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  • Marito Baracus: del nacimiento de YouTube en Argentina a la cancelación, los contratos insólitos y qué haría con un millón de dólares

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 25/09/2025 02:31

    Juan Arnone, conocido popularmente como Marito Baracus, es un creador de contenido, conductor, músico, productor musical argentino y uno de los youtubers pioneros en Argentina. Alcanzó gran popularidad con sus doblajes, compilados y sketches humorísticos, donde parodiaba escenas cotidianas, videojuegos y debates, logrando videos virales como Dame el chupete, guacho. Desde 2009 al 2014, desarrolló proyectos como Marito Kids. También lanzó música propia y organiza fiestas relacionados con su marca. Con millones de seguidores en sus redes sociales, especialmente en YouTube e Instagram, Marito mantiene una presencia activa compartiendo contenido humorístico, promocionando shows y generando su propia comunidad. Su estilo irreverente lo convirtió en un personaje tan popular como polémico, ya que algunas de sus parodias despertaron críticas y debates en medios de comunicación y redes. A pesar de las controversias, sigue siendo un referente del humor digital y uno de los primeros que abrió camino a los creadores de contenido en el país. Marito Baracus reveló cómo evolucionó la profesión, la competencia con el algoritmo y las presiones del medio digital Pollo: — Me llaman mucho la atención, para bien, todos aquellos que arrancaron con YouTube hace tantos años. Porque es una ola a la que todos nos queremos subir, pero ustedes fueron los pioneros. ¿En qué momento dijiste: “Voy a arrancar con esto”? Marito: — Cambió todo una banda. Decirlo ahora no es lo mismo que en ese momento, ¿viste? Era como te miraban: “¿Qué? ¿Qué es esto?” Pollo: — “Vas a perder guita”, te decían seguramente. Marito: — Sí, claro. Decí que tenía padres separados, si no, mi viejo me hubiese dado un bife. Eso es lo que tenemos en común los de la primer camada de YouTubers: una familia disfuncional, porque decís: “¿Dónde te estás metiendo, nene?” (risas). Hubo que ir laburándolo, armándolo. Esa fue la primera gran parte de fomentar que pueda ser un laburo y poder vivir de eso. Hoy es otra cosa. Ya hay un camino hecho y hay un montón de posibilidades para moverte en el medio. Pollo: — Viste que todo lo que es un nicho, cuando vienen los nuevos, molesta. ¿Qué pasa cuando todo el mundo ahora quiere hacer YouTube? ¿Bancás o decís: “Bueno, chicos, esto es nuestro, somos la base”? Marito: — Pasó algo muy loco... Julián Serrano, que también es uno de los primeros, pero no el primero, despertó algunas polémicas. Yo soy segunda generación y podemos decir que Julián es cuarta, ponele. Pero igual sigue siendo uno de los primeros. Estamos hablando de 2011 Julián Serrano, más o menos. Cuando apareció Julián y todos estábamos haciendo contenido producido, bien laburado, él aparece en cuero (risa) bailando una canción en brasilero, matándonos a todos con las vistas, o sea... Pollo: — Él llegó y la pegó rápido… Marito: — De toque. Estábamos todos laburando con la cámara, viendo cómo comprar equipos. Él prendió la Webcam, bailó en cuero y ya está. Listo, le rompió el culo* todos. Ahí empezó como el primer resentimiento con uno nuevo que venía. A partir de ahí todo generó cierto ruido. Para mí, en lo personal, no me molesta porque creo que cada uno puede encontrar su nicho. Es tan grande el medio, tan democrático, en cierto punto, que hay lugar para todos. Pollo: — Todos queremos ganar guita. Pero a vos te gusta hacer