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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 02/10/2025 14:42
Hace años, Ángel De Brito se consolidó como uno de los referentes del mundo del espectáculo argentino. Al frente de LAM (América), el periodista se ganó no solo el respeto de sus pares, sino la atención diaria de una audiencia fiel que lo sigue por su capacidad para anticipar primicias, incomodar a los famosos con preguntas punzantes y descubrir los secretos mejor guardados de la farándula local,un trabajo rubricado con el reciente Martín Fierro. Pero, aunque hoy en día es sinónimo de chimento y panelismo filoso, la televisión no siempre fue su primer hogar: antes de ser figura estelar en la pantalla chica, Ángel había vivido una faceta completamente distinta en su vida profesional. Y fue él mismo quien, lejos de esquivar la curiosidad, eligió contarlo en sus redes sociales. La revelación llegó durante una de sus habituales rondas de preguntas y respuestas en Instagram, donde Ángel suele interactuar con sus seguidores y ofrecer perlitas de vida poco conocidas fuera del set. “¿Cuál fue tu primer trabajo?”, le consultó un usuario curioso. Sin rodeos, y con la ironía que lo caracteriza, el conductor de LAM respondió: “Profesor particular. Por eso mi paciencia”. El comentario enseguida despertó risas y comentarios de sorpresa entre los seguidores, acostumbrados a verlo ejerciendo su liderazgo en los medios, enfrentando con temple y carácter los debates de la televisión argentina. En realidad, quienes siguen de cerca la carrera de De Brito recordaron que no era la primera vez que él mismo sacaba a la luz su costado vinculado a la docencia. En 2021, mientras LAM aún se emitía por El Trece, Ángel compartió al aire con sus panelistas un dato que pocos sabían. “No soy traductor, sí profesor. La carrera de traductorado es mucho más compleja. Estudié, aunque no se note, estudié”, bromeó entonces frente a sus angelitas. Sin embargo, a pesar de haber transitado ese primer camino laboral, De Brito jamás ocultó que su verdadera pasión estaba en los medios. En una entrevista con Teleshow en agosto de 2024, el periodista fue contundente sobre cómo encara su rol en el periodismo de espectáculos. “Desde que arranqué a trabajar en periodismo, yo busco la certeza, o sea, si voy a contar algo, un dato, un embarazo, una pelea, o que alguien que se va de un canal, quiero hacerlo con el dato concreto. No me siento a inventar historias de nadie. Así surgió el #AngelResponde. Me preguntan y contesto lo que sé o lo que opino de algún tema en particular. Sé que la gente me ve como el referente del espectáculo o del chimento”, reflexionó. Ángel no teme a la palabra “chimento”, ni mucho menos la demoniza: por el contrario, reivindica su importancia en la construcción de noticias. “El chimento es la base de la información”, aseguró. En su lógica, detrás de cada versión, de cada rumor filtrado, puede esconderse el germen de una primicia que, después de ser chequeada con rigurosidad, termina por mover los cimientos del ambiente mediático y la política nacional. Ese mismo rigor, esa obsesión por la confirmación del dato y por la búsqueda de la verdad, aun cuando sea incómoda o provoque broncas momentáneas, son los pilares que convirtieron a De Brito en una de las voces más respetadas del espectáculo argentino. LAM, bajo su liderazgo, no solo se posicionó como el único ciclo farandulero con un Martín Fierro a Mejor programa periodístico, sino que demostró que el entretenimiento y la información pueden articularse sin perder ni profundidad ni acidez. El salto de profesor a periodista estrella no fue nunca para De Brito un abandono de su esencia, sino el pasaje de una vocación de comunicar y explicar, antes a estudiantes de inglés, hoy a millones de televidentes y usuarios, que todavía lo apasiona. Como él mismo dice, “la paciencia” fue el don que trajo de su vida anterior a la televisión, pero la certeza y la búsqueda de la verdad siguen siendo su marca registrada, al margen de las modas y las polémicas pasajeras.
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