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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/09/2025 08:39
Con solo dos sesiones semanales de veinte minutos, es posible alcanzar mejoras de fuerza y salud comparables a rutinas tradicionales más extensas (Imagen Ilustrativa Infobae) Dedicar largas horas al gimnasio ya no es la única manera de obtener resultados visibles y beneficios para la salud. El entrenamiento de fuerza, considerado uno de los pilares de la actividad física moderna, puede ser igual de eficaz con sesiones cortas y bien estructuradas. Esa es la afirmación del Dr. Milo Wolf, especialista en entrenamiento de fuerza y fundador de la aplicación MyoAdapt, quien en diálogo con The Independent detalló cómo es posible alcanzar mejoras significativas con rutinas de apenas 20 a 30 minutos, dos veces por semana. Wolf señaló que la falta de tiempo es uno de los principales obstáculos que enfrenta la población a la hora de realizar actividad física. Por ello, plantea una alternativa enfocada en la eficiencia y el aprovechamiento máximo de cada minuto de ejercicio. Según su enfoque, este tipo de entrenamiento no solo impulsa el desarrollo muscular, sino que también repercute en la prevención de enfermedades y en la mejora de la calidad de vida. Más que estética: beneficios médicos del entrenamiento de fuerza El especialista enfatizó que los efectos del entrenamiento de fuerza van mucho más allá de la apariencia física. Entre los principales beneficios, destaca el incremento de la fuerza funcional, el fortalecimiento de huesos y articulaciones, la optimización de la composición corporal y el refuerzo del sistema metabólico. El entrenamiento de fuerza es clave en la prevención de la pérdida de masa muscular relacionada con la edad (Crédito: Freepik) Los datos y estudios científicos respaldan que este tipo de práctica se asocia a una reducción en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y distintos tipos de cáncer. Además, resulta fundamental en la lucha contra la sarcopenia, un proceso de pérdida progresiva de masa muscular que afecta especialmente a los adultos mayores. El especialista destacó a The Independent que “el entrenamiento de fuerza reduce el riesgo de prácticamente todas las enfermedades imaginables”, resaltando su importancia en la reducción de riesgos sanitarios. Seis estrategias para optimizar el tiempo de entrenamiento El Dr. Wolf propuso seis herramientas clave que permiten lograr resultados notables sin necesidad de pasar largas horas entrenando: Dedicar pocos minutos a movilidad y activación prepara el cuerpo, reduce el riesgo de lesiones y asegura que cada ejercicio se realice con técnica y control adecuados (Crédito: Freepik) Entrenar cerca del fallo muscular: realizar las series hasta que la fatiga limite la repetición correcta, maximizando la eficacia de cada movimiento. Superseries antagónicas: ejecutar ejercicios de músculos opuestos de forma consecutiva, como bíceps y tríceps, lo que reduce el tiempo de descanso y mantiene la intensidad. Series descendentes: disminuir la carga progresivamente una vez alcanzado el fallo, lo que posibilita seguir estimulando fibras musculares sin extender la duración del entrenamiento. Selección inteligente de ejercicios: priorizar el uso de mancuernas y movimientos compuestos que involucren varios grupos musculares, favoreciendo el rendimiento global. Calentamiento breve y funcional: destinar no más de cinco minutos a ejercicios de movilidad y activación antes de la rutina principal. Frecuencia ajustada: optar por dos o tres entrenamientos semanales de cuerpo completo, suficientes para generar adaptaciones físicas significativas. Una rutina con solo dos entrenamientos semanales El plan planteado por Wolf se organiza en dos sesiones de fuerza de aproximadamente 20 minutos cada una, realizadas en días distintos y con al menos un día de descanso entre medio. Cada entrenamiento incluye cuatro ejercicios distribuidos en superseries, que combinan movimientos de empuje y tracción, junto con trabajo de tren inferior. Al involucrar el core para mantener la posición, el remo inclinado ayuda a corregir desequilibrios posturales y a consolidar la estabilidad central del cuerpo (Imagen Ilustrativa Infobae) Día uno 1A. Press plano con mancuernas: 3 series de 5 a 8 repeticiones. 1B. Remo inclinado con mancuernas: 3 series de 5 a 8 repeticiones. Descanso: 45 segundos tras completar ambos ejercicios . 2A. Sentadilla búlgara dividida con mancuernas: 3 series de 5 a 8 repeticiones por lado. 2B. Peso muerto rumano con mancuernas: 3 series de 5 a 8 repeticiones. Descanso: 120 segundos tras completar ambos ejercicios. Día dos 1A. Flexiones con declive deficitario: 3 series hasta el fallo. 1B. Remo al rostro con mancuernas en posición inclinada: 3 series de 5 a 8 repeticiones. Descanso: 45 segundos tras completar ambos ejercicios. 1C. Step-up con mancuernas: 3 series de 8 a 12 repeticiones. 1D. Peso muerto rumano a una pierna con mancuernas: 3 series de 8 a 12 repeticiones por lado. Descanso: 120 segundos tras completar ambos ejercicios. Los steps-up activa principalmente cuádriceps, isquiotibiales y glúteos, contribuyendo a un desarrollo muscular equilibrado y a la mejora de la fuerza funcional (Imagen Ilustrativa Infobae) Este esquema, según explicó el especialista en The Independent, permite trabajar los cuatro patrones de movimiento fundamentales: bisagra de cadera (peso muerto), sentadilla, press horizontal y tirón horizontal (remo). La combinación asegura un estímulo equilibrado sobre músculos grandes y pequeños, con énfasis en la técnica y la intensidad antes que en el volumen de repeticiones. El complemento de la actividad diaria El especialista recalcó que la eficacia del entrenamiento se potencia al combinarlo con un nivel adecuado de movimiento cotidiano. Para ello recomendó mantener una media de 8.000 a 12.000 pasos diarios, lo que contribuye a completar el espectro de beneficios del ejercicio físico. Complementar las sesiones con 8.000 a 12.000 pasos diarios maximiza los efectos positivos y refuerza la salud general (Imagen Ilustrativa Infobae) Esta estrategia, que mezcla entrenamientos de fuerza estructurados con hábitos de movilidad durante la jornada, permite obtener una amplia gama de efectos positivos sin la necesidad de planificaciones complejas ni rutinas extensas. Un enfoque sustentado en la evidencia científica Las recomendaciones del Dr. Wolf se apoyan en estudios que demuestran cómo los estímulos cortos e intensos pueden generar adaptaciones musculares y metabólicas comparables a las de entrenamientos prolongados. Su método prioriza la eficiencia, apelando a la consistencia y al diseño inteligente de cada rutina. De esta manera, el entrenamiento de fuerza se presenta como una herramienta accesible para distintos perfiles de población: desde personas con agendas apretadas hasta adultos mayores interesados en preservar su independencia física. En todos los casos, el énfasis está en la calidad de la ejecución por sobre la cantidad de tiempo invertido.
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