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Parana » Informe Digital
Fecha: 28/09/2025 07:22
La cita neoyorquina entre Milei y Trump juega como clave del último mes de la campaña electoral. El Gobierno busca extremar la polarización con el cristinismo que ya le ganó en la provincia más grande de la Argentina y que, de repetir el resultado, puede desequilibrar los dos años que siguen hasta 2027. La oposición, que tiene tribus que se unen en contados momentos, toma posición, en ese diseño que elige el Gobierno de ir contra todos, enfrentando el “Partido del Estado”, como dice el presidente. En la última sesión de Diputados, la oposición logró juntar 181 votos para rechazar el veto a la ley de fondos para el Garrahan. Nadie recuerda que en los años de democracia un gobierno haya recibido tamaño rechazo a un proyecto de la rama ejecutiva. Esta semana tiene oportunidad de remontar esos reveses en serie en el Congreso. Con el print del tuit de Donald Trump apoyando su reelección, el gobierno espera operar una nueva dispersión de la oposición para mejorar su chance electoral en Buenos Aires y, en consecuencia, su proyección nacional. El debate sobre el acuerdo, aunque borroso en sus efectos de corto plazo, se pondrá en el eje de la campaña. El Congreso adelantó el martes un ensayo con luces y ropa (como en el teatro) de los términos de la polarización. Un grupo de legisladores de los EE. UU. que visitan el país sometió a la comisión de Relaciones Exteriores de Diputados a un examen de lo que piensan oficialismo y oposición sobre las relaciones con los Estados Unidos y con China. Fue extraño que la sesión fuera secreta, como si se buscase proteger a los participantes del escrutinio público. Los visitantes expresaron su preocupación por la penetración oriental en la Argentina y pidieron revisar esa relación. La respuesta fue un cruce de chicanas dialécticas entre oficialistas y opositores que dejaron a los legisladores norteamericanos más confundidos que cuando llegaron. Describieron a la Argentina como el principal socio de la región y aseguraron que los Estados Unidos volcarán inversiones descomunales en el país si esa relación con China se termina. La diputada mileísta Juliana Santillán, vocera del oficialismo, les respondió que la relación con China es pragmática, pero que el gobierno será fiel a la amistad con Washington. Trump, en persona, llamó a Bariloche El grupo que encabezaba Vern Buchanan tomó nota de las diferencias que dividen al Congreso. Venían de Bariloche de visitar el Invap y el Instituto Balseiro, a cuyas autoridades le pidieron que evitasen que el reactor nuclear 4 sea concedido a las empresas chinas. Hicieron saber a los anfitriones rionegrinos, a los del Congreso y quienes fueron el martes por la tarde a un cóctel en la embajada de su país, que estaban en una misión promovida personalmente por Donald Trump. Buchanan hizo saber que lo había llamado Trump el lunes, cuando la comitiva estaba en Bariloche y les había indicado que cuando fueran a Buenos Aires se entrevistasen con la mayor cantidad posible de empresas y cámaras y que les hablasen de la lluvia de inversiones. “- Mañana – les dijo – voy a recibir al presidente Milei”. Buchanan es diputado republicano por la Florida y es el cuarto miembro más rico del congreso de los Estados Unidos. El diputado radical Pablo Juliano arremetió por el medio. Les recordó a los visitantes que China es el segundo destino comercial de nuestras exportaciones después de Brasil, y que la Argentina debe profundizar relaciones con Brasil, con China y con EE. UU. Agregó que a pesar de los dramas económicos este es uno de los pocos países de la región con capacidad de desarrollo en medicina, energía, educación, software, etc. “Pero – remató – no dejemos que las relaciones entre nuestros dos países dependan de la buena onda de Milei y Trump”. Dejen de prestarnos plata El grupo de legisladores recibió el consejo de la diputada peronista Florencia Carignano de que su país no le preste plata a la Argentina porque nunca se las van a devolver. La bancada del oficialismo, a través de Silvana Giudici, calificó a Carignano como una activista castro-chavista. Esta respondió con acidez al recordar que el gobierno actual le había tendido una visa a un vicepresidente de Irán. Carignano reclamó por la ausencia de taquígrafos, asesores, medios o registro audiovisual, algo habitual en las sesiones de comisiones. Por eso registró el debate en un celular y lo viralizó para que quede testimonio. ¿Pidieron el secreto los legisladores americanos, que quisieron que los diputados que se unan para crear un clima que permita las inversiones de los EE. UU.? Santiago Cafiero se perdió la mejor parte de esta disputa barrial porque… llegó tarde. Claro, era una reunión secreta. Los gobernadores piensan en el día después Le complica al gobierno que se le haya abierto un nuevo frente opositor que