051 millones de dólares, impulsadas por la demanda global de productos agrícolas y energéticos. Por otro lado, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden en una proyección de crecimiento del 5% para el mismo año, aunque advierten sobre los riesgos asociados a la falta de divisas y las restricciones internas. La sostenibilidad del crecimiento de las exportaciones dependerá en gran medida de la evolución de los precios internacionales de productos clave como la soja y el maíz, lo que introduce un grado de incertidumbre en las proyecciones. Cronología de eventos que alteran el comercio La historia reciente del comercio internacional ha estado marcada por eventos significativos que han alterado las dinámicas comerciales. La crisis financiera de 2008 llevó a un estancamiento en el crecimiento del comercio mundial, mientras que la pandemia de COVID-19 expuso las vulnerabilidades de las cadenas de suministro. La guerra en Ucrania y las tensiones entre Estados Unidos y China han reconfigurado el panorama energético y tecnológico, impactando directamente en las decisiones empresariales. Estos eventos han llevado a muchas empresas a replantear sus estrategias, priorizando la seguridad y la diversificación sobre la mera reducción de costos. En este contexto, la capacidad de los países para adaptarse y ofrecer estabilidad se convierte en un factor determinante para su competitividad en el comercio internacional. Implicaciones de la reconfiguración productiva La reconfiguración de la producción global tiene implicaciones significativas para Argentina y otros países en desarrollo. Aunque el regreso parcial de la producción a economías avanzadas podría reducir la demanda de bienes intensivos en trabajo, también ofrece oportunidades para aquellos que logren posicionarse como socios confiables en las nuevas cadenas de valor. La estabilidad política, la localización geográfica y el acceso a recursos estratégicos son factores que ganan importancia en este nuevo contexto. Argentina tiene la oportunidad de aprovechar su capital humano y sus recursos naturales para convertirse en un proveedor clave en sectores estratégicos. Sin embargo, para lograrlo, es esencial invertir en la formación de capital humano y en la innovación, desarrollando capacidades productivas que permitan capturar segmentos de mayor valor agregado. En conclusión, el comercio internacional está en un proceso de transformación que ofrece tanto desafíos como oportunidades. Argentina debe adaptarse a estas nuevas realidades para posicionarse favorablemente en el escenario global, priorizando la estabilidad y la diversificación en sus estrategias comerciales.
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