04/10/2025 10:42
04/10/2025 10:41
04/10/2025 10:41
04/10/2025 10:41
04/10/2025 10:40
04/10/2025 10:40
04/10/2025 10:40
04/10/2025 10:39
04/10/2025 10:38
04/10/2025 10:36
Parana » Informe Digital
Fecha: 04/10/2025 08:34
Javier Milei acordó con Mauricio Macri integrar una comisión del gobierno y legisladores del PRO para reperfilar el proyecto de presupuesto 2026 y blindar una relación más solidaria en los dos últimos años del mandato presidencial. En esa revisión del presupuesto deberán quedar atendidas las demandas de fondos pendientes de los gobiernos del PRO – CABA, Entre Ríos y Chubut. Los economistas más cercanos a Macri dedicaron el fin de semana a elaborar una minuta de las demandas que deberán atenderse. En el espacio PRO coexisten varios economistas que no tienen la misma percepción. Hernán Lacunza, por ejemplo, es el responsable de algunos diagnósticos más que agrios sobre la gestión del oficialismo, que ha publicado la Fundación Pensar. La propuesta de Milei es que el presupuesto sea la base de la nueva relación y que el pacto se refleje en la integración de un nuevo gabinete. Macri se ha manifestado solidario con los movimientos de los gobernadores. Adhirió al “Grito Federal” de Provincias Unidas, en donde ha pedido color para sumarse después de las elecciones. Se lo dijo a Juan Schiaretti en julio y se lo pidió Nacho Torres. Estos gestos obligan a Milei a cumplir lo pactado so pena de que Mauricio se vaya con los gobernadores. Toto negociador El acuerdo no prevé que Macri participe de la campaña electoral. El empujó el pacto con La Libertad Avanza en varios distritos, pero nadie lo imagina pidiendo el voto para Patricia Bullrich – a quien trata de traidora – ni para José Luis Espert, – que fue candidato con Horacio Rodríguez Larreta en la interna del Cambiemos y migró en cuanto pudo a LLA. Macri tiene previsto un viaje a Perú esta semana, por eso planeó una nueva reunión. Mauricio le indicó a Milei que el PRO tiene espíritu de cambio pero que el gobierno tiene que admitir errores de gestión. Fue Milei quien tuvo la iniciativa para el primer encuentro del domingo en Olivos. Lo llamó el miércoles apenas escuchó la frase de Macri al salir de un encuentro en la sede del PRO: “Nunca he sido de aquellos que creen en que cuanto peor, mejor”. Hablaron de cambios de gabinete, pero Macri no dejó caer ningún nombre. Milei, en cambio, se comprometió a que el negociador del nuevo presupuesto será Luis Caputo en persona. A la busca del electorado perdido El último tramo de la campaña agita los espíritus y fuerza encuentros mandados más por la necesidad que por el amor. El secretismo inunda los términos del diálogo entre Javier Milei y Mauricio Macri. También los del armisticio de Cristina de Kirchner con Axel Kicillof. Se juegan el pellejo y se abrazan cada cual a su contradictor interno para sostener la arremetida del 26 de octubre. El oficialismo mileísta reacciona ante los pronósticos nefastos con este intento de recuperar la sociedad con el macrismo. Los resultados de las elecciones de Buenos Aires y CABA demostraron que el acuerdo tácito del electorado que funcionó en 2023 se ha perdido. El voto de Cambiemos de aquel año ha abandonado en esos dos distritos a La Libertad Avanza: es un electorado que se ha quedado sin representación y alimentó la abstención récord en CABA y en Buenos Aires. El intento de recuperar la confianza que Milei rompió en el nivel de los dirigentes es una tarea difícil en la base del electorado, y en tres semanas. El electorado de Cambiemos ya dejó a Patricia Bullrich fuera del ballotage en 2023. ¿Por qué iría ahora a votarla como senadora nacional el 26 de octubre si el 17 de mayo tampoco respaldó a Manuel Adorni, vocero de Milei y de ella misma? El escenario de derrota parece asumido en Buenos Aires. En CABA también tambalea el optimismo ganador. El ocaso del maltratador El llamado a Macri obedece