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  • Cirugías estéticas en la menopausia: qué procedimientos recomiendan los expertos y cómo se realizan

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 29/09/2025 18:43

    Las modificaciones hormonales asociadas a estos años afectan el bienestar físico, emocional, mental y social, según la OMS (Imagen Ilustrativa Infobae) Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la menopausia constituye una etapa dentro del ciclo vital femenino y señala el cierre de la fase reproductiva. La mayoría de las mujeres pasa por este proceso de manera natural entre los 45 y los 55 años, como parte del envejecimiento biológico, de acuerdo con la entidad sanitaria global. Se denomina “perimenopausia” al momento comprendido entre la aparición de los primeros síntomas y hasta un año después del último periodo menstrual. Para la OMS, “los cambios hormonales asociados a la menopausia pueden afectar al bienestar físico, emocional, mental y social”. En ese sentido, expertos en cirugías estéticas y en dermatología conversaron con Infobae sobre procedimientos y estrategias que pueden abordarse en esta etapa de la vida. Durante esta etapa pueden observarse descensos y pérdida de volumen en las mamas, fenómenos relacionados no solo con los años sino también con embarazos previos, variaciones de peso y reducción progresiva de la tonicidad de los tejidos (Imagen Ilustrativa Infobae) Alfredo Romero, médico especialista en cirugía plástica y reparadora (MN 105550), precisó en diálogo con Infobae: “Durante la menopausia en las mujeres no ocurre solo un cambio corporal. Además de los sofocos y otros síntomas bien conocidos, se producen transformaciones físicas que afectan no solo a las mamas, sino también al resto del cuerpo. Estos cambios pueden estar relacionados con embarazos previos, variaciones de peso y, en general, con la pérdida progresiva de tonicidad de los tejidos”. “En la etapa de la perimenopausia es frecuente que se observe un aumento de peso y una modificación en la conformación corporal, tanto a nivel muscular como del tejido graso y de sostén. En muchas pacientes se suma el estiramiento, la elongación y la pérdida de tensión de la piel y los tejidos, lo que provoca un descenso de las mamas, conocido como ptosis mamaria”, describió Romero. Al tiempo que remarcó: “Este fenómeno puede acompañarse de una reducción o caída del volumen mamario, a veces confundiendo a la paciente en un deseo de reducción del tamaño, cuando en realidad lo que se busca es reacomodar el tejido y devolverle firmeza”. “En este contexto -siguió Romero-, las cirugías como la mastopexia (levantamiento mamario) o la reducción mamaria se presentan como opciones frecuentes. Pueden realizarse únicamente con el tejido mamario propio o mediante la colocación de implantes. Ambas técnicas permiten recuperar la forma y el tamaño de las mamas, lo que repercute positivamente en la manera de vestirse, en el uso de ropa interior o bikini y, sobre todo, en la seguridad y tranquilidad de la paciente”. Las técnicas quirúrgicas elegidas para modificar las mamas en pacientes posmenopáusicas pueden contemplar el uso exclusivo del propio tejido mamario o asociarse a la colocación de implantes de bajo peso para restaurar volumen y estabilidad (Imagen ilustrativa Infobae) Por su parte, el cirujano plástico Juan Manuel Seren (MN 107.174) le dijo a Infobae: “Durante la menopausia o la premenopausia, la falta de hormonas provoca cambios específicos en las mamas maduras: ocurre una transformación adiposa de la mama, por atrofia glandular y cutánea, lo que conduce a la caída de la misma, asociado a un aumento de los depósitos de tejido graso en esta”. Además, la reducción de estrógenos impacta en la piel de todo el cuerpo, con una pérdida de colágeno en los primeros cinco años posteriores a la menopausia, lo que se traduce en menor elasticidad, reducción del grosor dérmico y disminución de la hidratación. En el rostro, estos cambios se evidencian en una piel más delgada, flácida y con arrugas más marcadas, acompañadas de sequedad, opacidad y alteraciones en la pigmentación, como manchas marrones o melasma. Seren, creador del Protocolo de Rápida Recuperación Mamaria (ERABAS), afirma: “Cuando a una mujer hay algo de su cuerpo que no le gusta, esto le genera inseguridad y disconfort en la esfera personal, social o íntima. Por lo tanto, el deseo de buscar un cambio está relacionado con la autoestima y la seguridad con el cuerpo”. En el proceso de envejecimiento, los especialistas destacan que la cirugía mamaria personalizada debe tener en cuenta la calidad de la piel, la posición de la areola, la presencia