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  • ¿Una mejoría con fecha de vencimiento?

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/10/2025 13:01

    Para el productor se inicia otra etapa en la comercialización de soja, que podría ser mejor que la que predominaba antes de la breve eliminación de retenciones (Revista Chacra) El primer chico lo perdió el productor, pero acaban de repartir otra ronda de cartas y la historia podría ser distinta, al menos por algunas semanas. El tax holiday, como llaman en el mundo desarrollado a la decisión del gobierno argentino que llevó a cero los derechos de exportación por apenas 72 horas, disparó DJVE por el equivalente a unos 14 millones de toneladas de soja; la oleaginosa explicó el grueso de las operaciones registradas. Los datos oficiales indican que se anotaron DJVE de poroto de soja por 5,12 millones de toneladas, de harina por 7,14 millones de toneladas y de aceite por 1,52 millones de toneladas. Algunos advierten que de los USD 7000 millones en DJVE, USD 5600 habrían correspondido al poroto y sus derivados. Por cierto, se anotó mercadería –mucha- que físicamente no tenían los exportadores, en tanto que paralelamente el programa exigía ingresar divisas de manera anticipada. De los 7.000 millones de dólares liquidados, sólo 1.500 habrían sido trasladados al productor. Los 5.500 millones restantes quedaron en la tesorería de las compañías, lo que implica riesgos muy altos y puede llevarlos a ser más agresivos en sus compras. Algo de eso está sucediendo. Para el analista Dante Romano, del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, los exportadores necesitan cubrir físicamente muchos millones de toneladas, y buscarle destino a una formidable masa de pesos que supuestamente recibieron o están recibiendo por haber atendido las necesidades del gobierno. Los productores, por su parte, anticiparon ventas sólo por un mes, y disponen de un margen financiero limitado. El cruce de ambas fuerzas definirá los precios que vienen. Esto en medio de una tendencia negativa que se acentúa para la soja en Chicago. Los exportadores cubrieron rápidamente el ingreso de divisas que necesitaba el gobierno. Ahora deberán conseguir buena parte de esa mercadería (Reuters) Durante el breve lapso que duró la normalización tributaria, los compradores trasladaron un precio más bajo que la capacidad de pago sin retenciones, pero más alto que con derechos de exportación. Ahora están aceptando sostener este esquema a pesar de que se restituyeron los DEX. Pero, cuidado, nada es para siempre. El consultor Fernando Vuelta aporta un dato inquietante. “De la campaña 2024/25 lo exportadores se han estado moviendo y aún necesitan comprar 4.6 millones de toneladas, pero no son más de 400 mil las toneladas que restarían adquirir de la cosecha que pronto va a empezar a sembrarse. Esto es hasta agotar stock”, advierte. De este modo, las cerealeras arrancaron la semana trasladando a los productores parte del beneficio que obtuvieron por las declaraciones de exportaciones que hicieron con retenciones cero. El lunes la soja subió localmente mientras retrocedía en Chicago, escenario que no se repitió el martes para el mercado doméstico. El segmento disponible en Rosario operó en $483000, no tan lejos del pico de $505.000 que se registrara el pasado 22 de septiembre cuando se inició esta movida fugaz. Respecto del futuro Noviembre 25, el martes cotizó en USD 346.57, por debajo de los USD 361.13 del 22 de septiembre pero por encima de los USD 304.22 previos al inicio de la operatoria. Precio del disponible de soja en A3 Mercados. El gráfico exime de mayores comentarios respecto de la evolución de los precios (MATBA) Este miércoles será clave para detectar cual es la tendencia. Por lo pronto el poroto vuelve a perder en el nocturno Chicago. La sensación es que los compromisos de exportación para los próximos meses obligarán a los compradores a sostener precios razonablemente atractivos. Dependerá de cuanto pueda aguantar el productor su mercadería. Quienes habrían perdido irremediablemente son aquellos que entregaron soja a fijar, al no poder capturar gran parte de la mejora del precio promovido por el régimen de suspensión temporaria de derechos de exportación. Con ventajas logísticas apreciables y una solución a los costos de almacenamiento, esta modalidad resta margen para poder aprovechar eventuales oportunidades comerciales. El ruralista Néstor Roulet se ha quejado de la diferencia entre lo que podrían haber pagado los exportadores y lo