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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/10/2025 02:44
La fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, nueva miembro de la Academia de Bellas Artes, sostiene su Espada Académica tras su ceremonia de incorporación como miembro extranjero asociado de la Academia Francesa de Bellas Artes en el Instituto de Francia en París, el 20 de marzo de 2024 (Foto: MIGUEL MEDINA / AFP) Algunas imágenes se vuelven patrimonio de la memoria colectiva. Pocas llevan una firma tan reconocible como la de Annie Leibovitz, la fotógrafa que convirtió el retrato en arte y a las celebridades en figuras eternas. Su cámara fue testigo de momentos irrepetibles. Como aquella foto de John Lennon, tomada pocas horas antes de su asesinato: desnudo, en posición fetal, abrazado a Yoko Ono, completamente vestida. O la célebre portada de Vanity Fair con Demi Moore embarazada y desnuda, una imagen replicada hasta el cansancio que rompió con lo establecido en los años 90. El beso capturado por Annie Leibovitz, unas cuatro horas antes de que John Lennon fuera asesinado por Chapman Nacida en Connecticut, Estados Unidos, un 2 de octubre de 1949, logró convertirse gracias a un extraordinario talento en una de las retratistas más influyentes de las celebridades. Ella tiene la capacidad de convertir una foto en un lienzo, una pintura donde la personalidad del retratado se impone sobre la lente. La foto de Demi Moore, embarazada de siete meses de su segunda hija, causó revuelo y rompió con los paradigmas de la época. Fue publicada por Vanity Fair en agosto de 1991 Es capaz de plasmar mundos oníricos o de otros tiempos, sacando partido de las posibilidades que dan lugar los editoriales de moda y campañas publicitarias en su riqueza compositiva. El “cuadro” de Kirsten Dunst caracterizada como María Antonieta con su corte, resume este dominio de la artista. No sorprende que las estrellas caigan rendidas ante su lente. “Tanto arreglo para 10 minutos”, expresó Dunst frustrada, frente a Leibovitz, quien no pierde un segundo de su tiempo, con claridad de objetivos. Luego, la actriz mira la toma en un monitor y exclama “es increíble”. Kirsten Dunst, en el Palacio de Versalles como María Antonieta, imagen tomada por Anne Leibovitz (Vogue, September 2014) No solo posaron para ella las grandes estrellas de Hollywood y de la música. También lo hicieron figuras de la política, primeras damas, como Michelle Obama, futbolistas como Maradona, Pelé y Zidane, jugando al metegol, y hasta la reina Isabel en el Palacio de Buckingham, que al parecer se molestó con Leibovitz al pedirle que se quitara la corona. El Rey Felipe y la Reina Letizia de España (© Annie Leibovitz / Banco de España) Sus fotos más destacadas responden a su período como fotógrafa de celebridades y moda, y no como fotógrafa documental, donde quien se destaca se garantiza el más alto prestigio. Labor que de todos modos hizo, impulsada por su pareja Susan Sontag, que la llevó a la Guerra de Bosnia, en Sarajevo. Pero el talento de Leibovitz pasa por capturar la esencia de las personas. Es como un espejo que les devuelve una imagen inesperada. Entre sus máximas distinciones figuran: un premio Clío por una publicidad Portraits (1988), Leyenda viviente, título honorífico otorgado por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos (2000), Fotógrafa más influyente de nuestro tiempo, por la revista American Photo, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (2013) y Medalla Nacional de las Artes (Estados Unidos). La portada de 2018 de Vanity Fair con Oprah Winfrey, Tom Hanks, Nicole Kidman, entre otros. Las poses estudiadas, la composición cromática, con un exquisito vestido rojo, llevan el sello inconfundible de Annie Leibovitz Meryl Streep demostró su profunda admiración