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» La Capital
Fecha: 20/10/2025 08:15
El establishment mira con atención el futuro del presidente. La liga de gobernadores habla de transición a 2027. ¿Cómo piensan el apoyo que necesita el libertario? “Eran dueños, no los CEO”, aclara una fuente sobre la reunión que mantuvo el gobernador de Santa Fe e integrante de Provincias Unidas , Maximiliano Pullaro , hace unos diez días con los N°1 de un laboratorio, una empresa software, de energía, un industrial, de un medio y editorial, holding logístico y el de un banco y club deportivo más grande del país, entre otros. El sentido de la invitación era evidente y encuentra su primera aproximación en la inestabilidad, en general, de Javier Milei y su gobierno. Sobre todo el futuro de un país siempre vidrioso, más aún después de las elecciones legislativas del próximo domingo. Estos popes validan el perfil promercado y el no intervencionismo del mileísmo, pero cayeron en la cuenta que no es un modelo para sus negocios. Por eso quieren ver de primera mano el escenario político actual, variantes, fichas en el tablero, etc. “Son charlas largas que tenemos con personas con las que nunca creí en mi vida que tendría posibilidad de dialogar. Hoy, desde la provincia más importante del interior, me invitan para ver mi mirada y voy con gusto. Vendo Santa Fe en esas reuniones, voy a contarles qué es lo que creo que hay que hacer con el país. Es claro: un modelo productivo, con crecimiento y empleo. Por eso armamos Provincias Unidas”, respondió Pullaro luego de que trascendiera la reunión. Las cartas de Provincias Unidas Pero dijo algo más: “Ellos ven que nosotros jugamos fuerte”. El nosotros se refiere a Provincias Unidas, el club de mandatarios provinciales que quieren ser opción de gobierno en 2027 y compite en las legislativas. Aquellos empresarios ven allí historia de gestión, haber administrado nada más y nada menos que provincias pujantes, y territorio, en el sentido de espacios políticos liderando el interior. El invitado al almuerzo, Pullaro, quien fue con su ministro de Economía, Pablo Olivares, tenía algo para decir y mostrar. “No es un aventurero, es el gobernador de Santa Fe, exitoso en seguridad, que hace obra pública, con criterio productivista, pero como arranca desde una provincia el porteño pide referenciar en política económica”, razona alguien que conoce tanto la función pública como el desenvolvimiento de esos privados. Esas referencias, esos tanteos de los empresarios, sirven para graficar el momento del país y del gobierno, embebido en una inestabilidad económica e incertidumbre política, sin garantías de gobernabilidad. Por eso quieren normalidad, que lo viejo sirva, que no haya groserías ni emergentes. ¿Por arranca esa necesidad? Por armado político y no por emergentes que, a casi dos años de gestión, no tienen conocimiento de gobierno ni técnico. Como todo buen dueño, notaron que Milei nunca dirigió. Y ven con preocupación el desprecio por la calidad de gestión e institucional. pullaro Foto: Archivo / La Capital. Queda cada vez más en evidencia que el presidente no puede seguir con esta debilidad y sin equipos, que no se puede seguir con vaivenes: un viernes estamos en el abismo, y al lunes siguiente en auge por determinado factor. En rigor, frente a Pullaro, querían saber qué piensa de la economía y para los próximos dos años. No es aleatorio el período 2025-2027 señalado. Provincias Unidas ya pone en su tablero ese ciclo. Lo dijo Pullaro con Carlos Pagni, cuando definió a Provincias Unidas: “Un espacio que empiece a transitar el camino entre 2025 y 2027 mostrándose como alternativa de poder”. Olivares, profundiza el concepto: “Provincias Unidas muestra gravitación nacional para ser decisivos en lo que pueda transitarse, después del 26 de octubre, en los dos años de mandato que le quedan a Milei, quien debe gobernar ese lapso. Por dónde está la racionalidad, mesura y la praxis desde el punto de vista de una gestión”. Eso evidencia lo que está sobre el tablero actualmente: Milei no se irá del gobierno, pero ya nadie lo piensa para la reelección, y están viendo una suerte de preparación de la transición. Todo eso se da a medida en que se profundiza la dinámica del error propio de Milei, de la cual no puede salir. Además, el presidente tiene la necesidad política y el imperativo de Estados Unidos de construir acuerdos. Por eso, Provincias Unidas bajó la intensidad en la diferenciación con La Libertad Avanza (LLA) porque entiende que, en la obligada búsqueda de gobernabilidad del mileismo, los mandatarios del interior tienen una oportunidad de robustecer al 2027. Ven que es probable que, de acá a dos años, el mileismo se diluya y prefieren estar cerca y hablar de sensatez política a tirarle piedras y generar un incendio que, en su proyección, deberían apagar ellos. De paso, se posicionan durante dos años como actor central de la política, engordan las provincias y le terminan comiendo el electorado para apostar a ser opción presidencial. Por eso dicen que el apoyo será legislativo y no de gabinete. Qué dice Milei Milei no esconde la intención de acuerdismo: "El Congreso que viene será mejor que el actual. Sacando a los tirapiedras, que son los kirchneristas, los neanderthales, la máquina de impedir, hay un consenso de que no se puede seguir con esta presión tributaria, con este régimen laboral. Hay amplio consenso en estas reformas". >>> Leer más: Provincias Unidas entre círculos, anillos y alianzas Luego dijo estar dispuesto a dialogar. “Pasada la pirotecnia electoral hay un amplío consenso a donde tiene que ir Argentina. Lo importante es el nuevo Congreso”, afirmó el presidente y dejó en claro que lo que pretende para lograr sus reformas. Lo dejó en claro la vicegobernadora y candidata a diputada, Gisela Scaglia, en la entrevista con La Capital de este domingo: “Si todos los que estamos en contra del kirchnerismo podemos ponernos de acuerdo en sacar una reforma laboral, bienvenido sea. Si me tengo que sentar a dialogar con el bloque de diputados oficialistas para discutir un presupuesto nacional, que tenga una impronta santafesina, reforma previsional, una ley pyme, soy la primera que te estoy diciendo que sí”. Así, para los gobernadores romper no es una opción. Al contrario, es perjudicial en su plan, que consiste en mantener con vida a Milei. El presidente cree que hay actores que operan para dañarlo. "Lo que ocurre es que hay muchos que les gusta impulsar todo eso para meter presión… Los medios son parte de la corrupción, del statu quo, igual que empresarios prebendarios”, dijo en LN+. En el proyecto de poder de Provincias Unidas también hay interés en ciertas reformas de fondo para usufructuar en un futuro. Dicho de otro modo, aprovechar el trabajo sucio hecho hasta ahora por Milei, conservar el lema del equilibrio fiscal que de hecho ponen al frente de su campaña, pero sumándole gestión que no es otra cosa que más Estado. Los empresarios y ceos también saben que el Estado debe estar, no son sonsos, entienden que se necesitan controles -no intervencionismo-, y rutas transitables. Volviendo a aquel encuentro, cuando la ayuda de Estados Unidos recién amanecía y era igual de dudosa, los empresarios se preguntan qué ocurriría si el presidente tira la toalla y, si en ese caso, Provincias Unidas está en condiciones de hacerse cargo. Pero los “cortan en seco” por dos cuestiones: la crisis institucional no le conviene a nadie, electoralmente de cara a 2027 tampoco, y sobre todo para que no asocien al sello de los gobernadores con una idea desestabilizadora que puede surgir del establishment. Tiempo al tiempo, pero se acomodan en la tribuna.
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