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» Diario Cordoba
Fecha: 15/10/2025 09:50
La Diputación Provincial y el Foro de Empresarias han puesto en marcha una segunda edición del programa de mentorías que el año pasado ya sirvió para dar apoyo profesional a unas 40 mujeres que solicitaron ayuda. Para este año se pondrá en marcha un nuevo programa que aspira a alcanzar al doble de emprendedoras, siempre en el ámbito rural, donde hay menos oportunidades. Precisamente este miércoles se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales. El plan ha servido para dar asesoramiento por parte de profesionales a mujeres que ya habían emprendido el camino empresarial, o bien para darles el empujón que necesitaban para avanzar en un camino complicado. Aquí se muestran los testimonios de dos de esas mujeres que con su esfuerzo están contribuyendo al desarrollo del mundo rural, creando empresas y valor añadido. Eva Sánchez, Priego de Córdoba El trabajo en el campo fue tradicionalmente cosa de hombres, pero cada vez son más las mujeres que deciden dedicarse a la agricultura como salida profesional. No se trata de jornaleras, sino de empresarias o autónomas que han hecho del cultivo su forma de vida. Eva Sánchez es una de ellas. Hace apenas un año que Eva es autónoma en la rama agrícola. A sus 40 años, pero tras toda una vida ligada al campo — «iba con mi abuelo a recoger membrillos cuando era una niña», recuerda—, ha decidido dar el paso y convertirse en su propia jefa. No tiene tierras propias, pero eso no es problema ya que ha podido arrendar unas 15 hectáreas de olivar y de membrillo en la Subbética, principalmente en Priego de Córdoba pero también en otros municipios del entorno. Su reciente maternidad ha sido clave en la decisión. Eva se lamenta de la dificultad de conciliar la vida familiar con el trabajo, de modo que optó por hacerse autónoma. "Este país no está preparado para las madres que quieren trabajar. Así puedo atender un poco más a mis hijos. En ocasiones incluso el bebé viene conmigo al campo o nos coordinamos para estar presente en su día a día, que para nosotros es fundamental", asegura. Su producción la comercializa a través de Almazaras de la Subbética, una de las principales cooperativas de la zona. «Tiene los mejores aceites del mundo», apunta; los premios internacionales de esta empresa avalan la opinión de esta agricultora del Sur de Córdoba. A partir de ahí sus productos llegan incluso al extranjero, principalmente a Europa. Eva Sánchez durante la recogida del membrillo en su finca. / CÓRDOBA Eva Sánchez señala que «yo ya conocía el trabajo del campo pero hasta ahora no me había animado a dar el paso» para ser autónoma. Una vez dentro, ha tenido que aprender a marchas forzadas cómo llevar una explotación, que va mucho más allá de recoger el fruto o atender las labores previas a la cosecha. Entre otras cosas, hay que saber llevar la administración. En ello ha sido fundamental el papel jugado por las mentorías de la Diputación y el Foro de Empresarias. En su opinión, «hoy en día vivimos en un mundo cada vez más informatizado y la agricultura no se puede quedar atrás, tiene que informatizarse, desde el registro de trabajadores hasta el uso de la Inteligencia Artificial. En todo eso me pusieron al día» en las mentorías, que no duda en calificar como «maravillosas». En su día a día Eva se enfrenta a los mismos problemas que los agricultores más veteranos. Uno de ellos es el cambio climático, que provoca cosechas impredecibles y que afecta especialmente a las zonas de secano como los terrenos con los que ella trabaja. «Dependemos mucho del clima, que está cambiando. Eso hace que el membrillo y el olivo en zona de secano se vea muy afectado. No es un camino seguro pero esperemos que poco a poco podamos subsistir haciendo lo que nos gusta», concluye. Juana Redondo, Pozoblanco Hace casi una década, y a sus sesenta años, Juana Redondo se lanzó al mundo empresarial junto con dos amigas para crear una pequeña empresa con la que pretendían aprovechar sus conocimientos de las plantas y remedios naturales de su zona, en el Valle de los Pedroches. Con mucha voluntad y esfuerzo, pusieron en pie Cosmética Pedroches, una sociedad con formato de cooperativa en la que comenzaron elaborando lo que sabían: jabones. Con un planteamiento humilde, en un principio tan sólo querían vender productos para la limpieza del hogar, sin mayores aspiraciones. Hoy la realidad de esta empresa del mundo rural es muy diferente. Su catálogo, que se ofrece en Internet además de en una tienda física en Pozoblanco, tiene decenas de productos que van más allá de los jabones. Hay cremas, lociones, aceites jabones y todo tipo de productos cosméticos naturales. La tienda de Cosmética Pedroches en Pozoblanco. / CÓRDOBA Juana explica que casi todos los ingredientes proceden de sus propias tierras. El aceite para elaborar la cosmética se elabora a partir de la aceituna de un pequeño olivar de unos 500 árboles en la zona. Allí también obtienen las plantas que ayudan a mejorar el producto. Hay romero, laurel, madroño, la jara tan abundante en Los Pedroches, el hipérico (o hierba de San Juan, un antiinflamatorio) u olivarda. «Lo importante para nosotras es que la inmensa mayoría de las plantas las recolectamos en nuestros olivos, que son de monte y que no tienen productos fitosanitarios», apunta Juana. Otras plantas como las naranjas se obtienen de su propio huerto. Y el áloe vera, muy demandado en los productos de cosmética, lo tienen plantado en el propio patio de la tienda física de Pozoblanco. Sólo así se aseguran de elaborar productos completamente naturales a su clientela, que incluye también empresas del sector. El origen de Cosmética Pedroches está en el aceite ecológico que producían en un primer momento para una empresa alemana de cosméticos. Fue esta compañía quien llevó un técnico a Pozoblanco para ofrecer un curso sobre elaboración de productos de belleza. «Aquello era otro mundo, no es lo mismo que hacer jabón», rememora Juana. Después las tres socias han tenido acceso a las mentorías, «que te abren los ojos a cosas de las que no tienes ni idea, como la informática». «Son cosas sencillas para otras personas, pero a nosotros nos cuesta más». En eso tuvieron la ayuda del programa.
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