esto, la pasás bien. ¿Pensabas que iba a ser lo que es hoy? Porque, al fin y al cabo, sos un artista, vivís de esto, pero podrías trabajar en teatro, en tele… Marito: — Yo laburé en televisión en programas en edición, postproducción. Arranqué como asistente de producción. Fui haciendo todo el recorrido y chocandome un poco con algunas cosas que pensé que iban a ser de una manera y no. YouTube ni bien llega a Argentina, en 2010, prometía un pago que no es el de ahora. Era lógico porque todavía no había publicidad, no había marcas. Pero me encontré con un pago muy bajo. Hubo que hacer una búsqueda alrededor de eso, sostenerse con el vivo, con el merchandising, eventos... Y se le fue encontrando la vuelta. Pero no fue fácil. Pollo: — ¿Te comiste un quilombito político? Porque hay muchos videos tuyos que se meten en política. ¿Te pasó que llamen y te digan: “Che, dejá de subir esto”? Marito: — Sí, una agencia muy importante me contrató para una publicidad. Y sobre el final de la publicidad, cuando ya estaba todo realizado, me mandan el contrato y decía que no podía hacer humor político... Pollo: — ¿Pero indefinidamente? Marito: — Sí, por tiempo indefinido. ¿Viste cómo son algunos contratos? Ahora ya cambió eso, pero hay algunos que es acá, en todo el mundo y en territorio por conquistar (risas). Pollo: — Sí, pero se supone que en un momento termina... Marito: — Y era un doblaje de un pajarito, ¿eh? Era casi un documental de biología. Pollo: — ¿O sea que te contrataron para bajarte lo otro? Marito: — Claro. Entonces, cuando hay algo en un contrato que no te gusta, reclamas. “Cambiame esta cláusula”, le decís. “No, no, no, esa cláusula no se cambia”, re responden (risas). Ahí te das cuenta que algo pasa. Pero bueno, me calenté para la mierd*. Y no la terminé haciendo. Pollo: — Pero ¿ningún político te llamó personalmente? Marito: — Sí, un montón. Pollo: — ¿Y te da lo mismo o te preocupa? Marito: — Me he juntado alguna vez a charlar por mera curiosidad. Lo cual fue muy bizarro, porque uno imagina una cosa y es otra. Pollo: — Me da la sensación de que vos fuiste con el prejuicio y te terminó cayendo bien alguno. Marito: — No sé si me cayó bien. Pero me divertí, vi cosas locas. Si tiro nombres se va todo a la mierd*. Pollo: — Nos vamos todos, los dos. Caemos los dos abajo y listo. Marito: — Pero sí he visto cosas bizarras, gente gateando… Fiestas (risas). Pollo: — ¿La situación era una fiesta? Marito: — Y… un barquito. Pollo: — Te quiso comprar, bolud*. Parece una película de afuera eso. Marito: — Yo no lo podía creer. Me agarró acá del hombrito… Pollo: — ¿Vos esperabas cafecito? Marito: — Yo me esperaba otra cosa. Me agarró del hombrito, me sentó y me dijo: “Trabajás para mí” (risas). Pollo: — La situación es: “Che, te quiero conocer”. ¿Vos fuiste por curiosidad y terminaste en un barco? Pollo: — Sí, nada que ver. Me tiró un manager también conocido del medio, que tampoco lo vamos a nombrar... Pollo: — ¿Y había mucha gente en el barco? Marito: — Sí, había personajes. Había muchos felinos... Pollo: — ¿Y te quedaste o no? Marito: — No sabía cómo decirle al chabón que no trabajaba para él. Pollo: — Y estabas embarcado... Del barco no te podías bajar en el medio del agua. Marito: — Fue raro, fue bizarro, porque estaba todo preparado como para pasarla bien. Pero yo en realidad iba por otra cosa, iba por curiosidad y de repente me daba hasta la mano. Pollo: — Y terminaste en un fiestón (risas). Aparte ya no salís más de ahí... Marito: — No, olvidate. Me porté re bien, por las dudas. No voy a caer en la trampa tan fácil. Pollo: — ¿Ya no vas a