por la fotógrafa en varias ocasiones. En el documental “Annie Leibovitz: Life Through a Lens”, la actriz ganadora de 3 oscars describió la experiencia de ser fotografiada por Leibovitz como un proceso cercano a una actuación, ya que guía y busca algo más allá de la simple pose o la apariencia superficial: “Estar frente al lente de Annie es casi como actuar una escena sin guión, porque ella está buscando la verdad de ese momento.” Annie Leibovitz asiste a los Premios de Moda CFDA 2024 en la ciudad de Nueva York, EE. UU., el 28 de octubre de 2024 (REUTERS/Andrew Kelly) En su foto más célebre, Annie quería captar la imagen íntima y honesta de la relación entre John Lennon y Yoko Ono. Les pidió que se quitasen la ropa, que habían hecho en otra oportunidad para la portada de su álbum “Unfinished Music No.1: Two Virgins”, lanzado en 1968. Pero ella se negó a hacerlo. Lennon accedió y entonces Annie improvisó: él se acurrucó junto a Yoko, completamente vestida, en posición fetal, dándole un abrazo y un beso. Esa imagen, que apareció en la portada de la Rolling Stone el 22 de enero de 1981, es una de las más emblemáticas de la revista. Lennon llegó a ver las tomas en una Polaroid y expresó su satisfacción. Consideró que capturaba la esencia de su vínculo con Yoko Ono. “Capturaste nuestra relación exactamente”. 1 de mayo de 2006; Nueva York, NY, EE. UU.; Esta foto, proporcionada por la revista Vanity Fair, muestra a Robert F. Kennedy, George Clooney, Julia Roberts y Al Gore posando para la portada especial de la Edición Verde de mayo de 2006. Crédito obligatorio: Foto de Annie Leibovitz/Vanity Fair/ZUMA Press (©) Copyright 2006 de Annie Leibovitz/Vanity Fair Ese retrato fue apenas el inicio de una larga serie de imágenes icónicas que convirtieron a Leibovitz en referente del lujo y el glamour. Anna Wintour destacó la impronta que deja en sus imágenes. “No hay nadie que podría haber tomado esa foto”. Bette Midller en la portada de la Rolling Stone bajo la lente de Leibovitz Richard Avedon llamó a la revista Rolling Stone para decirles que habían publicado la mejor idea para una portada de revista de los últimos 30 años. Era Bette Midler recostada sobre un lecho de rosas rojas, con una rosa entre los dientes, dedicada al estreno de la película The Rose. Al principio, Midler no estaba convencida con la producción porque creía que iba a morir pinchada por las espinas, hasta que le dijeron que las habían quitado una por una. Valoró mucho ese cuidado y finalmente quedó encantada con la sesión de fotos. Nicole Kidman con un vestido corte sirena, tules y transparencias sobre un fondo dorado Sus inicios Nieta de judíos del Este emigrados a Norteamérica, es la tercera de seis hermanos. Su infancia y adolescencia transcurrieron mudándose de base aérea en base aérea, acompañando a su padre, teniente coronel, hasta establecerse en San Francisco. Su madre era instructora de danza contemporánea, que tal vez eso haya influido en el movimiento que da vida a sus imágenes. Su llegada a San Francisco para cursar estudios en la Escuela de Bellas Artes marcó un punto de inflexión: en una época de transformación social que inundaba las calles, supo retratar el auge de las protestas, la efervescencia política y el mundo del rock’n’roll estadounidense de los años setenta. Once actrices deslumbrantes posaron para la edición 2017 de Vanity Fair Hollywood Portfolio: Wonder Women, entre ellas, Natalie Portman tomada por Annie Leibovitz La foto del poeta Allen Ginsberg durante una concentración contra la Guerra de Vietnam llevó a Annie Leibovitz, aún principiante, a la portada de la revista Rolling Stone, medio en el que más adelante ocuparía el cargo de fotógrafa jefe. “Cuando comencé a trabajar para Rolling Stone de pronto me vi trabajando con otra gente, con un director artístico, un