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» Elterritorio
Fecha: 19/10/2025 00:40
El relevamiento dio cuenta de la insuficiencia de ingresos entre los asalariados argentinos para cubrir gastos básicos. sábado 18 de octubre de 2025 | 22:00hs. En la Argentina, uno de cada cinco trabajadores es pobre. Tener empleo ya no garantiza escapar de la pobreza. Un informe del Ieral reveló que más del 21% de los ocupados del país no logra cubrir el costo de la canasta básica, lo que equivale a unos 4,5 millones de personas. La conclusión, surgida de un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, es tan contundente como preocupante: en la Argentina, uno de cada cinco trabajadores es pobre. El estudio explica que la pobreza “es, en parte, un reflejo del mercado laboral”, y muestra cómo el deterioro del poder adquisitivo y la precariedad del empleo afectan directamente a los ingresos de los hogares. Entre los desocupados, la incidencia alcanza el 58,9%, pero lo más llamativo es que incluso entre quienes trabajan el problema sigue siendo profundo. “Tener empleo tampoco exime de la pobreza, especialmente cuando se trata de ocupaciones precarias o de baja productividad”, señala el informe, elaborado por Laura Caullo y Federico Belich. Entre los inactivos (personas que no participan del mercado laboral) la pobreza afecta al 35,2%, y entre los menores de 14 años llega al 45,4 por ciento. En este último grupo, la Asignación Universal por Hijo (AUH) tiene un papel relevante: llega a más de 4 millones de niños y ayuda a reducir la indigencia, aunque no siempre logra sacar a los hogares de la pobreza. Uno de los ejes centrales del trabajo es la calidad del empleo. El análisis muestra que el tipo de inserción laboral determina la probabilidad de ser pobre. Entre los trabajadores independientes no registrados, el 40,5% vive por debajo de la línea de pobreza, mientras que entre los asalariados informales la cifra es de 37,5%. En cambio, los independientes registrados presentan una tasa del 12,3% y los asalariados formales, del 9,7%. Las diferencias son notorias y confirman que la formalidad actúa como un escudo, aunque insuficiente. El empleo formal suele ofrecer ingresos más altos y mayor estabilidad, pero en algunos sectores los salarios siguen siendo bajos. El estudio cita como ejemplo el servicio doméstico, donde, pese a los avances en la formalización, persisten altos niveles de vulnerabilidad económica. La desigualdad regional también tiene un papel clave. Las provincias con más informalidad laboral presentan mayores tasas de trabajadores pobres. Tucumán, San Juan, Salta, Santiago del Estero y Formosa encabezan la lista con más de la mitad de su empleo fuera del sistema formal.
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