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» Diario Cordoba
Fecha: 16/10/2025 17:11
Me voy a remontar al 25 de marzo de 1908, día en que en Córdoba se bendijo la sagrada imagen de la Virgen María Auxiliadora. La talla había sido traída desde los talleres salesianos de Barcelona-Sarriá. En 1913 se funda la archicofradía de María Auxiliadora de Córdoba. En los años 60, el imaginero Juan Martínez Cerrillo lleva a cabo una restauración de la imagen de la Virgen y como no respondía a la estética andaluza, le hizo desaparecer la apariencia catalana en el rostro, levantándole la mirada que originariamente era caída. Fue esa imagen de María Auxiliadora de Martínez Cerrillo la que fue coronada canónicamente el 2009. Es esa Auxilium Christianorum, matriarcal y empoderada, la que preside cada rincón de mi casa. La que está junto a la mesa de mi despacho y a la que me encomiendo cuando la defensa de un asunto se me complica. Es la Reina y Señora que escondí en el bolsillo de la ropa de mis hijos cuando tenían un examen para que los iluminase. Es esa María Auxiliadora que dio nombre a lo que más quiero, mi hija, y que vela el sueño eterno de mi padre. En agosto de 2021, se llevó a cabo un estudio radiológico para valorar el estado de conservación de la imagen y el resultado fue la existencia de varias fisuras que comprometían la estabilidad estructural de la imagen, haciendo desaconsejable su procesionamiento. Se acordó llevar a cabo una profunda intervención integral sobre el conjunto, que fue realizada en el taller de Jiménez y Porras. Basándose en fotos y testimonios conservados, restauran la sagrada imagen devolviéndola a su concepción original, siendo la Señora de Salesianos de Córdoba devuelta a su santuario en abril de 2022. En absoluto tendría la osadía de criticar el trabajo del taller imaginero cordobés encargado de la restauración, pero debo manifestar que me alegré sobremanera cuando el jueves pasado vi colgar del edificio del reloj situado en plena Plaza de las Tendillas una enorme lona reclamando devolver la mirada y la sonrisa de la Virgen María Auxiliadora a la que todos los cordobeses que estamos vivos hemos pedido consuelo en las horas de lucha. Sé que María Santísima madre de Dios es la misma, bajo cualquier advocación y con cualquier rostro, pero mi María Auxiliadora tiene los ojos misericordiosos y quiero vérselos cuando le rezo. Quiero rendirme a sus plantas cada día como si todos los días fuese 24 de mayo. No pretendo remedar la polémica de la restauración de la Macarena pero debo mostrar mi conformidad con la iniciativa del antiguo alumno salesiano Enrique González. La restauración debió dejarse de recuperar lo que nadie ha conocido y respetar la estética de nuestra María Auxiliadora cordobesa . *Experta en Derecho del Trabajo y Seguridad Social
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