reuniones de este estilo? Marito: — No, trato de que no. Aparte conozco un montón. Algunos me han caído mejor, otros peor, pero me gusta saber qué pasa. Uno siempre tiene la curiosidad. Después, si hacés algo, es otra cosa. Pollo: — ¿Ves las métricas? ¿Te interesa a ver si un video funciona o no? Marito: — Pasa que yo tengo 38 años y hago esto desde los 15. Hay un momento donde vos entrás en la competencia pura, en competencia total... Pollo: — ¿Pero contra quién? Marito: — Con el medio, con lo que te exige el algoritmo. Vos sabés que para estar en los primeros lugares, tenés que estar compitiendo, estar todo el tiempo subiendo videos, alimentando ese algoritmo. Si dejás de subir un video una semana, ya sabés que no te muestra tanto. A mí me encanta el chiste de que los youtubers son vagos, pero en realidad tu jefe pasa a ser el algoritmo y es bastante picante. Pollo: — Además hay que tener en la cabeza todos los días un video nuevo, hay que ser muy creativo. Marito: — Es picante y hay cosas que no podés hacer. Tenés que volver a tu casa en determinado horario, porque decís: “Ya tengo que empezar a trabajar lo que va a salir en la semana”. Entonces, en un momento tuve que salir de esa porque a los 23 años ya estaba pelado. Pollo: — Pero no le echés la culpa a YouTube. Marito: — A mi papá también, claro. Pollo: — Es genético eso, chabón. Marito: — Yo tengo un implante igual. No es que me cagaron (risas). Tarda unos cuatro meses en salir el pelo... Pollo: — ¿Te da miedo la cancelación? Ya tuviste una fuerte, ¿no? Marito: — ¿La de Oriana? Pollo: — No, la primera del ukelele … ¿Cómo lo llevas? ¿Te pega o no te importa tanto? Marito: — La del ukelele fue una cosa impresionante porque hago algunos videos y me voy a Mar del Plata. Me explotó el teléfono. Mi manager de ese momento me dice: “¡¿Qué hiciste?!” Porque yo miraba Twitter y hubo un montón de interacciones. Pero no vi ninguna y dije: “Listo, le fue re bien a los videos”. Y no. Me había bombardeado a críticas. Pollo: — ¿Pero duele? Marito: — Si no estás metido en el medio, si no estás metido en la red, no duele nada. Pollo: — Pero si de repente te está puteando todo el mundo… Y no solo por lo que te puede doler, quizás pensás: “La cag*é en el laburo”. ¿Eso te puede complicar laboralmente? Marito: — Lo que pasa es que yo laburo también mucho con marcas independientes. Estaba hablando con un productor y me dice: “Se cae una marca de ropa infantil”. Era una con la que yo estaba hablando. Pero ¿qué tiene que ver conmigo? No tiene nada que ver. No es grave. Y después, aparte yo sé más o menos lo que pasa ahí en las redes. Estoy hace un montón. Además, en algún momento crucé algún mensaje con la chica del ukelele. Y todo piola. Pollo: — ¿Y qué pasó con lo de Oriana? Marito: — Es culpa de mi novia, siempre culpa de mi novia (risas). Porque ella siempre me dice: “Jodé acá”. Pollo: — ¿Era algo sobre el lomo? Marito: — Era un video hablando de los problemas alimenticios. Yo entiendo que es delicado, pero yo ni lo leí el mensaje. Copié y pegué e hice lo mismo, como “miren mis rollos”. “Esto es una panza, hija de... Esto es una buena panza”... Pollo: — Y se pudrió todo. Marito: — Y mostré eso y bueno parece que se pudrió. Esa fue en pandemia, la gente estaba muy al ped*. Ahí sí fue jodido más que nada por una cuestión de que contactaban a mis familiares y los amenazaban. La gente está realmente trastornada. Pollo: — ¿Hablaste con Oriana después de eso? Marito: — No, no hablé nunca porque no la conozco. Sentí que no había que hablarlo. Pablo Agustín le preguntó en su momento: “Che, ¿te