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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/10/2025 08:39
Compartir artículos de baño puede propagar bacterias, virus y hongos resistentes, advierten especialistas (Imagen Ilustrativa Infobae) Olvidar la toalla, la maquinita de afeitar o el cepillo de dientes durante un viaje puede parecer un contratiempo menor, pero recurrir a los artículos de baño de otra persona implica riesgos para la salud que suelen pasar inadvertidos. Expertos citados por The Conversation y diversos estudios científicos señalan que compartir artículos de baño facilita la transmisión de bacterias, virus y hongos, algunos resistentes a los antibióticos o causantes de enfermedades graves. Aunque vivir en el mismo lugar supone un intercambio de microbios, los especialistas destacan que evitar el uso compartido de objetos de higiene personal es una medida sensata que reduce la exposición a infecciones. La supervivencia de microbios en artículos de baño puede extenderse desde días hasta años (Imagen Ilustrativa Infobae) La capacidad de supervivencia de los microbios en superficies de baño es considerable. Según información recogida por The Conversation, bacterias, virus y hongos patógenos pueden mantener su actividad en materiales como tela, plástico y metal durante periodos que van desde días hasta años. Por ejemplo, el hongo Aspergillus puede seguir siendo viable más de un mes en tejidos y plásticos, mientras algunas bacterias sobreviven en estos entornos durante años. Los virus, a su vez, persisten en cerámica, metales, telas y plásticos desde unas horas hasta varios meses, lo que incrementa el riesgo al compartir objetos de uso personal. 1. Toallas usadas y transmisión de bacterias El caso de las toallas usadas ilustra este peligro. Estudios citados por The Conversation muestran que compartir toallas incrementa la probabilidad de infecciones cutáneas. Un case report (informe detallado de un caso clínico que describe la aparición y el manejo de una situación médica específica) realizado en Estados Unidos documentó un brote de Staphylococcus aureus resistente a los antibióticos entre jugadores de fútbol americano de secundaria. Los deportistas que compartieron toallas presentaron una probabilidad ocho veces mayor de infectarse. Esta bacteria puede provocar impétigo, una afección cutánea que, en ocasiones poco frecuentes, desencadena un shock séptico potencialmente mortal. El uso compartido de toallas incrementa el riesgo de infecciones cutáneas por bacterias resistentes (Freepik) El riesgo aumenta en ambientes donde existen cortes o raspaduras, como ocurre en deportes de contacto. Otro estudio estadounidense, que analizó 150 hogares durante un año, observó un aumento significativo de la transmisión de Staphylococcus aureus cuando los miembros de la familia intercambiaron toallas. El lavado con agua y jabón reduce la cantidad de microbios en la piel, pero no los elimina completamente, y las condiciones cálidas y húmedas del baño favorecen su proliferación. Incluso sin desarrollar una infección, la colonización por patógenos representa un problema, especialmente en especies resistentes a antibióticos, pues las infecciones derivadas suelen requerir tratamientos más largos y costosos. 2. Cepillos de dientes y transmisión de virus El cepillo de dientes representa otro punto de riesgo. Los microbios sobreviven en objetos duros como los cepillos, y el contacto con las encías puede causar sangrado, lo que facilita la transmisión de virus como la hepatitis C. Desde The Conversation, expertos advierte que compartir cepillos de dientes no es recomendable por este motivo. Además, muchas personas podrían estar en riesgo de portar hepatitis C sin haber sido diagnosticadas, ya que esta infección puede cursar sin síntomas. Cepillos de dientes y maquinitas de afeitar pueden transmitir virus como hepatitis C y papiloma humano (Imagen Ilustrativa Infobae) Cualquier objeto que haya estado en contacto con la saliva, como el cepillo de dientes, puede transmitir patógenos como el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) o el virus de Epstein-Barr, causante de mononucleosis infecciosa. Incluso personas sin síntomas de HSV-1 pueden propagar el virus. Una revisión citada por The Conversation encontró que los cepillos de dientes pueden estar contaminados con bacterias potencialmente patógenas como Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Pseudomonas, así como con HSV-1 en cantidades suficientes para causar infección. Este último puede seguir activo entre dos y seis días en objetos plásticos. 3. Maquinitas de afeitar y riesgo de transmisión sanguínea Las maquinitas de afeitar tampoco están exentas de riesgo. Los microbios sobreviven en superficies duras como las cuchillas, y los pequeños cortes durante el afeitado abren paso a la transmisión de virus presentes en sangre. Además, estos objetos pueden propagar el virus del papiloma humano, responsable de la aparición de verrugas. Por ello, los dermatólogos recomiendan que cada persona utilice exclusivamente sus propios objetos de aseo, según recoge The Conversation. Personas con heridas o sistema inmunológico debilitado son más vulnerables a infecciones por compartir objetos de baño (Freepik) Algunos grupos presentan mayor vulnerabilidad al compartir artículos de baño. Las personas con cortes o heridas tienen una vía de entrada directa para los microbios, tal como se observó en deportistas que compartieron toallas. Además, quienes tienen el sistema inmunológico debilitado —bebés, ancianos, personas bajo tratamiento inmunosupresor o con diabetes tipo dos— son más susceptibles a infecciones. En estos casos, la exposición a patógenos puede tener consecuencias más severas debido a la reducida capacidad de defensa. 4. Contaminación en brochas y pinceles cosméticos: lo que revela la ciencia Un estudio publicado en International Journal of Microbiology analizó los niveles y tipos de contaminación bacteriana presentes en brochas y pinceles de maquillaje. Los resultados mostraron que estos productos de uso diario pueden almacenar una gran cantidad de bacterias potencialmente patógenas, como Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa, debido a la acumulación de residuos, la humedad y el contacto repetido con la piel. Compartir brochas y accesorios de maquillaje, sobre todo sin una limpieza regular, puede favorecer la transmisión de microbios y aumentar el riesgo de infecciones cutáneas (Imagen Ilustrativa Infobae) La investigación destacó que la limpieza poco frecuente y el hábito de compartir brochas y pinceles pueden aumentar notablemente el riesgo de transmisión microbiana. Además, el ambiente cálido y húmedo contribuye a la supervivencia prolongada de estos microorganismos, lo que convierte a los accesorios de maquillaje en posibles vehículos de enfermedades cutáneas e infecciones resistentes. Estas evidencias refuerzan la recomendación de no compartir artículos personales y de mantener rutinas de limpieza adecuadas para minimizar los riesgos para la salud. A pesar de estos riesgos, The Conversation aclara que la probabilidad de contraer una infección por compartir artículos de baño suele ser baja en la mayoría de situaciones. En convivientes o parejas, el contacto estrecho ya implica un intercambio habitual de microbios. No obstante, los expertos sostienen que mantener la costumbre de no compartir objetos de higiene personal es una práctica prudente para proteger la salud. Usar solamente los propios artículos de baño reduce la exposición a infecciones evitables, como subrayan los especialistas consultados por The Conversation mediante tres ideas clave: la duración de la viabilidad de los microorganismos, la mayor incidencia en contextos con lesiones o sistemas inmunológicos debilitados y la importancia de mantener hábitos de higiene personalizados.
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