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» Elterritorio
Fecha: 08/10/2025 08:59
Nelson Orlando De Menes (51) comenzó a ser juzgado por el homicidio de su madre perpetrado en 2019. Se desligó del hecho y apuntó contra el ex de la mujer. Continúa hoy desde las 8.30. miércoles 08 de octubre de 2025 | 4:00hs. Elsa fue hallada sin vida, golpeada y en un charco de sangre en el interior de su vivienda del barrio 2 de Febrero. En la sala del Tribunal Penal Uno de Posadas comenzó ayer el debate oral contra Nelson Orlando De Menes (51), acusado de asesinar a garrotazos a su madre Elsa Díaz mientras ella dormía entre el 9 y 10 de febrero de 2019 en su vivienda de Candelaria. Desde entonces De Menes está detenido y -en caso de ser hallado culpable- podría ser condenado a prisión perpetua. El juicio comenzó minutos después de las 8.40, cuando De Menes llegó custodiado por agentes del Servicio Penitenciario y se sentó en el banquillo de acusados por la imputación de “homicidio agravado por el vínculo”. El Tribunal Penal Uno está conformado por la magistrada Viviana Cukla -presidente-, Gustavo Bernie y Miguel Ángel Faría (subrogante). En tanto, la defensa está representada por la defensora oficial Celina Silveira Márquez y la parte acusatoria a cargo del fiscal Martín Alejandro Rau. Fue así que, minutos antes de las 9 se dio lugar a la lectura del requerimiento de elevación a juicio del expediente formulado en etapa de instrucción por la fiscal Amalia Spinatto Según se pudo reconstruir en la lectura, el asesinato de Elsa Díaz se cometió entre las 21 del 9 de febrero de 2019 y las 8 de la mañana del 10, en la vivienda que la mujer que residía junto a su hijo -sobre la calle Uruguay del barrio 2 de Febrero de Candelaria-. A partir del informe de autopsia se pudo determinar que la mujer fue atacada con un objeto contundente mientras dormía. La golpiza fue tal que la mujer sufrió un traumatismo craneoencefálico en el parietal derecho, que le llevó a la muerte en minutos. En ese marco, en primer lugar el caso fue investigado como un latrocinio, ya que el propio sospechoso fue quien alertó sobre el crimen avisando a una vecina policía que había llegado a su casa y encontró a su madre sin vida, rodeada de sangre en su cama. Cuando la Policía llegó, expresó que faltaba un televisor de 42 pulgadas y una garrafa de 10 kilogramos. Objetos que horas después fueron encontrados ocultos bajo unas tablas en un depósito dentro de la misma propiedad. Esa contradicción, además de una huella de barro que coincidió con la suela de su zapatilla, dieron un giro a la investigación y De Menes quedó detenido bajo sospecha de matricidio. Luego de la lectura del requerimiento de elevación a juicio, fue el turno de declarar para De Menes, quien en su relato se describió como inocente y dio su versión de lo sucedido ese día, ratificando lo manifestado ante la Policía tras la alerta del hallazgo del cuerpo de su madre. “Soy inocente” “Escuché todo y quiero decir que soy inocente de todo lo que se me acusa”, comenzó su relato el imputado, quien se presentó ante el tribunal como albañil y chofer que vivió durante su adolescencia en San Javier, para luego de adulto permanecer en Entre Ríos hasta 2015.Agregó que ese año regresó a la provincia para acompañar a su madre, que padecía problemas cardíacos. En esa línea, el acusado recordó la presunta última vez que vio a su madre con vida: “Esa noche habíamos ido al culto con mi mamá. Volvimos, cenamos, compartimos el momento y después a las 12 me fui a dormir a la casa de un vecino”. En tanto, continuó contando que regresó a la vivienda a las 7 de la mañana para tomar mate con la víctima. Sin embargo, según su relato, notó algo extraño al ver que la puerta estaba abierta. “Entro y siento olor a sangre. Voy a la pieza, la miro a ella y veo que estaba llena de sangre. Ahí salgo corriendo porque no puedo sentir olor a sangre y fui a llamarle a una vecina que era policía”, indicó. En ese contexto, De Menes se animó a apuntar como sospechoso del cruento hecho a una expareja de su madre, quien vivió en la misma casa. En ese momento, también indicó que tenía sospechas de los últimos albañiles que trabajaron en la propiedad. Aunque, más cauteloso, reconoció que no podía acusarlos. Por último, describió su relación con la víctima, sosteniendo su inocencia: “Siempre tuvimos muy buena relación, esto es una injusticia. Yo estoy sufriendo, daba todo por ella, era todo para mí”. Luego de su declaración, el debate oral pasó a un cuarto intermedio hasta la mañana de hoy. Está previsto que, desde las 8.30, comience la segunda jornada de debate con la declaración de los primeros cinco testigos -familiares, vecinos de la víctima y agentes policiales que intervinieron en el inicio de la pesquisa-.
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