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» Misionesopina
Fecha: 15/10/2025 20:52
El candidato a diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) en Misiones, Diego Hartfield, cuestionó el sistema de precios regulados que rigió durante más de dos décadas en el sector yerbatero y aseguró que esa política “solo generó una sobreproducción que hoy está hundiendo el mercado”. “El tema de la yerba lo venimos siguiendo de cerca”, afirmó Hartfield en diálogo con La Voz de Misiones, tras participar junto al secretario de Coordinación de la Producción de la Nación, Pablo Lavigne, del foro Misiones Productiva realizado en Posadas. “Me junté con productores, secaderos, molinos y también con los consumidores”, dijo, y remarcó que la situación actual del sector “es consecuencia directa de años de distorsión artificial”. “Hemos tenido un precio regulado 25 años, que no hizo otra cosa que, al garantizar el negocio, el mercado se inundara de gente plantando yerba”, argumentó el obereño, ex tenista y bróker financiero. “Tengo amigos odontólogos de Buenos Aires que plantaron 3.000 hectáreas; tengo conocidos, abogados, doctores; todo el mundo plantó yerba”, ejemplificó. Según Hartfield, la sobreoferta de hoja verde es hoy el principal problema de la cadena productiva. “Hace unos días estuve en un secadero y el dueño me mostró el galpón forrado de yerba”, contó, y agregó que “cuando no pudieron seguir fijando el precio, quisieron fijar la producción y pusieron ese límite de cinco hectáreas por productor”. El candidato libertario sostuvo que el verdadero desafío no pasa por reinstalar controles, sino por “bajar los costos, reducir la carga impositiva y trabajar sobre la demanda”. “Hay que dejar de mentirle a la gente: si seguimos garantizando precios artificiales, van a venir a plantar cada vez más hectáreas y hoy la hoja ya sobreabunda”, subrayó. Hartfield coincidió con Lavigne en que la desregulación del mercado yerbatero es irreversible y que el camino para recuperar competitividad pasa por fortalecer la productividad y la apertura comercial. “Lo que hay que hacer es facilitarle la vida al productor, no complicarla con más trabas”, insistió. Por su parte, Lavigne complementó que “en general, los precios mínimos o máximos nunca funcionaron para dar certidumbre ni sostenibilidad a largo plazo”. Ambos coincidieron en que el sector yerbatero “necesita estabilidad macroeconómica, reglas claras y menos intervención estatal” para volver a crecer. En ese sentido, Hartfield cerró: “La yerba tiene futuro, pero con un mercado libre y competitivo, donde el esfuerzo del productor valga más que un precio fijado por un burócrata”.
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