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Parana » AIM Digital
Fecha: 24/09/2025 02:07
El Parque Provincial Urugua-í, uno de los pulmones verdes más valiosos de Misiones, fue escenario de un operativo que expuso una vez más la amenaza que representa la caza furtiva. Guardaparques del área, en conjunto con personal del Parque Provincial Lago Urugua-í, realizaron un patrullaje de control que permitió sorprender a dos personas armadas y en posesión de un ejemplar de pecarí cazado ilegalmente. El procedimiento incluyó la incautación de armas de fuego y municiones, evidencia de que las prácticas de caza ilegal continúan afectando la fauna silvestre de la región. La presencia de un pecarí abatido refuerza la urgencia de intensificar los controles, ya que se trata de una especie clave en el equilibrio ecológico del monte misionero. Además del hallazgo de los cazadores, en la zona del paraje Cabureí se identificó un sendero utilizado para el ingreso clandestino al parque. Allí se localizaron estructuras como saleros y sobrados, empleadas por los cazadores para atraer animales. Estos elementos fueron destruidos con el fin de interrumpir futuras incursiones ilegales. Tras el operativo, los demorados y el armamento incautado fueron puestos a disposición de las autoridades policiales en Comandante Andresito. Este accionar permitió reforzar la protección de un área que alberga especies amenazadas, muchas de ellas en riesgo de extinción si persisten las actividades furtivas. Los delitos detrás de la caza furtiva La caza ilegal no es solo una falta contra la fauna, sino un delito que puede generar consecuencias penales y ambientales significativas. Quienes incurren en estas prácticas suelen enfrentar cargos por violación de la Ley de Conservación de la Fauna, que prohíbe la caza de especies silvestres sin autorización y sanciona con multas, inhabilitaciones y, en algunos casos, penas de prisión. El uso de armas sin registro ni autorización agrava la situación, ya que puede implicar cargos por tenencia y portación ilegal. En el caso del operativo en Urugua-í, el secuestro de una escopeta de fabricación casera y otra de calibre 20 abre la posibilidad de imputaciones adicionales, relacionadas con la fabricación y utilización de armamento no autorizado. También puede sumarse la figura de daño ambiental, dado que la caza furtiva no solo elimina individuos de una especie, sino que altera el equilibrio ecológico y compromete la biodiversidad. En áreas protegidas, como parques provinciales, el delito adquiere un carácter más grave al vulnerar territorios destinados a la conservación. Cazadores furtivos: una amenaza persistente para la selva misionera La selva paranaense, uno de los ecosistemas más biodiversos de Sudamérica, sufre de manera constante la presión de la caza furtiva. Animales como el pecarí, el tapir, el venado o incluso grandes felinos, son perseguidos por su carne, su piel o simplemente por deporte. Estas pérdidas debilitan las cadenas tróficas y reducen la capacidad de regeneración del bosque. El trabajo de los guardaparques y las fuerzas de seguridad resulta vital para contener esta problemática, pero también es necesario fortalecer la conciencia ciudadana. La participación comunitaria en la denuncia y la educación ambiental son herramientas fundamentales para proteger el patrimonio natural. Cada operativo exitoso representa un paso más en la defensa de la biodiversidad misionera. Sin embargo, mientras existan mercados ilegales y demanda de carne o trofeos de animales silvestres, la lucha contra la caza furtiva seguirá siendo un desafío central para la conservación. Fuente: Portal NoticiasAmbientales
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