a esa desesperación que gana a Olivos, que se da cuenta tarde que lo que le sirvió para ganar en 2023 —la sociedad tácita con el voto de Cambiemos— debió mantenerla durante el primer tramo de su gobierno. Es comprensible el engreimiento de quien gana una presidencia con el voto ajeno, que cree que fue asistido por una gracia celestial. Ese engreimiento es fruto de la inexperiencia política. El hostigamiento del gobierno a quienes le facilitaron la faena de gobernar, prestándole la gobernabilidad que le faltaba, lo paga ahora cuando llega a la auditoría inapelable de la urna. Milei y su entorno se cansaron de maltratar a Macri y a otros constructores de la agenda de su propio gobierno como Miguel Pichetto, Juan Carlos Romero, Ricardo López Murphy o Rodrigo de Loredo. Estos le amortiguaron el bloqueo del peronismo cristinista, le aprobaron la Ley de Bases (chica) y le han sostenido el DNU 70. De los nombrados, solo Pichetto tiene mandato; los otros terminaron su banca y el gobierno se ocupó de dificultar su reelección. López Murphy es candidato, Ritondo y De Loredo se van a la casa. Una capitulación ante la realidad Llamarlo a Macri a esta altura del partido es una señal de capitulación ante la realidad. Para Mauricio es un abrazo del oso porque es cautivo de una patraña explicativa, que le atribuye la responsabilidad de haber llevado de nuevo al peronismo al poder en 2019. Teme que, si le suelta definitivamente la mano a Milei, y gana el peronismo en 2027, volverán a responsabilizarlo a él. Es una falacia, porque ignora que el peronismo gana o pierde frente a su electorado, y que el no-peronismo gana o pierde según le cumpla o no a su electorado. Nadie le roba votos a nadie. El fantasma de la vuelta del cristinismo puede entretener a los aficionados, pero no mueve el electorado. Ese voto-miedo no funcionó ni en 2023, cuando Sergio Massa quedó en la primera vuelta a tres puntos de ganar. Los prejuicios de Mauricio La cita en Olivos es un desafío a la tutela y a la euforia de Macri. Si sale a hacer campaña por el gobierno, ¿lo beneficia o lo hunde? Nadie lo sabe. Si acuerda cargos y programas para después de las elecciones, ¿le cumplirán? Si el gobierno pierde, le echará la culpa a él. Si gana, es dudoso porque tampoco le cumplieron el acuerdo de Acassuso. La política es el territorio de los malentendidos y los prejuicios. Macri cree, por ejemplo, que la economía es más importante que la política, cuando quizás primero hay que arreglar la política. Cree, por ejemplo, que Toto hizo todo bien y que solo hay problemas de gestión, cuando hay muchos que creen, en su entorno, que Toto ha hecho todo mal. También el cristinismo amaga una apertura El encuentro Cristina-Axel también es una necesidad de vida. El emblema de ese acercamiento es el lanzamiento de la corriente Primero la Patria, en la semana que pasó. Esa marca es el primer intento del kirchnerismo de ampliar el padrón de afiliados. Hasta ahora el cristinismo ha sido una fuerza verticalismo excluyente. Esa ampliación es una cesión de poder de Cristina, que avaló el lanzamiento en charlas con el operador del grupo, el exministro Juan José Álvarez, armador con experiencia en todas las tribus políticas de los últimos 25 años. El grupo tiene dirigentes de alta visibilidad: Sergio Uñac, Juan Manuel Urtubey, Leonardo Nardini, intendente de Malvinas Argentinas y exministro de Axel, y el sindicalista Víctor Santa María, el Goar Mestre del peronismo. En la presentación en la universidad de los porteros estuvieron Teresa García, Nicolás Trotta, Guillermo Snopek, Carlos Castagneto, Blanca Osuna, Juan Manuel Pedrini, José Glinski, Gisela Marziotta, Gabriela Estévez, Juan Manuel Soler, Pablo Kosiner y tantos más. Cristina mandó un video llamando a militar para volver al poder en 2027. De paso lo atendió a José Luis Espert, a Fredy Machado y a la Suprema Corte. También avaló que el infante