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Gualeguaychu » Reporte2820
Fecha: 11/10/2025 12:18
Eran 12 compañeros, pero a solo unos días del arranque quedaron tres. Cuando todo se complicó siguió solo una integrante y después vino un aluvión de solidaridad. La historia de Valentina, que resistió con su carroza y ya es una realidad. De la nada al todo, con una suma de manos solidarias, las Carrozas Estudiantiles demostraron otra vez que la constancia da sus frutos. "Persevera y triunfarás" reza un antiguo proverbio donde la iniciativa, el esfuerzo y la tenacidad son parte fundamental de los logros en la vida. Y esa lógica aplica perfectamente para Valentina Baygorria. En el curso de 6° 3 del Colegio Nacional "Luis Clavarino", el entusiasmo por las Carrozas Estudiantiles 2025 se transformó en un desafío mayor del que cualquiera podría imaginar. De un grupo que empezó con más de una docena de participantes, pasaron a ser tres: Valentina, Ailén Babio y Facundo González. Pero la historia no terminó ahí. "Mictlán", la carroza inspirada en la cultura mexicana y la noche de los muertos, parecía estar destinada al fracaso cuando lo impensado sucedió: Valentina quedó sola. El momento crítico "Hubo problemas, hubo risas, complicaciones", cuenta Valentina a R2820 al recordar ese momento. "Mucho estrés, yo supongo que sobrellevar una carroza entre los tres nos llevó a peleas, cansancio, frustración y problemas. Y bueno, Facundo y Ailen dijeron 'no puedo más'". Fue entonces cuando su coordinador, Hernán Domínguez le planteó la situación con franqueza: "Me dijo 'si vos querés continuamos, si no, paramos todo'. Y me dijo 'yo te recomiendo que sigas, que no dejes nada, que hay que meterle con todo'". Valentina eligió seguir y la solidaridad transformó la soledad, en fuerza y pujanza. "Empecé a contar a los amigos que básicamente me quedé sola", explica. Y ahí pasó algo hermoso: la gente respondió. "Dijeron 'yo te ayudo'. Vienen de otras escuelas, amigas que ya no van al colegio, pero que tienen nuestra edad y nos ayudan. De otros cursos también tenemos ayuda, o sea, de todos lados". Pero hubo un momento especial que Valentina no olvida: "Parecía imposible, pero apareció un ser mágico. Nos estábamos quedando solos, complicados con el engrudo y el armado. Entonces, un día vino Maicol. Es como el más vago del curso, digamos, y llegó con todas las energías a decir 'bueno, vamos, empecemos'. Y empezamos. Parecía imposible hacer la carroza, pero llegó Maicol con las buenas energías, a ayudarnos con todo y arrancamos". El toque final: llegando a la meta Con la carroza casi lista para el desfile de esta noche, Valentina enfrenta el último desafío: conseguir gente para empujarla. "Le empecé a pedir, por favor, amigos. Decirle 'che, amigo, por favor, ayuda'. Es empujar. Los tenés que convencer un poquito", admite entre risas. La estrategia familiar también entró en juego: "Aparte mi papá decía 'chicos, por favor, yo les compro un pancho con tal de que nos ayuden'". Porque la carroza es pesada y también les decimos que "somos famosos por las notas en los medios", bromea Valentina con orgullo. Conseguir materiales tampoco fue sencillo. "Al principio nos venían ayudando con todas las entrevistas, nos donaban plata, nos donaban materiales, pero después se nos fue medio que complicando ahí. Tuvimos que recurrir a hacer unas tortafritas para juntar plata y comprar materiales". ¿Cómo llega Valentina a la víspera del gran día? "Nerviosa, pero re llegamos. Llegamos re bien", responde con una sonrisa que refleja todo el camino recorrido. Esta noche, cuando "Mictlán" desfile en la pasarela, no será solo una carroza más. Será el testimonio vivo de que perseverar, aunque te quedes solo, aunque parezca imposible, vale la pena. Porque al final, cuando elegís no rendirte, el mundo conspira para ayudarte. Y Valentina lo demostró.
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