de estrías y las expectativas de la persona, así como los riesgos involucrados en cualquier intervención (Imagen Ilustrativa Infobae) Para abordar los cambios mamarios, la cirugía ofrece alternativas adaptadas a cada caso. Seren detalla que “la opción quirúrgica principal recomendada para abordar los cambios mamarios durante la menopausia es la mastopexia (levantamiento de mama), por lo general realizada con Técnica de cicatriz reducida”. La elección de la técnica depende de las características de la paciente. “Para mamas disminuidas, descendidas y atróficas, se colocan implantes preferentemente de bajo peso, para restaurar el volumen mamario y se asocia a una mastopexia para devolver la identidad de la mama que se encuentra descendida ocupando el abdomen y devolviéndola hacia el tórax. En casos de mamas flácidas con pérdida de estabilidad, típico de cuando se debilitan los ligamentos suspensorios, se prefiere colocar implantes de alta adherencia lo que otorga estabilidad a la mama junto con una mastopexia de cicatriz reducida”, explica el especialista. Para Romero, “la recuperación de la armonía mamaria suele ser vista como parte de ese mismo proceso de bienestar integral. La experiencia clínica demuestra que este tipo de cirugías devuelve confianza y autoestima. Los avances técnicos y los nuevos implantes disponibles en el mercado han mejorado notablemente el aspecto y la naturalidad de los resultados, tanto a la vista como al tacto”. “La elección de la técnica y del tipo de prótesis depende de múltiples factores: la calidad de la piel, la laxitud, la posición de la areola, la existencia de estrías y las expectativas de la paciente. Hoy en día se dispone de implantes de distintas superficies (lisas, microtexturizadas, anatómicas, de poliuretano) que permiten personalizar la cirugía”, dijo Romero. La perimenopausia es la fase comprendida entre los primeros síntomas y un año tras el último período menstrual, periodo en el cual es frecuente el aumento de peso y cambios en la conformación del tejido graso, muscular y de sostén (Imagen Ilustrativa Infobae) Y repasó: “Es importante subrayar que la cirugía debe ofrecer resultados naturales y realistas. No se trata de buscar “soluciones mágicas”, sino de acompañar un proceso de mejora estética y funcional. Por eso, la estabilidad emocional de la paciente es un requisito fundamental: la cirugía estética no está indicada para resolver problemas personales o emocionales. Además, como todo procedimiento quirúrgico, puede implicar riesgos, complicaciones o incluso reintervenciones, y la paciente debe estar informada y dispuesta a asumirlos”. Seren, por su parte, agregó: “En casos de mamas voluminosas se realiza una reducción mamaria utilizando la técnica de autoprótesis para aprovechar los tejidos, asociado a la utilización de mallas de refuerzo para dar estabilidad del resultado a largo plazo”. No existe una edad límite para someterse a estos procedimientos, y las estadísticas muestran un aumento en la demanda por parte de mujeres mayores. “Existe una tendencia creciente de mujeres mayores que recurren a este tipo de cirugías debido a que la vida se prolongó y las mujeres se cuidan mucho más. Dado que se envejece mejor, las pacientes acuden para verse mejor ya que la vida es más larga”, indicó Seren. Los datos de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS) revelan que las mujeres de 51 a 64 años realizaron 114.444 procedimientos de aumento mamario en el último año, mientras que el grupo de 65 años o más se sometió a 14.938 intervenciones de este tipo. El cuidado domiciliario de la piel durante estos años puede incluir productos con retinol, vitamina C y ácido hialurónico, así como suplementación con nutrientes como omega 3, vitamina D o magnesio para acompañar los cambios hormonales (Imagen Ilustrativa Infobae) Para quienes buscan alternativas menos invasivas, existen múltiples tratamientos que pueden complementar o sustituir la cirugía. Entre ellos se encuentra el ultrasonido focalizado, conocido como “el lifting sin cirugía” por su capacidad de tensar el tejido hasta la aponeurosis muscular. Otras opciones incluyen la luz pulsada intensa (IPL) para tratar manchas y enrojecimiento, y el Hidrafacial, un peeling médico que combina exfoliación e hidratación. Los bioestimuladores inyectables como el ácido poliláctico y la hidroxiapatita de calcio estimulan la producción natural de colágeno, mientras que el plasma rico en plaquetas (PRP) aporta factores de crecimiento que activan los fibroblastos y favorecen la regeneración celular. El mantenimiento de los resultados obtenidos en tratamientos profesionales depende en gran medida del cuidado