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Crespo » Paralelo 32
Fecha: 25/09/2025 00:23
Rosario. – La 10ª edición del Seminario ACSOJA, realizado en la Bolsa de Comercio de Rosario bajo el lema “Cuando la soja tiene la palabra”, abrió con un fuerte llamado de atención del Panel Agronómico: la siembra directa, que durante años revolucionó la agricultura argentina, ya no es suficiente para impulsar los rendimientos de la soja. Los especialistas coincidieron en que es urgente profundizar en el manejo del cultivo, con foco en nutrición, genética, rotaciones y sustentabilidad, para reducir brechas de productividad y mitigar el impacto ambiental. El panel, titulado “De una agricultura defensiva a una ofensiva”, fue moderado por Guillermo Alonso (Spraytec) y contó con las exposiciones de Daniel Miralles (FAUBA), Nahuel Reussi Calvo (UnMP) y Gabriel Espósito (UnRC). Suelos agotados y rendimientos estancados Guillermo Alonso abrió el debate marcando un diagnóstico crítico: “Hemos perdido el foco en rendimiento”. Según explicó, los suelos muestran una degradación física y química generalizada, mientras que los rendimientos permanecen estancados desde hace años. Entre las causas, señaló la falta de innovación en el tratamiento de semillas y el escaso trabajo en el desarrollo de sistemas radiculares. El especialista contrastó la situación local con la evolución de Brasil, donde el rendimiento promedio pasó de 28 a 34,5 quintales en menos de una década, acompañado de un crecimiento sostenido de la superficie sembrada y el uso estratégico de fertilización. “Separaron lo químico de lo biológico con resultados espectaculares”, destacó. Alonso también cuestionó el esquema de producción basado en alquileres anualizados, que representan el 75% de los contratos sobre un 65% de las tierras agrícolas. “Este modelo atrasa cualquier avance porque impide planificar a largo plazo”, advirtió. De la agricultura defensiva a la ofensiva Por su parte, Daniel Miralles remarcó la necesidad de pasar a una lógica de manejo más agresiva y planificada. “El período crítico de la soja es postfloración, entre R3 y R6. Allí debemos garantizar nutrición suficiente para la formación y llenado de granos”, explicó. El investigador de la FAUBA propuso ampliar la mirada sobre los periodos críticos, combinar manejo con genética y tener presente que el agua sigue siendo la principal limitante. “Hay un margen importante para mejorar rendimientos con decisiones de manejo, incluso en los ambientes más productivos”, aseguró. La mirada sustentable Nahuel Reussi Calvo puso el acento en el deterioro de la fertilidad de los suelos. “Hoy tenemos un balance negativo de 11 kg/ha de fósforo, lo que representa una limitación del 75%”, señaló. Y advirtió que la mayoría de los productores no realiza análisis de suelo antes de sembrar, lo que provoca pérdidas mayores a las inversiones necesarias para conocer la condición del lote. “Debemos apostar a un enfoque sistémico y secuencial de los cultivos. El suelo tiene vida y memoria, y debemos ayudarlo a construir mejores ambientes”, expresó. Estructura y nutrición Finalmente, Gabriel Expósito subrayó el rol de la estructura del suelo y de las rotaciones como factor clave para mejorar la infiltración de agua y potenciar la efectividad de la fertilización. En esa línea, defendió la necesidad de una estrategia balanceada que contemple fósforo, azufre, boro y zinc. “La mejor forma de achicar la brecha de rendimiento es reducir las deficiencias nutricionales. La fertilización balanceada es la que más impacta en el aprovechamiento del agua y en la estabilidad del cultivo”, concluyó.
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