05/10/2025 04:14
05/10/2025 04:13
05/10/2025 04:13
05/10/2025 04:10
05/10/2025 04:10
05/10/2025 04:09
05/10/2025 04:09
05/10/2025 04:08
05/10/2025 04:08
05/10/2025 04:08
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/10/2025 02:30
Las denuncias datan del verano europeo pasado, pero el escándalo ha estallado ahora, cuando el diario vasco El Correo publicó extractos de las cartas que algunos niños enviaron a sus padres desde el campamento y que motivaron varias denuncias que no fueron investigadas en tiempo y forma. En consecuencia, como lo consignó Infobae, este mes de agosto nuevamente más de 500 menores participaron en campamentos dirigidos por la misma organización denunciada, Sarrea Euskal Udaleku Elkartea, ya que ninguna autoridad había tomado cartas en el asunto, pese a la gravedad de las denuncias que indican la posible comisión de delitos contra la libertad sexual y abuso de menores. Luego de la publicación por el diario, se activó la investigación y un juez ordenó a la Ertzaina (policía autonómica del País Vasco) investigar las denuncias y citó a los menores para tomarles declaración. “Tengo muchas cosas que contaros pero os lo diré en casa”, decía uno de los niños en una carta, mientras que otro advertía que se quejaría a los organizadores porque “parece ser que hay que ducharse por grupos (...) Y QUE LAS DUCHAS SON MIXTAS”, así, en mayúsculas de imprenta, como para transmitir su alarma frente a esa perspectiva. “Ayer me quejé”, sigue diciendo y cuenta que le explicaron que como hay “trans”, se sentirían “categorizados” en “chicos” y “chicas”. Comprensivos, le dijeron que “al principio sería incómodo”. Captura de la carta de uno de los chicos desde el campamento Entrevistado por la televisión española, un padre cuenta que su hijo de 9 años volvió “traumatizado”, en “un estado lamentable” y “oliendo fatal”. Cuando le preguntaron si no se había duchado, el chico contó que “los obligaban a que se ducharan con las niñas”. Y allí aclaró: “Mi hijo tiene 9 años, sabe lo que es el aparato reproductor femenino, el masculino, pero no quería…” El chico entonces engañaba a los monitores mojándose el pelo para hacerles creer que se había duchado. La cosa no terminaba ahí. La oportunidad que tenía para bañarse era cuando iban a la piscina y ahí “las monitoras hacían topless”, sigue contando el padre. La explicación que le daban al chico era que todo era “inclusivo” y “es verdad que les dijeron que tenían que verlo como todo normal, que eso en la vida era normal y que estaban obligados a ello”. “Los monitores iban desnudos y se duchaban con nuestras hijas e hijos en el campamento”, fue el relato de otro padre. Un chico contó que el cocinero del campamento iba desnudo y solo se cubría con el delantal. Algunas niñas no quisieron comer… Testimonio dado a la RTVE del padre de uno de los chicos que asistió al Campamento de Bernedo El campamento de verano de esta organización se viene realizando desde hace muchos años en Bernedo, Álava, en el País Vasco. Se lo anunciaba como un campamento basado en tres pilares: el euskera (idioma vasco), la naturaleza y el feminismo. Claro que en España, como en muchos otros países -Argentina no es excepción-, el feminismo ha sido hegemonizado por la doctrina queer, y cree que su misión es abolir el binarismo y denunciar la “heterosexualidad obligatoria”. Lo más impactante de este caso es la réplica de la asociación que, sin mucha originalidad, empieza victimizándose y acusando de transfóbicos a quienes se han indignado frente a este abuso de menores. Pero luego admite que una de las intenciones del campamento era “trabajar en la desexualización de la desnudez”. Sin embargo, en la página web de la organización no había información sobre estas intenciones ni sobre las duchas mixtas. El campamento transfeminista de Bernedo En el comunicado enviado a la prensa, lejos de pedir disculpas, los organizadores del campamento lamenta los “mensajes difamatorios” y “tránsfobos” que dicen haber recibido y justifican