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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/09/2025 19:00
El dolor intenso en el talón al despertar es el síntoma más característico de la fascitis plantar (Freepik) Despertar y sentir un punzante dolor en el talón o un primer paso que transforma la mañana en un desafío, son solo dos situaciones que grafican la realidad de quienes conviven con la fascitis plantar, una afección que, según la Mayo Clinic Health, rara vez cede sin intervención específica. Este trastorno afecta la banda de tejido que conecta el talón con los dedos y sostiene el arco del pie, limitando la movilidad y la calidad de vida de las personas afectadas. La inflamación de la fascia plantar, causada por presión excesiva o desgarros, se manifiesta como un dolor intenso cerca del talón, con frecuencia acompañado de rigidez, que tiende a intensificarse tras periodos de reposo o al permanecer de pie durante mucho tiempo. Detectar los síntomas de forma temprana y contar con un plan de tratamiento adecuado es esencial para recuperar la funcionalidad y el bienestar. Recomendaciones de autocuidado y medidas iniciales para la fascitis plantar La Mayo Clinic Health señala que el abordaje inicial de la fascitis plantar debe enfocarse en el autocuidado. Utilizar calzado con buen soporte, deportivo y acolchado, resulta esencial para absorber el impacto en el talón al levantarse por la mañana. Recomiendan tener un par de zapatos de apoyo junto a la cama para proteger los pies desde el primer movimiento del día. El uso de calzado deportivo y acolchado desde el inicio del día ayuda a reducir el dolor de la fascitis plantar (Imagen Ilustrativa Infobae) Asimismo, aplicar compresas de hielo tres o cuatro veces al día o rodar una botella de agua congelada bajo el pie ayuda a reducir la inflamación. El uso de ortesis para el arco o taloneras en los zapatos (que se usa para sostener, alinear, corregir o mejorar la función) puede aportar alivio adicional, mientras que practicar ejercicios de estiramiento —como curvar y elevar los dedos hacia la cara— favorece la flexibilidad de la fascia plantar. También se aconseja hacer pausas de aquellas actividades que agravan el dolor y recurrir a analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno, en las fases iniciales. Entre las recomendaciones iniciales destacan: Uso de calzado deportivo o de soporte desde el inicio del día Aplicación regular de hielo o botellas congeladas Descanso de actividades dolorosas Opciones de fisioterapia y tratamientos intermedios Si las medidas domésticas no ofrecen mejoría tras un par de semanas, la derivación a fisioterapia resulta el siguiente paso aconsejado por Mayo Clinic Health. Los fisioterapeutas diseñan rutinas personalizadas que combinan ejercicios de fortalecimiento y estiramiento con técnicas como masajes, aplicación de hielo, ultrasonido terapéutico y otras modalidades. La fisioterapia personalizada es recomendada cuando el autocuidado no mejora la fascitis plantar tras dos semanas (Freepik) Dentro de las herramientas sugeridas se encuentran férulas nocturnas, que mantienen el pie en una posición de estiramiento durante el sueño y facilitan los primeros pasos al despertar. En casos de inflamación persistente, puede limitarse temporalmente la carga de peso sobre el pie mediante botas para caminar, bastones o muletas. Otra alternativa es la iontoforesis, procedimiento en el que una solución de esteroides se administra a través de la piel mediante una débil corriente eléctrica, lo que permite reducir la inflamación sin necesidad de inyecciones. Tratamientos avanzados y procedimientos médicos Cuando las opciones previas no son suficientes, existen tratamientos avanzados que requieren valoración profesional. Entre ellos se incluyen las inyecciones de corticosteroides, que ofrecen alivio durante un periodo limitado, la punción seca con agujas finas para estimular la curación y las inyecciones de plasma rico en plaquetas para favorecer la regeneración del tejido. La terapia de ondas de choque promueve la cicatrización mediante sesiones repetidas y mejora progresiva (Imagen Ilustrativa Infobae) Otros procedimientos, como la tenotomía mínimamente invasiva guiada por ultrasonido o el método TenJet que consiste en introducir una pequeña sonda guiada por ultrasonido hasta la zona afectada. A través de esta sonda, se aplica un chorro de solución salina a alta presión que fragmenta y desprende el tejido dañado, el cual es aspirado simultáneamente. Además, la terapia de ondas de choque estimula la cicatrización a través de varias sesiones, con una mejoría gradual. Cirugía y tratamientos experimentales En situaciones excepcionales, el equipo médico puede considerar la cirugía para separar la fascia plantar del hueso del talón. La cirugía para la fascitis plantar se reserva solo para casos graves y persistentes, tras agotar otras alternativas (Freepik) Esta intervención se efectúa mediante cirugía abierta o con técnicas mínimamente invasivas bajo anestesia local, donde se corta parcialmente la fascia para liberar la tensión. Mayo Clinic Health subraya que la cirugía se reserva para los casos más persistentes, solo después de agotar el resto de las opciones. También existen tratamientos experimentales como las inyecciones de bótox, la crioterapia para destruir fibras nerviosas inflamadas y la terapia láser de baja intensidad, aunque Mayo Clinic advierte que estos tratamientos presentan menor disponibilidad, mayores costos y efectividad no plenamente comprobada. A pesar de su carácter de último recurso, los datos expuestos por la Mayo Clinic muestran que la cirugía logra una reducción significativa del dolor en un porcentaje considerable de casos, lo que la convierte en una alternativa válida cuando todas las demás soluciones han fracasado.
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