jodió lo de Marito?” Y ella dijo: “Nada, fue una bolud*z”. Yo considero que nunca me metí en el barro como para entrar en una cancelada fuerte. Fuera del personaje, soy un chabón re tranquilo. Entonces, todo lo que se puedan decir, si tengo más pelo, menos pelo, si lo que hago te gusta o es una mierd*, es como: “Bueno, que venga”. Y me gusta también que pase. Yo soy hater, naturalmente, también. Yo era hater de los canales de streaming. Soy hater, así que me gusta que pase un poquito (risas). Pollo: — ¿Tenés una fiesta? Contame cómo es eso. Marito: — ¿Qué fiesta? (risas). Sí, tengo una fiesta... Pollo: — ¿La creaste como un negocio para divertirte o porque te gusta la joda y te pintó el fiestón? Marito: — Sí, me gusta la joda. Igual, ya no tanto. Surgió la idea por que hay un montón de fiestas en las que se mueven por ahí influencers y también que me invitan. Soy hater también de esas fiestas, donde vos vas, te metés en un VIP, y hay una cosa de atención hacia vos, como “mirá, ahí está este o el otro”. Yo iba a bailar a un centro cultural donde era uno más. Entonces, dije: “Quiero ir por este lado. Voy a hacer la fiesta que quiero hacer, que tenga más que ver con esto, donde hay un montón de creadores de contenido y están compartiendo el mismo espacio, charlando con el otro”. No te voy a decir que no viene uno y te pide fotos, obviamente, pero el espíritu de la fiesta es otro. Pasa que yo hago eventos desde que soy pibe. Creo que mi primer evento lo hice a los 22 años, entonces más o menos la tengo un poquito difícil. Pollo: — ¿Cada cuánto tiempo hacés una? Marito: — La estoy haciendo dos veces por año, tranqui. Explota, le va re bien. La fiesta está espectacular y podés hacer mil cosas. Tenés un barcito, un lugar para comer, podés jugar videojuegos, ver proyecciones, bailar o escuchar música en vivo. Lo que se te cante. Son tres pistas en vivo y cada uno la vive como quiere. Pollo: — ¿Es verdad que tenés un álbum con tus temas? ¿Cómo es la onda? Marito: — Debo tener dos o tres temas, vamos a decir cinco para ser generosos, bien hechos. El resto de los temas es música que encontré por ahí, le cambié la letra y los subí. El creador de contenido compartió anécdotas sobre contratos, fiestas, polémicas y su visión sobre la libertad creativa y personal Millón Con una valija llena de dólares, el Pollo invitó a Marito a comprar todo lo que desee. El único requisito es que el dinero no se puede donar ni guardar como ahorro. ¿Qué elijó? Pollo: — ¿Qué harías con un millón de dólares? Marito: — Más allá que estamos hablando de ser humilde y todo eso, una noche de ser poronga hay que vivirla. Entonces, hay que guardarse un billetito y salir e invitar todo... Pollo: — ¿Con quién vas? Marito: — Te llevo a vos, al manager brasilero… Un par que les guste mucho la joda. La llamamos a Furia de Gran Hermano, una loca así, ¿viste? Hacemos un quilombo... Con 100 lucas pago todo. Es un fiestón. Pollo: — ¿Qué más? Marito: — Con 300 lucas quiero comprar una linda casita. Pollo: — ¿Sos propietario o alquilás? Marito: — Soy propietario. Pollo: — ¿Y querés comprar otra para vivir o para la renta? Marito: — Hay que tener propiedad. Es la mejor inversión. Pollo: — ¿Dónde te gustaría? Marito: — Y yo soy de Olivos, me quiero quedar ahí. La que tengo está en refacción todo el tiempo. Así que es para más tranquilidad. Pollo: — Te quedan 600 lucas. Marito: — A ver… Este podemos invertir en... Ni idea, no tengo ni idea. Pollo: — Podemos invertir en... cero idea (risas). Marito: — Cuando me pagan en criptomoneda, le digo: “¿Quién tiene billetera?” No entiendo