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  • Stella Calloni: “La desinformación es hoy un arma de guerra”

    Parana » AnalisisDigital

    Fecha: 19/10/2025 17:00

    "Antes volteaban un gobierno porque lo acusaban de comunista. Hoy está regresando esa misma historia de las ideologías, pero está marcado con el tema del narcotráfico", dijo Calloni. Foto: Facebook FOETRA. Nació en una pequeña aldea ubicada al norte del Departamento La Paz: Pueblo Leguizamón, fundado por su abuelo. Se crio en Alcaraz Segundo y desde allí despegó hacia una carrera que la llevó por todo el mundo investigando, publicando y narrando los sucesos de la política internacional que la convirtieron en una voz y una mirada de gran relevancia. A sus 90 años, Stella Calloni combina los saberes y la experiencia con las últimas noticias, y traza una mirada reflexiva, una opinión sobre el presente inquietante y advertencias sobre lo que está pasando y aún no se ve: afirmó que “estamos viviendo un proceso de caos internacional”, cuestionó al gobierno argentino actual por “una política exterior que rompió con todas las normas de este país”, y alertó sobre el “peligroso proceso de desculturización” que está atravesando la población. La periodista y escritora entrerriana que sigue publicando (su último libro es sobre la desaparición de la cabeza de Pancho Ramírez), habló con el programa El Séptimo Día (Radio Plaza) sobre la actualidad internacional. —¿Cómo están viendo a la Argentina hoy en el resto del mundo? Argentina hoy está vista lamentablemente muy mal en varios temas. Uno, por su papel de aislarse prácticamente de toda América Latina. Otra, por su total entrega, se ha entregado el país, se ha entregado la soberanía. Estamos en una situación muy grave. A mí me llama mucho la atención porque yo he trabajado mucho fuera del país, pero muchísimo, y no pueden entender qué nos pasó en Argentina. Con una historia, con una trayectoria histórica tan importante, con una tradición de ser el país de la reforma universitaria, de las universidades, de la gran cultura, de una cantidad, y de ser un país donde hubo siempre una presencia de los pueblos en las calles. Además, este es un país que ha resistido en el siglo pasado muchas dictaduras desde 1955, diríamos después del golpe a Perón, hubo una cantidad de dictaduras una tras otra. Vivimos solo dos pequeños periodos democráticos y ahora habíamos logrado un tiempo desde 1983 hasta ahora, muy difícil porque había que instalar un proceso democrático donde se habían perdido muchas reglas democráticas en ese camino, y estábamos colocados en el mundo en un primer lugar, por ejemplo, en lucha contra la impunidad, en cultura, en cinematografía, estábamos en un proceso extraordinario, y hemos retrocedido culturalmente, quizá medio siglo o más. Entonces hay una gran preocupación de la gente en varios países. Esto te lo están diciendo todos. Hay análisis en los periódicos británicos, por ejemplo, fuera de América Latina, donde nos miran como si no pudieran creer que un país tan grande, con una historia tan extensa, pueda estar en esta situación lamentable en la que estamos en este momento. —Esto que usted describe, ¿es una particularidad de Argentina en este momento histórico, o también forma parte de un contexto mundial donde aparecen personajes similares al presidente argentino? —No es una particularidad. En este momento estamos viviendo un proceso de caos internacional porque empieza a cambiar el nuevo orden internacional. Con la aparición de grandes potencias, diríamos, como por ejemplo China, que es la mayor potencia del mundo en este momento, incluso por su población, por su extensión, por varias temáticas, un país que no tiene ninguna colonia en el mundo. Nosotros nos caracterizábamos en América Latina como uno de los países más avanzados; esa es la sorpresa. Porque América Latina y el Caribe, que habían llegado a principios de este siglo a una unidad en la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas, este país tenía un lugar muy importante en esa unidad. Sí podemos mirar, por ejemplo, el tema de personajes similares como se han dado en Gran Bretaña, como el surgimiento de una derecha muy brutal, pero que aquí se expresa muy especialmente porque es un cambio radical en el derrotero nacional. —¿La sorprendió la posición argentina en la ONU contra Palestina, contra Rusia, los desplantes a China? ¿Qué consecuencias pueden tener esto contra nuestro país? —No es que me sorprendió porque, evidentemente, desde que subió ya estaba marcado este gobierno. Ya estaba marcado que iba a una política exterior que rompió con todas las normas de este país y con la neutralidad más o menos que se había sostenido como una forma de política