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    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 27/09/2025 06:36

    Javier Milei y Donald Trump Milei atravesó exultante la semana que termina. No fueron las Fuerzas del Cielo las que lo rescataron, sino el auxilio terrenal que bajó del Norte y lo sacó del borde del abismo. La irrupción en X de Scott Bessent en la primera mañana del lunes impactó de lleno en los mercados, frenando las turbulencias financieras que amenazaban con conducir a Milei a una debacle. “Se hará lo que sea necesario para ayudar al país”, posteó el secretario del Tesoro norteamericano. Bessent había prometido lo mismo a mediados de abril, cuando en una visita de apenas 12 horas a la Argentina garantizó resguardar al gobierno de Milei. Palabra santa, la de Scott: el dólar bajó $85, alejándose del techo de la banda; el riesgo país cayó un 25%, mientras las acciones argentinas rebotaban hasta un 24% en el exterior. La bendición de Donald Trump hizo el resto. El presidente norteamericano impartió el óleo sagrado de su reconocimiento a Javier Milei, a quien definió como un “líder fantástico”, prometiendo además su total respaldo para una reelección en 2027. “Nunca los defraudará”, selló en su posteo en Truth Social, cuyo texto impreso regaló a Milei a modo de relicario. Beatificado por la palabra trumpista, Milei no tardó en recibir más buenas nuevas. El Banco Mundial anunció desembolsos por USD 4.000 millones en apoyo a la Argentina. El BID anunció que expandirá significativamente sus operaciones en el país en los próximos 15 meses. La seguidilla de respaldos permitió conjurar el riesgo de una corrida cambiaria que desestabilizara la economía libertaria. Resta saber qué hará ahora Milei con el tembladeral político que lo trajo hasta aquí. La expectativa está puesta en cómo procesará el líder libertario lo vivido en la glamorosa semana neoyorquina, en la que no solo recibió un salvataje financiero, sino también halagos y premiaciones. ¿Reconocerá que fue asistido para salir de las dificultades generadas por errores de gestión, o se comportará como quien ha sido galardonado por su éxito? La manera en que Milei decodifique lo vivido es clave para saber cómo se sale hacia adelante. Preocupa el “modo Milei”. Hay mucho para revisar en el breve tiempo que separa de las urnas. Suponer que la inestabilidad económica se debió solo al “pánico político” o al “riesgo kuka” implica desconocer la mala praxis que lo trajo hasta aquí. La estrategia de nacionalizar y polarizar sobre la que se montó la campaña fue una trampa que potenció los daños autoinfligidos. Milei transformó la desdoblada elección provincial en un plebiscito de su gestión y perdió. Es cierto que los mercados sobredimensionaron el resultado del 7 de septiembre, pero el equipo económico ya venía acumulando traspiés desde antes. Luis Caputo dilapidó su magia a fuerza de declaraciones disonantes: del memorable “Comprá, campeón” al temerario “vamos a vender hasta el último dólar sobre el techo de la banda”. Con las urnas a la vista, Milei debe articular un discurso que contenga el malestar social tras los vetos a leyes sensibles. Incluso si logra una buena elección, no alcanzará una mayoría legislativa propia. Es necesario recomponer vínculos con gobernadores y aliados naturales, y generar consensos con sectores afines. Superar la dañina interna que afecta a la mesa chica libertaria es imperativo y urgente. Las refriegas palaciegas erosionaron la confianza en el rumbo. Las denuncias de corrupción y la errática defensa de Milei frente a las acusaciones contra su hermana lo mostraron impotente y subordinado a Karina. La secretaria general de la Presidencia se mantuvo firme en no entregar a ninguno de los suyos. Eduardo “Lule” Menem sobrevivió en el poder. La decisión de llevar las retenciones a los cereales a cero hasta el 31 de octubre y con un tope de U$D 7.000 millones, una medida celebrada por los productores el lunes, terminó en un desaguisado. “Fue un negocio grande para pocos”, señalaron enojados referentes del sector agropecuario. El cupo se alcanzó el miércoles y dejó a los productores afuera y molestos. Solo siete exportadoras se quedaron con 17 