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  • El Sabadell triunfa sobre el BBVA: la opa decae tras quedarse en el 25,47% de aceptación

    » Diario Cordoba

    Fecha: 16/10/2025 17:13

    El Sabadell vence contra la mayoría de los pronósticos y de forma clara al BBVA en la oferta de compra (opa) más polémica de las últimas dos décadas. El grado de aceptación de la operación entre los accionistas de la entidad catalana se ha quedado en apenas el 25,33% del capital social y el 25,47% de los derechos de voto (el capital social menos la autocartera), con lo que la transacción decae, según ha adelantado EL PERIÓDICO y ha confirmado porsteriormente la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La entidad catalana, así, ha sobrevivido a la amenaza existencial que le ha atenazado durante los últimos 17 meses. Con el resultado final, el banco de origen vasco ni siquiera ha podido lanzar una segunda opa, una opción legal que solo habría tenido de haberse quedado entre el 30% y el 50%, como esperaba el mercado. "La oferta pública ha tenido resultado negativo al no haber sido alcanzado el límite mínimo fijado por el oferente para la validez de la misma (50%) y, atendiendo a lo previsto en el folleto de la oferta, al no poder renunciar a este mínimo en la medida en que el número de acciones de Banco de Sabadell, S.A. que han aceptado la oferta supone un porcentaje inferior al 30% de sus derechos de voto, excluyendo la autocartera. Por lo que, según lo previsto en el artículo 33.3 del referido Real Decreto, la oferta queda sin efecto", ha constatado el organismo supervisor. El Sabadell, fundado en 1881, segunda entidad financiera catalana y una de sus empresas más influyentes de la región, podrá seguir su trayectoria en solitario tras una dura pugna con el BBVA en que los accionistas han dictado sentencia: al precio ofrecido, no quieren la opa. El desenlace final de la operación supone un éxito sin paleativos para la estrategia de defensa numantina desplegada desde mayo del año pasado por la entidad, con su presidente, Josep Oliu, y muy especialmente su consejero delegado, César González-Bueno, a la cabeza. Prueba de ello es que solo el 9% de los analistas esperaban que la aceptación estuviese por debajo del 30%, según una encuesta reciente de Citi. El banco vallesano, así, logró movilizar desde el primer momento una ola de oposición empresarial, sindical y política a la opa sin precedentes, con golpes de efecto como el retorno de su sede social de Alicante a Sabadell. Fue clave para que las condiciones impuestas a la transacción por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y, sobre todo, el Gobierno la entorpeciesen al retrasar sus sinergias. La buena evolución de su negocio y la venta de su filial británica al Santander, además, le han permitido ir incrementando hasta niveles récord la remuneración presente y futura a sus accionistas. Y con los minoritarios claramente de su parte, el golpe final a la opa ha sido su capacidad de convencer a los accionistas institucionales de que o la opa "infravaloraba significativamente" el banco o era más interesante esperar a una posible segunda oferta. Golpe para el BBVA En sentido contrario, el rechazo de la operación supone un duro golpe para el BBVA, que fracasa en su intento de hacerse con el Sabadell por tercera vez en apenas un lustro. Ya intento acordar una fusión amistosa a finales de 2020, pero el precio que ofreció fue rechazado por la entidad catalana. Volvió a probar suerte en abril del año pasado, pero el consejo del banco vallesano volvió a rechazar una unión pactada al precio propuesto por su rival. Aquel nuevo 'no' fue el que llevó al BBVA a plantear una opa hostil sin precedentes en la banca desde 1987 (Banco de Bilbao sobre Banesto). El resultado ha sido el mismo que entonces, confirmando lo que siempre se ha afirmado en el sector bancario: solo las fusiones amistosas salen adelante. Por todo ello, el desenlace de la opa es especialmente duro para la cúpula del banco con sede en Bilbao, sobre todo para su presidente, Carlos Torres, que desde el primero momento ha aclarado que no tenía intención de dimitir si la operación no salía adelante. El banco ha convocado una rueda de prensa este viernes por la mañana para explicar sus planes de futuro, pero el banquero ya ha reaccionado este mismo jueves por la noche mediante un comunicado. "Quiero agradecer a los accionistas de Banco Sabadell que han mostrado su apoyo al proyecto de unión, a los accionistas de BBVA por su respaldo constante, y al equipo del banco por el gran trabajo realizado a lo largo de todo el proceso. Mirando al futuro, nuestro plan estratégico y objetivos financieros para el periodo 2025-2028 nos mantendrán a la cabeza de la banca europea en crecimiento y rentabilidad", ha defendido el ejecutivo. Como primera medida, el banco ha anunciado que "acelera" la retribución prevista para sus accionistas. Así, además de confirmar que pagará el próximo 7 de noviembre el mayor dividendo a cuenta de su historia (32 céntimos de euro por acción, por un total de 1.800 millones), ha anticipado que el próximo 31 de octubre iniciará la recompra de acciones que tenía pendiente por valor de cerca de 1.000 millones, así como que pondrá en marcha otro "significativo programa adicional" de recompra de títulos "tan pronto" como reciba la autorización del Banco Central Europeo (BCE). "Hoy BBVA mira al futuro con confianza y entusiasmo. Contamos con un banco en su mejor momento, un equipo comprometido, y una hoja de ruta clara para seguir creciendo y creando valor para nuestros accionistas, clientes y la sociedad", ha defendido Torres para tratar de disipar dudas. Incógnitas por despejar El desenlace de la opa, en cualquier caso, abre nuevas incógnitas. La más inmediata es cómo reaccionarán las acciones de las dos entidades en bolsa, empenzado por este mismo viernes. El Sabadell siempre ha defendido que tiene aún potencial de revalorización en solitario, si bien también ha reconocido que a corto plazo sufrirá volatilidad y una cierta corrección. El BBVA, en cambio, advertía que el valor estaba soportado por la opa y que podría caer con fuerza. Los títulos del banco de origen vasco, en cambio, es previsible que suban, al haberse despejado la duda sobre qué coste le podría suponer la segunda opa y cómo podría afectar a la remuneración que ha prometido a sus accionistas entre 2025 y 2028 (36.000 millones). La otra duda es qué harán las entidades a medio plazo. El Sabadell ha defendido durante este meses que tendría sentido una fusión amistosa con un banco español más pequeño (con Abanca y Unicaja llegó a mantener contactos en primavera). Pero al mismo tiempo sostiene que no se dan las circunstancias: los resultados bancarios son muy positivos, con lo que no hay presión, y las entidades que podrían ser objeto de su interés cuentan con unos accionistas de control muy relevantes. En cualquier caso, no es descartable que intente algún movimiento más adelante para tratar de blindarse ante un nuevo intento de compra hostil. Y en otro campo, tampoco sería raro que saliera de su consejo David Martínez, el financiero mexicano propietario de cerca de un 4% de su capital que se desmarcó del resto de administradores y decidió acurdir a la opa. El BBVA, por su parte, no podrá legalmente lanzar otra opa sobre el Sabadell "hasta una vez transcurridos seis meses", pero dado los antecedentes parece complicado que vuelva a intentar hacerse con el control de la entidad catalana. El banco tiene una posición y perspectivas de capital y resultados fuerte. Pero el fracaso en la opa le impide lograr su objetivo de equilibrar su perfil de riesgo, elevando el peso relativo de España en el balance y reduciendo el de los países emergentes (sobre todo México y Turquía). Habrá que ver, en consecuencia, si explora alguna nueva operación corporativa más adelante u opta por crecer de forma orgánica.

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