exterior. Y sobre todo por el papel que Argentina ocupaba en este nuevo periodo histórico que habíamos iniciado a principios de este siglo, donde Argentina tenía un papel preponderante en América Latina. Acuérdese que se había nombrado la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas. Esta unidad tenía unas características especiales porque era una unidad con diversidad, una gran diversidad de países distintos que habían logrado por primera vez en la historia del continente estar juntos en esta comunidad que dio tanto que hablar. Y además porque este era un país que había logrado entrar al BRICS. Ustedes saben que es esta unión tan fuerte que determina a los países más grandes en el mundo, donde está Brasil, por ejemplo. Había tenido una política exterior de solidaridad con los pueblos. Lo de Argentina, por supuesto que sorprendió, pero era esperable porque este gobierno, este presidente, ya había hablado primero de dónde provenía el financiamiento de su partido. Entonces, ni él ni su gabinete tienen ninguna preparación política ni un esquema de que hayan participado nunca. Esto es lo que sorprende porque siempre acá había dos grandes partidos. El más grande de masas es el Peronismo, y la Unión Cívica Radical, que era una disputa más o menos entre un partido que se inclinaba a la social democracia. Y de repente te encontrás con algo tan distinto que cambia la fisionomía nacional. Incluso así como hemos perdido la relación con el mundo, el centralismo ha regresado de una manera tan importante que estamos como a fin del siglo XIX. Acá hay un centralismo total, acá no hay ningún federalismo. Inclusive, viste que no se le manda el dinero a las provincias, como en la época en que todo quedaba en Buenos Aires, en el puerto de Buenos Aires. El famoso puerto de Buenos Aires, contra lo que lucharon nuestros caudillos y sobre todo los del Litoral, contra el centralismo porteño y en todo el país. Habíamos logrado empezar un federalismo muy interesante que se ha derrumbado completamente. Cada día yo me pregunto si estoy en Argentina o estoy en otro mundo, porque del resto del país no se sabe nada. Y tenemos además un problema muy serio: padecemos de un proceso de desinformación. La población está totalmente desinformada, está atravesando una noche y un proceso de desculturización que es muy peligroso. Porque cuando los pueblos pierden su cultura, desaparece su memoria histórica, su identidad, son muy débiles. —El narcotráfico viene apareciendo en la discusión de política internacional, como en operaciones de diferentes países, Estados Unidos tumbando embarcaciones en el Caribe, el fentanilo, etcétera. ¿Usted ve que puede llegar a ser importante en los próximos años en el marco de las disputas que puedan existir? —Vamos a hablar con claridad específica. No es que me haga dueña de la verdad, pero ellos inventaron el proyecto. Nosotros tenemos que hablar siempre desde una situación especial que tiene América Latina: somos dependientes, somos países dependientes, diríamos semicolonizados. Por decirlo de alguna manera, en algunos casos brutalmente colonizados. Cuando se termina la Guerra Fría (que en realidad no se terminó nunca), estábamos divididos por comunismo y anticomunismo, y nosotros quedamos atrapados en una cosa en que no teníamos nada que ver en el enfrentamiento de Estados Unidos con la, en ese momento, Unión Soviética. Después de la Segunda Guerra Mundial viene esta Guerra Fría que nos ha debilitado muchísimo, nos ha impedido independizarnos definitivamente. Por eso la integración de América Latina era un proceso emancipatorio, podíamos aspirar a la independencia definitiva. Cuando un país es dependiente, tenés que fijarte qué va a hacer aquel país del que depende, en este caso, una dependencia imperial. Cuando ves esto, te das cuenta que ellos ya habían preparado a principios de los años 2000 este esquema de narcotráfico, indigenismo, migraciones, como políticas consideradas que afectaban la seguridad nacional de los Estados Unidos. A partir de esto, tenemos que registrar que nosotros tuvimos dictaduras en todo el continente, y dictaduras por primera vez en todos los países del Cono Sur a la vez, entre la etapa de las dictaduras entre los 70 y los 80. Lograron imponer la doctrina de la seguridad nacional, pero la seguridad nacional de Estados Unidos, no la nuestra. Todos estos procesos han golpeado mucho América Latina, pero también hay una política permanente de resistencia de los pueblos. Sobre el narcotráfico, Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas en el mundo, donde el 65% de su población consume. Hay una frontera donde pasa la droga, pero fijate quién la recibe al otro lado. ¿Cómo puede ser que no veas detenidos a los