domiciliario. Los cosmeceúticos recomendados incluyen retinol para estimular la formación de colágeno, vitamina C como antioxidante y cofactor en la síntesis de colágeno, y ácido hialurónico tópico para mejorar la hidratación y el soporte cutáneo. La suplementación también desempeña un papel relevante, con nutrientes como Omega 3, vitamina D, resveratrol, centella asiática, magnesio y vitaminas del grupo B, presentes en suplementos naturales diseñados para cada etapa de la menopausia. Los beneficios de los tratamientos para acompañar los cambios de la menopausia trascienden lo estético. Cirujanos plásticos y dermatólogos consultados por Infobae resaltan que la clave en todos los procedimientos es individualizar cada caso, acompañar el proceso con información clara y buscar resultados que prioricen la calidad de vida y la seguridad emocional (Freepik) Seren sostuvo que “el objetivo final de la cirugía estética es devolver la seguridad y la autoestima a la paciente. Al corregir aquello que a la paciente no le gusta, se espera que se sienta más cómoda y que esto mejore su seguridad en la esfera personal, social o íntima”. En el caso de los procedimientos mamarios con implantes de bajo peso, el especialista detalla: “Se obtienen mayores beneficios: menos estrés tisular, la mama se cae menos, hay menos estrías, la paciente tiene menos peso en su tórax, la mama envejece más lento y la atrofia glandular mamaria se enlentece drásticamente”. Los cuidados de la piel durante la menopausia Otra profesional consultada por Infobae fue Verónica Tosi, dermatóloga y directora médica de ACNEBA. “Durante la menopausia, la caída de los niveles de estrógenos y progesterona provoca una serie de alteraciones cutáneas. Se observa una disminución de colágeno y elastina, lo que produce pérdida de firmeza, aparición de arrugas y flacidez. También disminuye la hidratación, por lo que la piel se vuelve más seca, tirante y con menor luminosidad. El adelgazamiento de la piel la vuelve más fina y frágil, con mayor riesgo de lesiones. Ocurren alteraciones de la microcirculación, lo que genera un tono apagado. Además, hay un retraso en la cicatrización y reparación, y a veces aumento de la sensibilidad cutánea”, enfatizó Tosi. Tosi agregó: “Actualmente, existen múltiples opciones seguras y no invasivas. Entre ellas, los peelings químicos suaves o medios mejoran textura, manchas y luminosidad. Los láseres fraccionados y no ablativos estimulan colágeno y reducen arrugas finas. La radiofrecuencia y el ultrasonido focalizado permiten el tensado de la piel y mejoran la flacidez. La luz pulsada intensa (IPL) unifica el tono, trata manchas y enrojecimientos, mejora el aspecto de poros dilatados y aporta mucha luminosidad. El Dermapen o Microneedling con factores de crecimiento o ácido hialurónico mejora la densidad y elasticidad. La terapia con bioestimuladores, como ácido poliláctico, hidroxiapatita cálcica o policaprolactona, activa la producción natural de colágeno. También se utiliza plasma rico en plaquetas”. El uso de bioestimuladores inyectables, como el ácido poliláctico y la hidroxiapatita cálcica, favorece la activación de fibroblastos y la producción natural de colágeno (Imagen Ilustrativa Infobae) Con respecto a los cuidados diarios para la piel en esta etapa, la dermatóloga apuntó: “Una rutina de cuidado de la piel personalizada incluye limpieza suave para evitar jabones agresivos e hidratación intensa con cremas ricas en ceramidas, ácido hialurónico o urea, entre otros. Es fundamental la fotoprotección diaria (FPS 50+) para prevenir manchas y arrugas. Resultan útiles los renovadores celulares con retinoides suaves, vitamina C o alfa hidroxiácidos como ácido glicólico o mandélico para estimular el colágeno y mejorar la luminosidad, al igual que los antioxidantes como vitamina C, niacinamida, vitamina E o melatonina”. “Dentro de los suplementos, si bien hay una gran variedad y dependerá de las necesidades de cada persona, se pueden destacar los ácidos grasos omega-3, que mejoran la función barrera y reducen la inflamación. La vitamina D resulta importante para la piel y el hueso en menopausia. Los antioxidantes, como resveratrol, coenzima Q10 y polifenoles, protegen contra el daño oxidativo. La creatina ayuda a contrarrestar la pérdida de masa muscular y ósea, mejora la fuerza, la función cognitiva y el estado de ánimo, y ayuda a gestionar la grasa corporal y el metabolismo de la glucosa. El magnesio contribuye a aliviar síntomas como el insomnio, la ansiedad y la tensión muscular, y es crucial para la salud ósea y los niveles hormonales”, postuló la dermatóloga funcional.

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