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» Diario Cordoba
Fecha: 11/10/2025 15:45
Mi prima María se casó hace unos días. Fue una boda de las fabulosas, por la combinación de dos personas buenas pasándoselo bien el día que se lo tienen que pasar y un Javier Campos en estado de gracia: el que quiera entender, que entienda. Somos una familia pequeña, dura y eficaz. Nos enteramos de las cosas por una complicada red de llamadas de teléfono que se realizan en las generaciones superiores y nos van teniendo informadas a las inferiores con diversas censuras y modificaciones para que no nos desmandemos. Hay un punto de orgullo en no tener que preguntarnos cómo va la vida pese a llevar meses sin vernos, aunque según las censuras que no te han hecho vas comprendiendo tu puesto generacional, tu rango de ‘apparátchik’ o, realmente, la edad que vas teniendo. En la familia muy próxima la cercanía nos quita visión, no somos conscientes del todo de lo que nos parecemos. El fogonazo viene en la familia ligeramente ampliada, los tíos y primos, que de pronto manejan las mismas historias con alguna innovación y sacan sus gestos y palabras calcados a los propios, porque todos tenemos el mismo gen poniéndonos a danzar. En las familias corren ciertos talentos y maldiciones y los vamos pescando como patos de feria, sumando puntos al final para saber para qué premio nos da. Es curioso: en todas las familias hay un momento en el que se resiste a ciegas y no por uno mismo, momentos de dar ejemplo a la sangre ya aguada, a cien años después o más, dejando pagada la cuenta de los choznos. Busco en mis hijos el resultado de esas resistencias, atiendo a qué números van saliendo del saco de mágicas recesiones. Van teniendo suerte. *Abogado
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