nada (risas). La podemos ir a jugar también, si querés... Pollo: — Todas malas decisiones, ¿eh? Marito: — Vamos al bingo. A timbear. Vamos con la línea, aunque sea. Después vemos si ganamos… Pongo 100 lucas al bingo. Pollo: — ¿Qué más? Marito: — Y esto lo tiramos como el guasón. Como el guasón en Batman. La de Tim Barton. La tiramos… Pollo: — No tiene mucho sentido. Marito: — Y no. Pero tampoco tiene mucho sentido gastarse un millón de dólares en un día. Pollo: — Ok. La tiramos. ¿En algún lugar en especial? Marito: — En Villa Luzuriaga. Paso con un auto, la tiro y sigo. Pollo: — ¿Por qué elegiste Villa Luzuriaga? Marito: — No, sé. Pollo: — Vive Nico Occhiato ahí. Por eso Luzu se llama así por Villa de Zulega. Marito: — Bueno, está bien. Quizás se arme en otro streaming. Alguno que agarre bastante (risas). ¿Me fui muy a la mierd*? (risas). Ruleta de preguntas Pollo: — ¿Quién sería tu permitido? Si es que tenés... Marito: — Sí, Lizy Tagliani. Pollo: — ¿Se lo dijiste? Marito: — Sí, por supuesto, la tuve a upa y todo. Pollo: — ¿En qué momento? Marito: — En Olga... Pollo: — ¿Lo tenés hablado con tu novia? Marito: — Sí, por supuesto. Nos cae muy bien. Pollo: — ¿Y Lizy qué opina al respecto? Marito: — Está chongueando ahora, pero estamos ahí. Somos pendientes. Nos hemos tirado corazones, fueguitos en redes... Pollo: — ¡Ah! Está todo encaminadísimo. ¿Qué es lo que más te atrae de ella? Marito: — Su buena onda. De hecho, lo único. Pollo: — ¿Solo su buena onda? Pero hay un montón de gente buena onda. Marito: — No, pero ella tiene mucho más. Y es graciosa. Pollo: — ¿Cuál es tu frecuencia ideal de sexo? Marito: — Una vez por mes. Me encanta laburar, me encantan hacer otras cosas con mi novia antes de cog*r. Pollo: — ¿Ella está de acuerdo? Marito: — No, porque tiene una edad en la que… Pollo: — Ella quiere que la frecuencia sea más. Marito: — Sí, por supuesto. Siempre me pasó, igual. Pollo: — Vos siempre sos más tranca. Marito: — Sí. O sea, me gusta cog*r como cualquier ser humano. Pero prefiero ver una peli, comer, salir, echar las pelot*s. Una vez por mes es mi ideal. Pero no coj* una vez por mes porque me cag* una trompadas. Pollo: — ¿Cuál es tu contacto más famoso? Marito: — ¡Qué pregunta! No sé. El Bana, Botero, que son los que ahora están más pegados por ahí, por decirte alguien. Pero hay alguno de la tele así medio loco que vos decís. Pollo: — ¿Un jugador de fútbol, por ejemplo? Marito: — Sí, algún jugador de fútbol hay. Pero pasa que no sé tanto de fútbol... Está Tagliafico. Pollo: — Jugador de Selección, campeón del mundo… Marito: — Y alguno más de la Selección hay. Soy hincha de la Selección, pero no sé los jugadores. A Tagliafico lo conozco porque es medio youtuber. Es del palo. Pollo: — ¿Cuál es la regla fundamental de tu pareja? Si es que tienen una. Marito: — Yo creo que no está charlado, pero hay una cosa de libertad. Pollo: — ¿Qué quiere decir libertad sexual o laboral? Marito: — No, libertad en el sentido de no controlarnos, ¿viste? Cada una hace lo suyo y confía en el otro. Es como muy relajada la pareja. Hemos convivido y tenido nuestros roces como cualquiera que haya convivido en pandemia, pero en general somos muy relajados. Pollo: — ¿Se puede saber qué hace ella de su vida? Marito: — Es diseñadora indumentaria. Es la que sabe. Pollo: — Pero también es la que te dice con qué hay que divertirse, como el video de Oriana. Marito: — Es que es hater también. Es de Río Negro, es porteño-fóbica (risas). Todo donde ve, donde puede bardear, bardea. Y hoy hay mucho, también.

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