la decisión de que las duchas fuesen mixtas como forma de “normalizar todos los cuerpos”. Según esta asociación las duchas “más allá de ser simplemente un lugar de higiene”, son también “una oportunidad para romper estigmas y liberarnos de la vergüenza y la sexualización”. “Condenamos rotundamente los ataques tránsfobos que hemos sufrido (...) … nos referimos a los mensajes de odio que se han difundido en relación con las duchas mixtas, tanto en redes sociales como en medios de comunicación (...). Ante esto, hemos considerado necesario aclarar nuestros fundamentos ideológicos y explicar las razones de nuestros métodos”, dice el comunicado, firmado por “los educadores que formamos parte del proyecto”. “Nuestro proyecto educativo se basa en valores transfeministas y busca crear espacios seguros para todas las identidades y cuerpos”, siguen diciendo. Admiten que les gusta generar incomodidad en los menores cuando dicen: “Trabajamos desde esta perspectiva, rompiendo estereotipos de género y viendo como una oportunidad educativa la incomodidad que pueden generar las diferencias”. Como ya no hay patriarcado que derribar, hay que ir por los baños, que según esta asociación, son un instrumento de segregación. Así lo afirman: “En nuestra sociedad, los baños y las duchas son una herramienta para dividir a las personas según una lógica binaria y de género. Esta división, además de excluir diferentes cuerpos e identidades, provoca situaciones de incomodidad y discriminación”. Es gracioso -¿o perverso?- decir que para evitar situaciones de incomodidad hay que incomodar a niños y niñas. El pueblo de Bernedo, donde se realizó el campamento (Wikipedia) “Nuestra misión es garantizar lugares seguros para todos los niños, niñas y jóvenes con espacios mixtos, sin necesidad de identificación previa de género. Esta propuesta es política y, por lo tanto, ética: cuestiona el binarismo impuesto, promueve la normalización de los cuerpos y quiere ayudar a construir entornos más habitables”. Denunciar que el binarismo es una imposición, para luego imponer el nudismo. A menores de edad. “Sabemos que la desnudez se asocia con la sexualidad en esta sociedad. Creemos que trabajar en la desexualización de la desnudez y la relación entre géneros es esencial para protegernos de diversos tipos de violencia, y creemos que las duchas mixtas pueden ser un espacio para deconstruir esta sexualización”, sostienen. “Aunque somos conscientes de que es imposible cambiar de raíz la situación en 15 días, creemos que el esfuerzo merece la pena”, afirman. Terminan con un “seguiremos trabajando”, que da un indicio de que se sienten con todo el derecho de invadir la intimidad de los niños que asisten a sus campamentos, de hacerlo a espaldas de sus padres y de utilizar esos espacios para imponer sus doctrinas. Algo similar a lo que sucede con la ESI (Educación Sexual Integral), a través de la cual se pretende, como en Bernedo, deconstruir el binarismo, afirmar que el sexo “se asigna” y romantizar la transición de género. De hecho, las reacciones de los niños y adolescentes ante la experiencia de Bernedo no difiere mucho de la que tienen muchos chicos y chicas ante los contenidos inapropiados de la ESI. Las cartas de los niños Varios padres han denunciado que algunas adolescentes regresaron muy perturbadas de la experiencia. Una madre dijo a EFETV que su hija volvió del campamento “asustada y traumatizada”, por la obligación de ducharse desnudas frente a todos incluyendo a los monitores. En una carta a su madre, aseguró que las monitoras además iban “en tetas” por el campamento. Uno de los monitores, dijo la madre que le contó su hija, se paseaba “con los genitales al aire” por las instalaciones. La mala noticia para esta asociación es que, el artículo 185 del Código Penal español dice que incurre en delito “el que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición ante menores de edad”, y prevé una “pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses”.
Ver noticia original