redactor, era un panorama diferente. La revista es un extraordinario lienzo en blanco esperando ser llenado de imágenes. Recuerdo cuando vi mi primera portada. Me quedó grabado. Es muy impactante ver la imagen reproducida una y otra vez en los kioskos. Enseguida aprendí que algo que no parecía nada, podría ser algo”. Foto © 2016 Vogue/Grosby Group Ben Stiller (también conocido como Derek Zoolander) y Penélope Cruz aparecen en la portada de la edición de febrero de 2016 de la revista Vogue, retratados por Leibovitz Dos años después de trabajar en la Rolling Stone, fue promocionada como fotógrafa jefe, cargo que mantuvo durante 10 años. En su paso, dejó 142 tapas. En 1983 comenzó su etapa con Vanity Fair norteamericana, como retratista. Llegó a ganar dos millones de dólares al año. Esta fotografía, tomada por Annie Liebovitz, muestra a la reina Isabel II (centro) posando con su hija, la princesa Ana, en el Salón Blanco del Castillo de Windsor. Esta imagen es una de las tres fotografías oficiales publicadas por el Palacio de Buckingham para conmemorar el 90.º cumpleaños de la reina Isabel II. / AFP PHOTO / Annie Leibovitz La influencia de Sontag Su vida privada salió a la luz en 2004, cuando su pareja desde los años 80, murió. Estamos hablando de la novelista y ensayista norteamericana Susan Sontag, autora de “Sobre la fotografía”. Sobre su relación reveló: “Cuando la conocí, me encontraba a mitad de mi carrera, a finales de los ochenta. Tuve que retratarla, y a partir de ahí nos unimos mucho. Ella me decía que yo era buena, pero que podía ser mejor. (...) Susan instaló en mí la necesidad de mejorar. Por ella diversifiqué y amplié mis objetivos. Por ella fui a Ruanda, a Sarajevo, me tomé las cosas mucho más en serio y dejé de reírme del mundo". En ese entonces Annie tenía 39 y Sontag más de 55. El vínculo entre ambas fue tan intenso como discreto. El trabajo más doloroso de Leibovitz fue retratar la última etapa de la enfermedad de Sontag, quien debió someterse a un trasplante de médula ósea que no fue exitoso. En medio de esa batalla contra la muerte, estuvo la cámara encendida. Adam Driver (Crédito Vanity Fair - Annie Leibovitz ) Dos años después de su muerte, Leibovitz fue convocada a hacer una retrospectiva de su obra en la National Portrait Gallery de Londres. Fue cuando se preguntó si debía incluir las fotos de Sontag, incluso la más polémica, en el lecho de su muerte, porque su pulsión fotográfica llegó hasta el final, tomar la última foto de su amada después de que su corazón dejara de latir. Esa serie de fotos abrió un debate ético: ¿es legítimo exponer imágenes tan íntimas? Para ella, la respuesta estaba en la propia historia del medio: “Una de las primeras funciones de la fotografía fue retratar a los muertos para conservar su memoria”. Aunque el hijo de Sontag, David Rieff, se opuso a que la mostrara en una retrospectiva, Leibovitz defendió su derecho a incluirlas como parte de su obra. Susan Sontag fue la pareja de Annie Leibovitz durante 15 años hasta su muerte Otro aspecto interesante de Annie Leibovitz es su maternidad tardía y en solitario. En su documental se la puede observar llevando de la mano a sus gemelas de un set a otro. Tuvo a su primera hija, Sarah Cameron Leibovitz, en 2001, cuando tenía 52 años. Fue madre soltera por elección, y aunque nunca confirmó públicamente si recurrió a fertilización asistida, muchos medios lo sugieren. Años más tarde, en 2005, nacieron sus gemelas mediante un vientre de alquiler: las niñas se llaman Susan, que lleva el nombre de quien fue su gran amor, y Samuelle. Leibovitz, quien hoy cumple 76 años, logró consolidar un estilo inconfundible: teatral y espontáneo al mismo tiempo, capaz de convertir a una celebridad en un mito y a un instante fugaz en eternidad.
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