piensa más en el país que viene después del 26 de octubre, y que mira menos los resultados en las urnas. Este martes se mostrarán en Puerto Madryn, Chubut, los gobernadores que integran Provincias Unidas junto al consigliere de esa entente, Juan Schiaretti. Este grupo de gobernadores puede llegar a ampliarse a más de seis -Llaryora, Pullaro, Torres, Valdés, Sadir y Vidal- todos ganadores en sus provincias. El sexteto de mandatarios aspira a construir una alternativa al oficialismo y al cristinismo, que represente, como lo hizo Juntos por el Cambio durante 2015 y 2023, al electorado mayoritario de los grandes distritos de la Argentina, en donde, aun perdiendo elecciones, dominan en cinco de los siete más grandes. Los otros dos, Buenos Aires y Tucumán, son dominios del peronismo. Hacia esto caminan los votos del centro moderado. La cita del martes en Madryn tiene un formato industrialista. Visitarán la planta de Aluar, empresa que está afectada por los aranceles del 50% que impuso la administración Trump a las importaciones. También visitarán empresas pesqueras. Piden una alianza PRO-Provincias Unidas El anfitrión es el gobernador Ignacio Torres, que hace campaña hacia adentro del PRO para que se independice de La Libertad Avanza y ejerza una oposición moderada y una agenda política diferenciada. La prueba de la necesidad de avanzar en ese camino es la deserción del electorado que votaba a Cambiemos. Se presume que la pérdida de votos de la alianza LLA-PRO prueba que ha perdido la confianza del electorado. Torres se reunió el martes con Mauricio Macri y le anunció que va a proponer en el próximo congreso del partido que formalice una alianza con Provincias Unidas, para ir a una interna presidencial de sus caciques de cara a las elecciones de 2027. Ese congreso, según Torres, puede tener lugar cuando se conozcan los resultados de octubre. En los papeles de PU está sumar otras fuerzas como la Coalición Cívica y Encuentro Republicano. El mismo martes, antes de recibirlo a Torres, Macri parlamentó con Miguel Pichetto. Con estos dos dirigentes Macri se interesó sobre la percepción que tienen del futuro electoral. Macri les ha pedido, como antes a Juan Schiaretti, que lo esperen hasta que se conozcan los resultados electorales. En esas conversaciones del martes, que ocurrieron en las oficinas del ex subsecretario de asesor de Mauricio, Jorge Triaca, insistió en que está convencido de que el gobierno no va a modificar su método político de confrontación con sus propios aliados y que va a eludir admitirle un lugar al PRO y a Macri en su agenda 2025-2027. Macri explicó que a Milei le está ocurriendo lo que le pasó a su propio gobierno, y que terminaron los dos renegociando un auxilio de los Estados Unidos. Un frente elástico Torres y Schiaretti se mueven como quienes buscan comprometer al PRO macrista con Provincias Unidas de manera de impedir que un Milei reforzado por los legisladores que sumará el 26 de octubre reabra el libro de pases para sumar a gente del PRO y de la UCR al gabinete, e impedir que el centro moderado gane volumen. En la mira de PU están Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y Graciela Ocaña, con quien tiene relación estrecha Nacho Torres. También Jorge Macri y Ricardo López Murphy, con quien Torres se sacó una foto que alienta a transversalidad de algunas campañas. Hablando de fotos, la única participación que tiene prevista Larreta en la campaña porteña es aparecer en una foto junto a Ocaña. Como que parezca un accidente, una señal para un futuro, que está más cerca de lo que se cree. Un desafío para la política Este proyecto de Provincias Unidas está plagado de contradicciones porque hay sectores del radicalismo a quienes les resulta difícil convivir con aliados eventuales de una nueva fuerza como son Schiaretti o Florencio Randazzo, a quienes han combatido en Córdoba o Buenos Aires durante décadas. Estas contradicciones son las que debe resolver la política. Son las mismas que debió superar Juntos por el Cambio antes del 2015 para consolidar el proyecto que llevó al poder a Macri. La idea de que el PRO porteño, el radicalismo y la Coalición se sentasen en la misma mesa fue una proeza de muñeca política de la que participaron los jefes de aquella alianza cediendo poder para encontrar una síntesis ganadora. Resolvieron las diferencias en el congreso de la UCR en abril de 2015 en Gualeguaychú, en donde confrontaron dos sectores del radicalismo, que representaban Ernesto Sanz y Gerardo Morales. El entendimiento del radicalismo sociológico – una demografía extendida por todo el país, pero con una grave crisis de dirigentes – tiene de nuevo el dilema de los límites de la nueva alianza. El extremo de las contradicciones es que la marca UCR no está en la lista de octubre en la provincia de Buenos Aires y con una dispersión minoritaria en Córdoba.
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