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Parana » El Once Digital
Fecha: 16/10/2025 05:30
El Gobierno impulsa un nuevo Código Penal con penas más duras y mayor prisión preventiva. Especialistas advierten que el endurecimiento de las sanciones no resolverá los problemas estructurales de desigualdad y violencia. El Gobierno presentó su proyecto de nuevo Código Penal bajo el lema de “modernizar la justicia” y “responder a la demanda social de seguridad”. Sin embargo, detrás del discurso de eficiencia judicial, el texto propone más agravantes, penas más extensas y mayores márgenes para la prisión preventiva, consolidando una visión centrada en el castigo como principal herramienta estatal. Tolerancia cero contra el crimen: Milei y Bullrich presentaron reformas al Código Penal Desde fines del siglo XIX, la historia argentina parece repetir un mismo patrón: ante la inseguridad y el miedo social, el Estado acude al poder punitivo como respuesta inmediata. Se construyen cárceles, se amplían los delitos y se endurecen las condenas. “Cada época tuvo su palabra mágica: orden, seguridad, tolerancia cero, el que las hace las paga”, señaló el jurista Matías Jorge Rosso. El proyecto oficial no solo busca reforzar la capacidad represiva del sistema penal, sino también reinstalar la creencia de que la cárcel es la solución a los problemas sociales. “Es una política de fe: la fe en que el poder punitivo —ese dios moderno que promete orden y salvación— podrá resolver con la cárcel lo que el Estado no resuelve con derechos”, sostuvo Rosso. En esa línea, el autor recuerda que cada reforma penal argentina llegó envuelta en un clima de urgencia y temor social. Desde la Ley de Residencia de 1902 hasta las reformas de seguridad de las últimas décadas, el castigo fue presentado como la vía más rápida para recuperar la tranquilidad. “El castigo, en esos momentos, se vuelve una forma de gobernar el miedo”, apuntó. Cárcel Más presos, menos justicia Las estadísticas reflejan el impacto de este modelo: 120.700 personas privadas de libertad en cárceles argentinas al cierre de 2024, una tasa de 256 presos cada 100.000 habitantes. Si bien el país está lejos de los niveles de Estados Unidos (541), supera ampliamente a Japón (33). Además, el 60,4% de los detenidos no tiene condena firme, lo que demuestra que el sistema castiga antes de juzgar. “El sistema penal argentino se parece más a una máquina de castigo preventivo que a un instrumento de justicia”, advirtió el especialista. Según el Informe SNEEP 2024, solo el 11,6% de los presos fue condenado por homicidio, mientras que más del 34% cumple condena por robos y 13% por infracciones a la ley de estupefacientes. En palabras del autor, “las cárceles argentinas están pobladas, sobre todo, por pobres acusados de delitos contra la propiedad o por pequeñas causas de narcotráfico”. Garantías y abusos del poder punitivo La etiqueta “garantista” se ha transformado en una descalificación, pero Rosso recuerda que el garantismo es el pilar del Estado de Derecho. “Las garantías no protegen a los delincuentes, sino a todos los ciudadanos frente a los abusos del poder”, afirmó. En ese sentido, el jurista advierte que sacralizar el castigo como solución política termina consolidando un sistema que “encierra antes de probar” y amplía su poder sobre los sectores más vulnerables. “El problema no es la inseguridad, sino la sacralización del poder punitivo”, subrayó. El desafío pendiente: justicia con igualdad El texto plantea que ningún código penal puede resolver problemas estructurales como el narcotráfico, la trata o la exclusión social. “Le pedimos al castigo una eficacia que no tiene”, sostuvo Rosso. Por eso, el autor llama a desconfiar de los gobiernos que celebran sus reformas penales como logros políticos: “El derecho penal no está hecho para festejar, sino para contener. Su función no es castigar más, sino limitar el sufrimiento injusto”. La conclusión es contundente: “La justicia no nace del encierro, sino de la igualdad que todavía nos debemos”. Si el país continúa confiando en el castigo como salvación, el miedo seguirá escribiendo las leyes y la cárcel será su horizonte. (Perfil)
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