millones de toneladas y concentraron el 86% de los registros totales del negocio. El alineamiento con el gobierno norteamericano fue recompensado por Trump, pero no está exento de condicionalidades. La contraprestación probablemente demande un resultado electoral que lo valide y la recomposición de vínculos con aliados. La oposición parlamentaria le puso un freno a las pretensiones hegemónicas del libertarianismo. Fue un acto de autodefensa frente al avasallamiento de los armadores karinistas. Pero las leyes que Milei vetó en nombre del equilibrio fiscal responden a causas de alta sensibilidad social. El INDEC informó que la pobreza bajó 20 puntos en un año, hasta 31,6%, aunque la UCA advirtió que el alivio está sobrerrepresentado por cuestiones metodológicas. Sin embargo, el fulgor financiero y político de la semana quedó ensombrecido por un crimen atroz que devolvió a la Argentina a su drama más profundo. Los escalofriantes detalles del asesinato de Lara, Brenda y Morena —tres chicas secuestradas y masacradas en un ritual de venganza narco— dominaron las pantallas, desplazando las postales neoyorquinas del prime time. No fue un caso policial más. El final de estas adolescentes expuso, en su versión más cruel, el circuito de pobreza, marginalidad y descomposición social en el que quedan atrapados miles de chicos argentinos, entre el narcomenudeo, la prostitución y la impunidad de las bandas. La política procesó el horror en clave electoral. La geolocalización del crimen abrió un frente de disputa política en torno al mapa del narcotráfico en el área metropolitana. El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, aseguró que la banda implicada “tenía su centro operacional en la ciudad de Buenos Aires” y que las jóvenes asesinadas habían entablado vínculos con referentes del grupo en la zona de Flores. Con esa afirmación, trasladó parte del foco del caso hacia CABA y alimentó la tensión interjurisdiccional: ¿hasta dónde llega la responsabilidad de la provincia y dónde comienza la de la Ciudad? La lectura política no tardó en instalarse. El propio gobernador Axel Kicillof, desde Nueva York, reforzó la idea al apuntar a “un grupo narco con base en CABA”. En un año electoral marcado por la inseguridad y la crisis económica, el caso se transformó en un nuevo campo de disputa simbólica. La mezquindad de la política obturó con sus manipulaciones discursivas un debate serio acerca de las condiciones que nos trajeron hasta aquí. La dimensión de género del triple crimen también se filtró en la discusión electoral. Diversas organizaciones feministas y sectores de la oposición remarcaron que no se trataba solo de un hecho narco, sino de un femicidio múltiple que expone la vulnerabilidad extrema de las mujeres en territorios atravesados por la violencia criminal. Instalar como dominante la idea de que se trató de un caso de femicidio embarra el análisis y saca el foco de la criminalidad narco. En cualquier caso, dos cuestiones muy sensibles que comprometen tanto al gobierno nacional como al provincial. La transmisión en vivo por una cuenta de Instagram reservada a un grupo cerrado de la tortura y asesinato de las chicas habla de la impunidad con la que los autores de la masacre se manejaron. Se investiga la participación de un narco, de nacionalidad peruana, llamado “Pequeño J” o “Julito”, como quien habría ordenado la transmisión y el asesinato. El “Pequeño J” no figuraba, hasta aquí, en el radar de quienes investigan a las bandas de la narcocriminalidad. Un perfecto desconocido. La semana cierra con unos pocos detenidos, no necesariamente sindicados como los supuestos autores materiales o intelectuales del crimen. La sombra de connivencia policial y/o política con las organizaciones quedó a la intemperie. La doble lectura —como crimen narco y como femicidio— condensa así dos de las agendas más sensibles de la campaña. Hay que llegar al 26 de octubre. Solo cuatro semanas nos separan del día D. Muy poco tiempo o una eternidad, conforme se lo mire. Milei tiene sobrados motivos para sentirse reconfortado. Dispone de razones para ampararse en una consigna poderosa: “Sonríe. Trump te ama”.

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