que realmente abonaron, una significativa transferencia del sector productivo a la comercialización. Roulet reconoce, sin embargo, que desde el lunes el mercado está reaccionando para achicar la brecha entre el valor al que anotaron las DJVE y el precio que se está honrando. “Creo que el cimbronazo de aclaraciones en medios y redes realmente sirvió”. Más de un especialista en comercialización de granos aporta elementos para desbrozar la coyuntura. “Los exportadores se quieren cubrir mejorando los precios y pagando futuros; los pesos empiezan a pesarles a los compradores y esta es una forma de bajar el riesgo”, alega uno de ellos. “Los exportadores necesitan traer dólares a la Argentina, al menos el 90% de los USD7000 millones. La única manera de volver a dolarizar es adquiriendo granos. Y todavía queda mucha soja por comprar”, agrega otro conocedor de este mercado. La historia no termina con el ingreso casi inmediato de los USD 6300 millones establecidos por la resolución oficial. Quizás podría decirse que recién empieza (Reuters) Paralelamente los economistas siguen la ruta del dinero que aportó la cadena agroindustrial. “De los USD 6.300 millones que liquidó el campo, el Tesoro habría comprado algo más de USD 2.200 millones. Era fundamental que los exportadores se queden con los pesos. Nada de eso pasó, hoy todos se están dolarizando rápidamente, porque ven un salto en la moneda estadounidense”, es una de las conclusiones que se escucha.En alguna medida parece que el efecto benéfico del aporte del agro y el respaldo de Trump empezarían a flaquear. El dólar volvió al techo de la banda, las acciones cayeron y los bonos devolvieron buena parte de la suba. “No hay noticia que modifique la tendencia, ya que el mercado exige cambios de fondo Probablemente deba esperar hasta noviembre y no existe nada peor que la incertidumbre”, razona un economista. Gabriel Caamaño indica que el ingreso de divisas fue algo menor a los USD 6.300 millones esperados, probablemente porque los exportadores imputaron DJVE previas. De eso el Tesoro terminó comprando un monto bien por debajo del 50% que se había hecho canon ex ante. Cabe recordar que el viernes último el mercado recibió a mitad de la rueda la comunicación de nuevas restricciones cambiarias para personas físicas. La historia del productor argentina conforma un caso único en todo el planeta, y no solo por la apropiación de parte de sus ingresos a través del Estado. Quizás aún más frustrante es convivir con un esquema económico que cambia permanentemente, en el cual es tarea titánica hallar la estrategia adecuada de producción, al tiempo que constituye un albur proyectar ingresos en medio de los bandazos permanentes. Solo pensando en derechos de exportación, vale recordar que fueron recortados transitoriamente en enero pasado, vueltos a su porcentaje original a comienzos de julio, para terminar el mes nuevamente reducidos aunque ahora de forma permanente. Y luego llegó el “tax holiday”, 72 horas vertiginosas en que se eliminaron los DEX y la exportación logró sorprendentemente acercarle al gobierno la totalidad de los dólares que necesitaba en un abrir y cerrar de ojos. El trabajo de la Bolsa de Comercio de Córdoba grafica los bandazos en materia de derechos de exportación durante los últimos 42 años en la Argentina (BCC) El saldo indica que hubo una mordida en los precios pagados, pero era esperable. No es esto lo que ha enojado a los productores, no demasiado al menos, después de todo algún beneficio extra iban a obtener los exportadores por traer al país tamaña cantidad de dólares. Lo que puso en pie de guerra al hombre de campo fue ese final abrupto, cuando en unas pocas horas el volumen de DJVE involucrado fue de USD 4180 millones a USD7000 millones, justo cuando el gobierno estadounidense sugirió que habría ayuda para la Argentina, pero era necesario terminar con el tax holiday. Claro, dejó a muchos productores argentinos a la deriva. El problema es que el farmer estadounidense viene con sus números en rojo, entre otras cosas producto de la guerra de tarifas de Trump, que alejó a China de la soja que ofrece el país de las barras y las estrellas –parece que en este sentido la campaña está perdida-. Entonces puso el grito en el cielo cuando observó que ese mismo gobierno le daba soporte al país que acababa de vender 2.6 millones de toneladas de soja al gigante asiático a precios muy módicos, virtualmente liquidando las chances del negocio para Estados Unidos. Todo cierra.

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