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» Elterritorio
Fecha: 08/10/2025 21:19
En una charla que combinó historia, análisis y compromiso, la directora Laura Manson y el artista visual misionero Josi Guaimas debatieron en "Oberá en Cortos" sobre la necesidad de valorar el videoclip como obra artística y motor de identidad cultural. "Hagan, prueben, fallen y vuelvan a probar", animó ella. miércoles 08 de octubre de 2025 | 18:15hs. Una mirada reflexiva sobre el arte y la industria del videoclip. //Fotos: Oberá en Cortos. "Espero que el año que viene tengamos categoría videoclips". El deseo hecho público de Laura Manson cosechó aplausos y marcó el espíritu de la charla "El videoclip como vanguardia, desarrollo e identidad", realizada esta tarde en el espacio Entre Fronteras del Festival Internacional de Cine "Oberá en Cortos". Ante una audiencia atenta y diversa, la reconocida directora, productora y creadora de contenidos para música, arte y cultura, compartió junto al artista visual misionero Josi Guaimas una profunda mirada reflexiva sobre el rol del videoclip como herramienta de expresión cultural, identidad y experimentación. El encuentro, que contó con intérpretes en lengua de señas, fue mucho más que una exposición técnica, y se transformó en un espacio de debate sobre la evolución del formato, sus desafíos actuales y la necesidad de reconocerlo como parte fundamental de la industria audiovisual. Es que "pese a su masivo consumo, el videoclip continúa siendo un formato poco valorado y sin políticas de apoyo específicas", apuntó la directora. En esa línea, reveló que "no existen programas de financiamiento, incentivos ni reconocimiento institucional que acompañen su desarrollo". Sin embargo, ambos dejaron en claro que es uno de los vehículos "flexibles y potentes" para "difundir cultura y construir ideología". Arte, comunicación e identidad Manson comenzó destacando que el videoclip es uno de los formatos más consumidos del mundo, especialmente entre adolescentes y jóvenes, pero también uno de los más subestimados dentro del campo audiovisual. "Es un formato del que menos se sabe, y el más subestimado dentro de la industria", señaló, subrayando que "son obras atemporales, hechas una sola vez para una canción determinada, y entiendo que debemos darle el lugar que merecen como objetos culturales valiosos". Para la directora, el videoclip no solo acompaña a la música, sino que la resignifica, la amplifica y la vuelve imagen. "Desde la visión se puede rescatar o hundir un proyecto", afirmó, poniendo énfasis en la importancia de la dirección artística en la creación de identidad. "Todos vimos videoclips que nos marcaron generacionalmente, pero pocas veces se analiza su impacto real en la formación de imaginarios culturales", agregó. De Gardel a YouTube Manson propuso ante los asistentes un recorrido por la historia del videoclip, recordando que Carlos Gardel cantando a cámara en los años 30 puede considerarse uno de los primeros antecedentes del género a nivel mundial. Décadas más tarde, 'Bohemian Rhapsody' de Queen (1975) marcó un antes y un después, al ser el primer videoclip concebido para la televisión como pieza artística pensada, planificada e independiente. Con la llegada de Internet y el auge de las paltaformas de reproducción de contenido, el formato se consolidó como fenómeno global, tanto que, por ejemplo, el 70% del tráfico actual de YouTube corresponde a videoclips, aunque paradójicamente el análisis técnico o artístico del formato es mínimo. "Nunca sabés cuándo un videoclip puede pegar, pero eso no debería ser el motor de la creación", dijo Manson, invitando a "pensar en lo que queremos contar", y dejando en el aire una pregunta reflexiva: "¿Estamos yendo hacia donde nos lleva la ola o buceando hacia donde nosotros queremos ir?", en alusión a la dominación de los algoritmos y la generación de "contenido a la carta" que se conecta con lo que más se consume. Salir del algoritmo y volver al mensaje En la continuidad de su intervención, la directora retomó esa idea para reflexionar sobre el riesgo de la homogenización visual y la influencia del algoritmo en la producción contemporánea. "El público no lo pide, se lo das. El público va a consumir lo que vos le ofrezcas. Si le das la posibilidad de elegir y de salir de la homogeneización -de los autos caros, el champagne, las fiestas eternas-, también va a elegir eso. Hay que ofrecerle otras imágenes, otras narrativas", señaló. En esa línea destacó que muchos artistas jóvenes ya están apostando por mostrar realidades distintas, construyendo desde la emoción y no desde la ostentación. "Eso también es una elección artística. No todo tiene que ser brillo y exceso. Podés contar una historia, dejar un mensaje, hablar de una época", dijo, y con honestidad, reconoció que muchas veces se pregunta para quién hace un videoclip. "Quiero que siga teniendo sentido, que diga algo. No podemos seguir repitiendo fórmulas sin preguntarnos qué estamos comunicando", reflexionó, y agregó: "No podemos hacer videoclips solo para alimentar al algoritmo. Tenemos que hacerlos para decir algo, para dejar una huella, para construir identidad cultural. Ese es el verdadero valor del formato". La importancia de generar contenidos locales Por su parte, Josi Guaimas profundizó sobre el vínculo entre el videoclip y la construcción de identidad cultural. Hizo hincapié en la necesidad de crear contenidos que representen realidades locales, en lugar de reproducir estéticas y hábitos importados. "El carácter de lo que vemos en pantalla viene muchas veces de afuera. De repente, en nuestros videoclips aparecen chicos imitando cosas de otros lados, sin entender su contexto. Es rarísimo", observó, sobre esa imitación de patrones extranjeros. "Tenemos toneladas de referencias de afuera, por eso sería bueno ocupar esos espacios con producciones propias, que cuenten nuestras historias y hablen de lo que realmente nos atraviesa", concluyó. Pero lejos de plantear censura, propuso ampliar el horizonte narrativo del videoclip, porque "no se trata de hacer contenidos 'sanos', sino auténticos. Mostrar nuestras calles, nuestras fiestas, nuestros barrios, nuestras contradicciones. Porque los hábitos de consumo y las problemáticas sociales también son parte de nuestra identidad". Según Guaimas, el desafío "es afirmar la identidad local" y en esa idea "el videoclip puede ser una herramienta poderosa para construir cultura desde lo nuestro, sin copiar modelos que no nos pertenecen", apuntó. Un terreno de experimentación y aprendizaje Ambos oradores coincidieron en que, pese a la falta de apoyo económico y de reconocimiento audiovisual, el videoclip sigue siendo un espacio de enorme libertad creativa. "Es un terreno de experimentación y aprendizaje. Con libertad total, donde incluso el error puede convertirse en un recurso. No hay otro formato que lo permita tanto", destacó Manson. Por eso, su mensaje final fue un llamado a seguir creando, filmando y explorando sin miedo. "Una buena cabeza, una buena idea. Filmar con una cámara o con un celular. Hagan, prueben, fallen y vuelvan a probar, porque es la única manera de descubrirse a uno mismo", acotó. Con esa invitación, la charla cerró dejando una certeza compartida, focalizada en que el videoclip no es solo una extensión de la música, sino una forma de arte capaz de narrar, cuestionar y transformar la realidad cultural. Y en ese proceso, como dijo Manson al inicio, tal vez el año que viene merezca, por fin, su propia categoría en Oberá en Cortos.
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