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  • Cristóbal Blanco, neurocirujano de Cruz Roja: "Que tocara bien el piano nos decía que íbamos muy bien"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 25/09/2025 23:38

    El Hospital Cruz Roja de Córdoba se ha convertido en el primer hospital privado de la ciudad donde se ha realizado una cirugía cerebral con paciente despierto. Miguel, un músico profesional, presentaba una lesión cerebral en una zona especialmente delicada, entre las áreas del lenguaje y la motricidad. La operación fue dirigida por el neurocirujano Cristóbal Blanco, que asegura a este periódico que la música que tocó el paciente en su piano mientras transcurría la intervención funcionó como una especie de guía para el equipo. Miguel ha sido "el paciente ideal" para aplicar esta técnica, importada de Francia y que se lleva haciendo desde 2014 en el Hospital Reina Sofía, que "es específica para pacientes que tienen una lesión cerebral muy cerca de un área del lenguaje y de la motricidad. Esta última se puede más o menos vigilar con el paciente dormido, pero el lenguaje no", explica Blanco. La particularidad de este caso es que este paciente es músico, que "es una función superior del cerebro, son funciones cognitivas más avanzadas y solamente se pueden explorar si el paciente está despierto", agrega. Un concierto durante su intervención Miguel, al ser copartícipe de su propia intervención quirúrgica "nos lo puso muy sencillo", admite Cristóbal Blanco, que recuerda que durante la operación tocaba "melodías muy conocidas para todos nosotros". La música brindó mucha información al equipo porque "el hecho de que tocara de forma adecuada, que nos estaba dando un concierto, nos hacía intuir que íbamos muy bien". El paciente toca el piano mientras es intervenido quirúrgicamente en el cerebro. / Hospital Cruz Roja Esa coordinación entre lo que hacía el paciente con sus manos genera un circuito cerebral y "sabíamos que ese circuito estaba funcionando", pero un circuito une muchas áreas y "si nosotros estamos invadiendo su cerebro y no estamos dañando esa conexión del circuito, porque el circuito se alteraría por cualquier contacto que lo hagamos, nos daba una certeza y la seguridad de que íbamos por buen camino". Es decir, tocando el piano Miguel les estaba dando a sus médicos la información necesaria para corroborar que la cirugía iba bien. Cuando el paciente no es un músico, se suelen hacer test psicológicos con una pantalla mientras mueve sus manos o piernas. Un desafío Pero no es, ni mucho menos, una intervención fácil. "El anestesista y el neurofisiólogo tienen que estar muy coordinados porque al estar despierto la presión intracranial aumenta. Tienen que estar a una dosis muy importante de sedación, dormido pero despierto para estar colaborando y que el cerebro no se inflame", explica el médico. Si eso ocurre "puede tener problemas catastróficos e irreversibles para el paciente". De ahí la importancia de contar con un equipo multidisciplinar y muy coordinado "para que el estímulo que nosotros aplicamos sea lo suficientemente importante, ni más ni menos, y no producir crisis convulsiva". Además, el tiempo juega un papel muy importante. Tras hacer la piel y la parte del cráneo con el paciente dormido este se despierta y "tenemos un tiempo de oro, que va de una a dos horas, en el que el paciente está lúcido y despierto y nosotros tenemos que quitar la lesión porque si no el paciente se agota, se cansa y aumenta el riesgo de crisis convulsiva y de sangrado, entonces el desafío quirúrgico es que lo tienes que hacer rápido, ir directo y apoyarte en un equipo que esté entrenado para ello". Cristóbal Blanco atiende a una persona en su consulta del Hospital Cruz Roja. / Ramón Azañón Para Blanco, aunque esta cirugía en la privada abre muchas puertas, "no es una intervención que se debe hacer de forma deliberada, ni tampoco puede ser una cirugía para una persona que se está formando porque es un desafío por los resultados quirúrgicos, que tienen que ser óptimos". Además, con el paciente despierto y colaborando "hay que darle confianza, el paciente no se puede poner nervioso porque está pinchado y eso hace un ambiente más desafiante, de mayor riesgo". Cristóbal Blanco admite, eso sí, que ha habido operaciones con pacientes dormidos más complicadas que esta. Un vínculo para toda la vida Operar a un paciente despierto sugiere además un vínculo muy difícil de romper porque "es como un familiar, pasas ese límite de médico-paciente, el paciente despierto es parte de ti, es como un brazo asesorado, porque él está ayudándote, es un nuevo ayudante y todos nos ponemos en contra de la lesión, todos somos enemigos de la lesión y somos amigos en común porque ese momento nos ha unido para siempre, es un vínculo extremadamente fuerte", expresa el doctor. Este caso se presentó como un caso ideal y afortunadamente fue todo un éxito. Miguel se recupera en su casa tras estar algunos días ingresado en el hospital. La lesión fue extirpada en su totalida, no tiene déficit neurológico y está recibiendo tratamiento de radioquimioterapia. "Ha sido una verdadera bendición", expresa Blanco. Descongestionar la pública Este hito "es como aliviar también la presión de la sanidad pública, que muchas veces tiene tantas cirugías complejas, entonces esto le ofrece a Córdoba esa ventaja, esa oportunidad de tener centros o alternativas para realizar cirugías más complejas que antes solo se podía hacer en un centro muy concreto", como es el Reina Sofía. "No se trata ni mucho menos de una competencia, porque lo importante aquí es mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes", agrega.

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