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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/10/2025 06:54
Amín está preso desde 2009 y recibió el beneficio de salidas transitorias Pablo Maximiliano Amín, condenado a prisión perpetua en 2009 por estrangular a su pareja, mutilar su cuerpo y arrastrarlo por los pasillos de un hotel de Tucumán, accedió a un régimen de salidas transitorias. La medida, otorgada después de 18 años de encierro, le permite salir del penal de Villa Urquiza dos veces al mes bajo custodia judicial. El femicidio que llevó a “El loco” a quedar tras las rejas ocurrió en 2007 y la víctima fue María Marta Arias, una joven de 23 años con quien se había casado unos meses antes. La decisión fue adoptada por la jueza de Ejecución Penal y respaldada por el Tribunal de Impugnación, aun ante la oposición expresa del Ministerio Público Fiscal (MPF). Según explicó El Liberal, el convicto deberá respetar el régimen impuesto de tres horas por salida. La resolución judicial se fundamentó en los criterios establecidos por la ley de Ejecución Penal, que permiten acceder a estos beneficios cuando el recluso cumple con buena conducta y reúne los requisitos formales que exige la normativa vigente. El brutal ataque conmocionó a la población, tras conocerse los detalles de cómo fue ultrajado el cuerpo sin vida de Arias. La historia se remonta a los hechos ocurridos el 27 de octubre de 2007. La pareja, oriunda de Santiago del Estero, viajó a Tucumán para asistir a un congreso junto a otros cuatro compañeros de trabajo. Se alojaron en el hotel Catalinas Park y les tocó la habitación 514. Durante esa jornada, los testigos relataron que Amín manifestó comportamientos atípicos, como episodios de insomnio y declaraciones que denotaban paranoia. Durante la tarde, en compañía de su esposa, afirmó en una plaza pública que era perseguido por alguien que quería matarlo y tuvo que ser asistido por agentes policiales. En ese contexto, el comisario a cargo escuchó frases como: “Ella ya no me quiere. Me quiere alejar de todos. No quiero hablar con mi esposa, no quiero hablar con mis amigos. No confío en nadie”. Amín fue llevado al hospital y, tras permanecer bajo observación durante una hora, se le dio el alta médica. Posteriormente, cuando parecía que el hombre se había recuperado del episodio sufrido, la pareja y sus compañeros cenaron en las inmediaciones al hotel y regresaron para descansar. De acuerdo con la causa, ambos ingresaron al ascensor de la mano y se dirigieron a la habitación, y a partir de ese instante se desencadenaron los violentos acontecimientos. Según el expediente judicial, el hombre —experto en artes marciales— atacó a Arias mientras dormía, utilizando fuertes maniobras de estrangulamiento. El nivel de agresión empleado se extendió hasta después de la muerte. Le extrajo los ojos y los depositó sobre la cama; lesionó gravemente las zonas íntimas de la víctima y la agredió físicamente. Luego, retiró el cuerpo de la habitación y lo desplazó por las escaleras hasta el primer piso, donde continuó golpeándolo. Un empleado del hotel advirtió la situación y dio aviso a las autoridades. Al llegar la Policía, el hombre manifestó: “No se preocupen, estoy en estado de emoción violenta”. Según el jefe policial, el condenado padeció “un brote psicótico, por ello decía que escuchaba voces que le indicaban hacer lo que hizo”. El hotel donde se hospedó la pareja en 2007 La investigación judicial determinó la autoría material del hombre, que en aquel entonces tenía 27 años, en el crimen y dos años más tarde fue condenado a prisión perpetua. “Mientras estaba acostado me puse sobre ella y comencé a apretarle el cuello con las manos con todas mis fuerzas", sostuvo durante la audiencia acusatoria. Durante el proceso, los motivos exactos del asesinato no quedaron esclarecidos. Entre las hipótesis del expediente figura la existencia de supuestas fotografías que involucraban a la víctima y que podrían haber sido un desencadenante del ataque. Sin embargo, esa circunstancia no llegó a comprobarse fehacientemente durante el juicio oral ni quedó asentada como causa directa en la condena. Habiendo transcurrido 10 años de su ingreso al sistema penitenciario, Amín contrajo matrimonio civil y religioso con una mujer que conoció durante su reclusión en el pabellón de máxima seguridad del penal.
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