Máximo hablase en el acto. El rédito del encuentro Axel-Cristina está por verse. El jueves, los legisladores provinciales postergaron la aprobación del endeudamiento de la provincia hasta nuevo aviso, quizás hasta después de las elecciones. Le reclaman que se discuta junto al nuevo presupuesto y el destino de vacantes en el Banco Provincia y en la Corte. En el Banco a fin de año queda vacante todo el directorio. En la Corte habrá cinco sillas a cubrir en un tribunal de solo dos miembros. El sector del cristinismo que responde a Máximo Kirchner endureció el gesto ante Axel apenas 24 horas después del encuentro en San José 1111. La oposición sin liderazgo claro Esta liga tiene un color federal y sale al cruce de Provincias Unidas, la juntada del no pejotismo que reapareció en Chubut con seis miembros, y que pueden llegar a ser diez después de las elecciones. Es un armado horizontal que busca desarmar la polarización entre mileísmo y cristinismo, uno de los venenos de la vida pública criolla. Son todos caciques y esa condición de sus protagonistas hace previsible una tensión en la lucha por el poder. Con tantas estrellas es difícil que se imponga un liderazgo que unifique, algo que debe tener todo proyecto político. Tienen territorialidad y también programa, pero les falta el tercer elemento de todo emprendimiento político, que es el liderazgo. La inminencia de las elecciones pone otra prevención. El bastonero y consigliere de Provincias Unidas es Juan Schiaretti, candidato a diputado nacional por Córdoba. La suerte del grupo va a depender de cómo le vaya en esas elecciones. Si gana de manera aplastante, podrá imponerse como líder y le perdonarán sus colegas algunas intrusiones en distritos ajenos, como el apoyo que le dio a Florencio Randazzo en Buenos Aires (que es candidato para reelegir como diputado). En esta liga hay gente que se dedicó durante años a combatir al peronismo y sus abanderados, como Randazzo. Sanz: reconstruir el partido del ballotage Provincias Unidas despierta también la atención del radicalismo, que aporta tres gobernadores y tiene que resolver qué harán si Schiaretti conserva la función que tiene hoy de consigliere del grupo. La UCR ha dedicado décadas en Córdoba a combatir al peronismo y la figura del “Gringo”. La mitad de Provincias Unidas la sostienen hoy los gobernadores radicales Maxi Pullaro, Carlos Sadir y Gustavo Valdés. El partido tiene que renovar autoridades a fin de año y solo Pullaro ha movido un nombre para reemplazar a Martín Lousteau: el senador provincial Felipe Michlig. Como cada vez que hay que renovar autoridades, los radicales movilizan sus bases en murmuraciones (como llaman los jesuitas, a las rondas de consulta). Preservan el formato gastronómico, como ocurrió el miércoles en el clásico El Globo. El grupo, convocado por el referente agropecuario de Pergamino Luis Migliaro, escuchó al exsenador Ernesto Sanz como speaker de la noche. Sanz, uno de los fundadores de la alianza Juntos por el Cambio en 2015, reflotó el proyecto de reconstruir el “partido del Balotaje” que los llevó al poder con Macri presidente. La idea de Sanz es que el electorado hoy está dividido en tercios y que el partido del Balotaje tiene que construirse sobre el tercio de los desencantados que se abstuvieron en las elecciones de Buenos Aires y CABA. Sobre ese tercio, el partido del Balotaje debe unificar partidos afines y puede lograr en 2027 entrar en el balotaje. Y en una segunda vuelta, el destino puede favorecer de nuevo al no peronismo. UCR: “Hay que sacarle el respirador para que viva” (Negri) El debate incluyó a otros dirigentes como Fabio Quetglas, que llamó a proponer un programa que vaya más allá de una defensa de la normalidad y el sentido común. Sanz recordó en el debate que en 2015 los operadores fueron Emilio Monzó y él. “Emilio lo tenía a Macri y yo tenía la UCR”, recordó.
Ver noticia original