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  • La ciencia confirma que se traspasó el primer punto de inflexión: revelan que los corales están en riesgo de desaparición total

    » El Ciudadano

    Fecha: 14/10/2025 10:55

    Las últimas semanas trajeron una alerta solemne: la Tierra habría atravesado ya su primer “punto de inflexión climático” irreversible, ligado al colapso progresivo de los arrecifes de coral tropicales. Según el reporte Global Tipping Points, liderado por la Universidad de Exeter y con apoyo de 160 científicos de 23 países, los arrecifes de agua cálida están en una trayectoria de declive desde la cual será imposible retroceder bajo las condiciones climáticas actuales. El golpe no sería solo ecológico: compromete medios de vida de cientos de millones de personas que dependen de la pesca, el turismo y la protección costera. Qué es un punto de inflexión climática En el ámbito del cambio climático, un punto de inflexión (o tipping point) es un umbral crítico en un sistema natural –una selva, un glaciar, una corriente oceánica o un ecosistema marino– más allá del cual ese sistema cambia de forma rápida, abrupta, muchas veces irreversible, hacia otra configuración. Puede implicar que, incluso si se revierten parcialmente algunas presiones (como reducir emisiones), el sistema ya haya entrado en una dinámica propia de degradación autoalimentada. Los investigadores han identificado más de veinte de estos puntos potenciales en el sistema Tierra: la Amazonía, las capas de hielo de Groenlandia o la Antártida, la circulación oceánica, el permafrost, entre otros. Un aspecto clave es que estos puntos no actúan de forma aislada: cruzar uno puede aumentar la presión sobre otro, generando cascadas de efectos no lineales. Por ejemplo, la pérdida de hielo reduce el albedo (es decir, la reflexión de radiación solar) y acelera el calentamiento, lo cual puede impulsar más deshielo o liberar gases del permafrost. La novedad del informe reciente es la conclusión de que uno de esos puntos ya estaría atrás: el correspondiente a los arrecifes tropicales de coral. Importancia y vulnerabilidad Los corales construyen estructuras calcáreas que forman los arrecifes, ecosistemas marinos de altísima biodiversidad. A pesar de ocupar zonas relativamente pequeñas del océano, albergan cerca del 25 % de las especies marinas, actuando como viveros, corredores biológicos y soporte de muchas cadenas tróficas. Además, los arrecifes cumplen funciones socio­económicas vitales: sustentan pesquerías costeras, dan sustento económico al turismo en muchos países, amortiguan el impacto de tormentas y oleajes costeros, y actúan como reservas genéticas. Pero son extremadamente sensibles al estrés climático. Cuando la temperatura del agua se eleva apenas 1–2 °C por encima del óptimo durante semanas, los corales expulsan las microalgas simbióticas de sus tejidos –que les aportan nutrientes y color–, en un fenómeno conocido como blanqueamiento. Si ese estado persiste, los corales pueden morir. En las últimas décadas, los eventos de blanqueamiento masivo se repiten con mayor frecuencia, reduciendo la capacidad de recuperación entre episodios. Esa reducción en los “tiempos de respiro” erosiona la resiliencia del ecosistema. Un estudio reciente describe que muchos arrecifes tropicales ya superaron el “punto de inflexión térmico”, estimado entre 1 °C y 1,5 °C de calentamiento respecto a la era preindustrial, con un valor central de 1,2 °C. Para ese rango, los corales dominados por especies sensibles comenzarían a desaparecer casi por completo, salvo en pequeños refugios. De hecho, el informe señala que el calentamiento global ya rondaría los 1,4 °C, lo que empujaría a los arrecifes hacia una “zona inexplorada” (un estado nunca antes observado) de deterioro irreversible. Según estimaciones, a 1,5 °C de calentamiento podrían perderse entre el 70 y 90 % de los arrecifes. Si se llega a 2 °C, la pérdida podría ascender al 99 %. Este escenario –donde el daño ya no es reversible con las condiciones presentes– es el que conceptualiza el informe como “primer punto de inflexión climático” consumado. ¿Cuán irremediable es ese declive? Algunas voces científicas han cuestionado esta visión absoluta. Un coralista destacado propone que algunas especies podrían adaptarse a temperaturas mayores a las proyectadas, aunque aclara que esto requeriría acciones agresivas en mitigación y manejo local. Esa perspectiva no niega el declive, sino que plantea que no todo está perdido si ocurre una reducción rápida de emisiones y medidas de protección local. Pero el consenso mayoritario es que muchos arrecifes ya entraron en una fase de vulnerabilidad extrema, donde su restauración masiva será muy difícil. Un punto clave es que los umbrales del punto de inflexión coralino no solo dependen de la temperatura, sino de la interacción con otros factores de estrés: contaminación costera (nutrientes, sedimentos), sobrepesca, enfermedades, acidificación oceánica, impacto de tormentas, manejo local deficiente. Estas interacciones pueden hacer que el umbral real sea más bajo del que se calcula de modo aislado. En un artículo reciente, se argumenta que ya estamos en un estado de “sobrepaso” del punto de inflexión coralino, es decir, que los arrecifes sobreviven en condiciones de estrés constante y requieren que las políticas climáticas regresen las condiciones a niveles más seguros para evitar su colapso definitivo. Por otro lado, algunos críticos del concepto de tipping point más general alertan que en el cambio climático global no siempre hay rupturas abruptas en todas las proyecciones climáticas, y que la “irreversibilidad” puede depender del tiempo, la escala y las variables consideradas. Pero en el caso de ecosistemas biológicos sensibles (como los corales) se acumulaban ya suficientes señales de transición no lineal. Una evidencia contundente reciente es que desde enero de 2023 hasta hoy ha tenido lugar el cuarto evento global de blanqueamiento, considerado el más severo hasta ahora, que afectó al menos el 84 % de los arrecifes mundiales. En ese contexto, el informe advierte que los arrecifes ya no recuperan su estructura previa entre eventos, y la tasa de mortalidad supera ampliamente sus mecanismos de regeneración. El reporte apunta que aún existen “puntos de inflexión positivos” en la sociedad –por ejemplo, la adopción acelerada de energías limpias, vehículos eléctricos o innovaciones de bajo carbono– que podrían desencadenarse en cascada y revertir tendencias. Pero eso requiere que se activen antes de que los umbrales ecológicos críticos sean cruzados irreversible­mente. Los científicos recuerdan que hablar de “ventana de oportunidad” es más que una metáfora: el tiempo para evitar nuevos puntos de inflexión es estrecho y cada décima de grado cuenta.

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