grandes cárteles de Estados Unidos? Allí es donde se queda la mayor cantidad de dinero que después se lava en el mundo, pero es allá desde donde sale el lavado, es allá donde se recibe. Por eso la política que se había establecido en América Latina de decir “no al narcotráfico”, que la mantiene México. Hoy en día, claramente, la presidenta Claudia Sheinbaum le ha dicho al presidente de Estados Unidos: "Yo pongo seguridad en la frontera, pero ustedes no entregan armas a los narcotraficantes de este lado, porque esto está haciendo un daño terrible a México". Este es un tema instalado. Venezuela, si ustedes buscan en toda la historia y hoy en día, jamás estuvo en la lista de países. Porque no había ni sembrado de hoja de coca. Y la hoja de coca tampoco es droga. Los países andinos las tenían como té, como medicamento, como todo. Solo se convierte en droga cuando le ponen estos químicos especiales que la transforman en cocaína. La población no sabe nada de esto. Antes te volteaban un gobierno porque te acusaban de comunista. Hoy en día está regresando esa misma historia de las ideologías, pero está marcado con el tema del narcotráfico. Han invadido países con ese tema. Por ejemplo, invadieron Irak por la posesión de armas de destrucción masiva, pero después confesaron que no existían, que nunca aparecieron. Entonces, todas las invasiones se han hecho en base a falsedad. Lamentablemente, tenemos que decir hoy como periodistas que la información hoy es un arma de guerra. Es decir, la información se transforma en desinformación. Los pueblos tienen derecho a una información veraz, considerando que, si la información no es veraz, no es información, es otra cosa. Bueno, esa otra cosa es lo que nos ha llevado a esta situación en este momento aquí en la Argentina, porque la desinformación es total. Te pongo un ejemplo clarísimo con el tema de Palestina en estos días. Palestina ha tenido, ya lo han considerado cuatro veces, el genocidio israelí desde 1948 hasta ahora. Varias veces en distintos lugares. En Gaza, por ejemplo, ya se estableció que los juristas internacionales declararon que por la cantidad de muertos palestinos que llevan hasta ahora, es un genocidio. Entonces, vos no podés hacer lo que se está haciendo en Argentina, que la televisión argentina no tiene noticieros internacionales en serio. Y vos no podés estar diciendo "los rehenes de Israel" porque parece que el genocidio no existió. Y el genocidio está reconocido por Naciones Unidas, por la Corte Penal Internacional, por todo. Te das cuenta hasta dónde llega la desinformación, que no es periodismo, la desinformación es un arma de guerra. El atraso cultural que se ha producido en Argentina viene muy pensado. Llevar a un país que en un momento dado no tenía analfabetos a la situación en que está ahora es dejarlo a la deriva, es debilitarlo a los grados mínimos. Porque no tiene defensa, porque hay una población que no sabe nada ni de lo que pasa en el país de verdad ni de lo que pasa en el exterior. Y la política de un país siempre es internacional. Cualquier cosa que pase en América Latina o en el mundo nos afecta a nosotros de una u otra manera. Así que tenemos que cambiar este pensamiento. Está vieja esta cosa, este enfrentamiento brutal, estas grietas que no existen porque no son grietas, son otra cosa. Nosotros estamos ante un proceso de un cambio mundial de proporciones que no podemos dimensionar ahora mismo, pero que está sucediendo. Entonces, en ese proceso mundial, nosotros también tendríamos que estar con un pensamiento más avanzado frente a estas situaciones. Pero nos han despoblado la conciencia. Con eso te estoy diciendo todo lo que te puedo decir. —¿Extraña Entre Ríos, sus pagos, La Paz? —Sí, sí. Yo soy nacida en La Paz, en Alcaraz Segundo, Departamento de La Paz. Yo nací en un pueblito que se llamaba Leguizamón, que fundaron mi abuelito y sus hermanos vascos en Entre Ríos. Entonces, yo siempre voy a Entre Ríos, siempre he regresado. Hace poquito estuve en Concepción del Uruguay. No puedo hacer viajes largos en este momento, pero fui a Concepción del Uruguay por el libro (La cabeza desaparecida de Pancho Ramírez - Una novela de caudillos, luchas y amores, Peña Lillo, 2023), que es una novela, es una ficción, pero que tiene todos los elementos de lo que fue esa lucha extraordinaria del federalismo. Y bueno, una ciudad histórica, como nosotros sabemos. Me encanta Concepción del Uruguay. Tengo familiares en La Paz, tengo familiares en Paraná. Quiero que recuperemos nuestra soberanía en nuestras costas del Paraná. Definitivamente, tenemos que lograrlo. Y tenemos un país maravilloso que no podemos dejar que se nos pierda en la nada.

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