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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/10/2025 20:53
El salto de Felix Baumgartner El 14 de octubre de 2012, un día pero 13 años atrás, el austríaco Felix Baumgartner protagonizó uno de los hitos más espectaculares de la historia de los deportes extremos. A los 43 años, se elevó en una cápsula suspendida de un globo de helio hasta alcanzar la estratósfera, situado a casi 39.068 metros de altura, sobre el desierto de Roswell, Nuevo México. Hace escasos meses, quien logró convertirse en un récord Guinness falleció mientras realizaba una prueba inédita. Vestido con un traje presurizado, similar al de los astronautas y diseñado especialmente para soportar las condiciones extremas de la atmósfera superior, abrió la escotilla de la cápsula con una frase que se haría célebre: “A veces tienes que ir muy alto para entender lo pequeño que eres”. Acto seguido, se arrojó al vacío y realizó una caída libre que revolucionó no solo el paracaidismo sino también la ciencia aplicada a la supervivencia a grandes alturas. Durante los cuatro minutos y veinte segundos que duró la caída libre, Baumgartner rompió varios récords mundiales: su salto fue el más alto jamás realizado desde más de 39 mil metros; estableció la mayor altitud alcanzada por un vuelo en globo tripulado y, lo más asombroso, se convirtió en el primer ser humano en superar la velocidad del sonido con su propio cuerpo, alcanzando 1.357,64 kilómetros por hora (Mach 1,25). Felix Baumgartner realizó en 2012 el salto en paracaídas más alto de la historia desde la estratósfera REUTERS La proeza requirió años de preparación y el respaldo del proyecto Red Bull Stratos, que aportó cinco años de trabajo y 20 millones de dólares en inversión para desarrollar la cápsula, los equipos y los procedimientos de seguridad. El impacto mediático del evento fue inmediato y gigantesco. Cientos de millones de personas siguieron la transmisión en vivo por televisión y plataformas digitales. El salto de Baumgartner batió todos los récords de audiencia en YouTube y constituyó una de las coberturas más vistas de la historia, alcanzando simultáneamente la atención de cuarenta cadenas de televisión y más de 130 medios digitales. La hazaña generó debates científicos y tecnológicos, pues el experimento aportó datos de enorme valor para la seguridad y el equipamiento de astronautas y aviadores, abriendo la posibilidad de perfeccionar protocolos para eventuales situaciones de emergencia fuera del planeta. La transmisión global, la velocidad supersónica y el desarrollo tecnológico posicionaron al austríaco como leyenda de la aventura y la exploración Red Bull Stratos /Red Bull Content Pool/Handout via REUTERS Baumgartner no solo consolidó su condición de leyenda tras ese salto, sino que también se convirtió en un verdadero referente mediático y cultural. Su presencia trascendió los ámbitos deportivos, inspirando a nuevas generaciones de atletas y entusiastas de las aventuras extremas. Su ejemplo alentó la investigación en tecnología aeroespacial destinada tanto a profesionales como a posibles turistas espaciales, según explicó Jonathan Clark, director médico del proyecto Stratos. El austríaco fue premiado con el Laureus al Mejor Deportista Extremo del Año y continuó participando en exhibiciones aéreas y eventos vinculados a la divulgación científica y deportiva. Pero la trayectoria de Baumgartner había comenzado muchos años antes. Nacido en Salzburgo en 1969, realizó su primer salto con 16 años y formó parte de las fuerzas especiales del ejército austríaco antes de dedicarse de lleno a los deportes de riesgo. Ostenta otras hazañas pioneras, como ser la primera persona en cruzar el Canal de la Mancha sin motor, con un traje de fibras de carbono con alas, y descender desde monumentos emblemáticos como las Torres Petronas de Kuala Lumpur, el viaducto de Millau en Francia, el Turning Torso de Malmö y la torre Taipei 101. Incluso conquistó la cueva de Mamet en Croacia con un salto de 200 metros en caída libre. El austríaco rompió la barrera del sonido y estableció varios récords mundiales en deportes extremos Un trágico error y el fallecimiento de una figura Recientemente, la vida del paracaidista dio un abrupto giro el 17 de julio de 2025. Mientras se encontraba de vacaciones en la localidad italiana de Porto Sant’Elpidio, en la costa adriática, sufrió un accidente mortal mientras pilotaba un parapente motorizado. Las primeras informaciones señalan que Baumgartner sintió un malestar repentino en pleno vuelo, lo que le hizo perder el control del aparato y estrellarse contra la piscina de un complejo hotelero. Una mujer resultó herida durante el suceso, aunque no de gravedad. El propio deportista llevaba días compartiendo imágenes en redes sociales sobrevolando la costa y quejándose de los fuertes vientos. Las investigaciones preliminares indicaron que el austriaco habría fallecido antes del impacto, consecuencia directa del episodio sufrido durante el vuelo. La noticia conmocionó a millones de seguidores y a la comunidad deportiva internacional. Diversos medios, como Heute, RAI y Corriere della Sera, dieron cobertura detallada del hecho, mientras el fiscal Raffaele Iannella confirmó que se trató de un error humano: “Cayó en espiral y no pudo salir. No pudo realizar la maniobra que debía haber hecho para salir de la caída”. El parapente no presentaba fallas técnicas, por lo que la fiscalía solicitó el cierre del caso tras descartar la responsabilidad de terceros. La desaparición de Felix Baumgartner deja un vacío significativo en el mundo de los deportes extremos. Su legado perdura en los récords que aún se estudian, en el desarrollo técnico de equipos para alta altitud y en la influencia cultural de sus espectaculares hazañas, que marcaron para siempre la historia de la aventura humana.
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