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  • Fede Bal recordó una bitácora que escribió su padre Santiago antes de morir: “Lo único que me quedan son recuerdos”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/10/2025 10:46

    A corazón abierto, Fede Bal contó cómo fue lidiar con la delicada salud de su padre y posterior muerte (Carnaval Stream/Instagram) A pesar de que el paso del tiempo debería curar todas las heridas, para Fede Bal la ausencia de su padre, el recordado Santiago Bal, sigue pesando en su día a día y en su propia manera de ver la vida. Casi seis años después de la partida del gran cómico y director de teatro, su recuerdo permanece vivo para su hijo tanto desde el afecto como desde aquellos aprendizajes forzados que deja la convivencia con la enfermedad y la despedida de un ser querido. Recientemente, Fede se animó a abrir el corazón en el estudio de Carnaval Stream, donde mantuvo un mano a mano sensible con Juana Viale y se permitió poner en palabras no solo el impacto de la muerte de su papá, sino también la particularidad de ese último adiós y el legado que sobrevivió entre cajas, computadoras y memorias familiares. “Yo nací con un papá mega enfermo. Cada cuatro u ocho meses, me decían: ‘Andá a abrazar a papá porque no sabemos si sale de esta operación’”, recordó Fede, con una sentido mezcla de acostumbramiento y aceptación única. Sorprendida, Juana lo invitó a profundizar, y fue entonces cuando el actor explicó el trasfondo de tantos años conviviendo con la posibilidad de la pérdida: “Toda mi vida estuvo amigándome con la muerte de mi viejo. Entraba a terapia y no sabíamos si salía... A las dos horas de salir, él decía: ‘Hola, ¿pueden ser dos whiskys?’ O tiraba un chiste. Yo todo lo que trabajé, que papá se moría, tenía que volver atrás. Y un día falleció y no lo lloré porque había trabajado tanto la muerte de mi viejo que fue muy increíble”, relató. Recordar el adiós terrenal de Santiago, para Fede, no es hacerlo con solemnidad o solo entre lágrimas. Por el contrario, la memoria lo llevó a evocar el último adiós casi como una verdadera fiesta y un acto de amor. “Fue el mejor velorio que vi en mi vida. Compré dos cajas de whisky. Traje un parlante, mis amigos estaban ahí muy presentes. Empezó a venir una cantidad de vedettes, artistas, figuras. Puse Frank Sinatra y estaban todos bailando. Estaban en un momento con un porro en medio del salón y a la mier.... Mi vieja me decía: ‘¿Podés dejar de fumar marihuana?’. Yo le dije: ‘No, se murió mi papá’. Y mi viejo estaba ahí, todos contando anécdotas, nadie lloraba”. El mismo clima fue contagiando a su madre, Carmen Barbieri: “Se empezó a relajar. Y fue muy increíble, yo vi ese amor… Estaban separados, pero mamá volvió a traerlo a casa”. "Toda mi vida estuvo amigándome con la muerte de mi viejo", explicó Fede ante la delicada salud de su padre Más tarde, Fede repasó cómo la muerte definitiva abrió la puerta a una nueva etapa de descubrimientos y reencuentros. “Mi viejo se muere. Mi mamá dice: ‘Tomá, llevate todo lo de él’. Me mandó un flete una vez. Recién, cómo decirte, hace cinco meses, lo abrí. Encontré el momento, había un montón de cosas. Encontré su compu, la prendí, encendí un teléfono de él hecho ver…“. La revelación lo dejó perplejo, y Viale no dudó en consultarle si alguna vez había revisado esos objetos antes. “No, pero andaba. Pensé: ‘Los fantasmas empezaron a vagar por mi casa’. Me quedé en mi casa abriendo cajas y cajas y él había escrito tanto. Y agarré algo que me rompió en mil pedazos porque era como una autobiografía de él. Una bitácora”. Entre papeles y archivos inesperados, Fede encontró confesiones y recuerdos inéditos. “Ya la introducción me puso la piel de gallina porque decía: ‘Tengo 83 años y lo único que me quedan son recuerdos’. Y empezó a comentar: ‘Mi hijo, el chiquito’, porque yo soy el chiquito, tengo un hermano más grande y una hermana más grande, ‘ahora trabaja mucho, no me puede venir a ver. Mi hijo Mariano ya tiene su familia, sus hijos. Así que solo voy a dejar mis recuerdos’. Y empecé a leer y me metí en un viaje tremendo y encontré sketchs, revistas de él, que nunca llegaron ni se vieron a la luz, muy machistas”. Fede, en brazos de Carmen Barbieri y junto a Santiago Bal (Instagram) El hallazgo lo dejó entre el asombro y la risa. “Por momentos dudo, esto es increíble. Es increíble que a mi viejo se le ocurriera eso, lo plasme y lo imprima porque vos podés tener pensamientos machistas, ponele, pero llevar a imprimirlo… Lo van a leer. Sos Santiago Bal va llevando: ‘Hola, nena, ¿qué tal?’. Deja un sobre, la que lo anilla lo lee. No le importaba nada”, admitió Bal, reconociendo la mezcla de irreverencia, ironía y honestidad brutal que marcó la vida y obra de su padre. La charla, lejos de quedar solo en la figura pública de Santiago, también sirvió para pensar en cómo las pérdidas, los vínculos y las formas de despedir impactan en lo más profundo. Para Fede, atravesar la salud quebradiza del padre, aprender a soltar y, finalmente, encontrar tesoros ocultos entre cajas y biografías, es parte del proceso de decir adiós, transformar el dolor en recuerdo y, también, permitirse reír y celebrar a quienes nos marcan aún después de ya no estar físicamente presentes.

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