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  • Nada pasa por casualidad: Newell’s cayó 3-0 ante Belgrano y agudizó la crisis

    » El Ciudadano

    Fecha: 23/09/2025 18:15

    Por José Odisio Fotos Juan José García Nada pasa por casualidad, si pasa es porque los buscamos. La frase que inmortalizó Gerardo Martino allá por 2013 es una buena explicación para reflejar el momento de Newell’s. El equipo de Fabbiani cayó 3-0 ante Belgrano en Córdoba, en un partido donde el local encontró todo tipo de facilidades. Y la permanencia del Ogro es insostenible, más allá de que en dos meses habrá una nueva dirigencia en el Parque que tendrá su propio entrenador. Un blooper del arquero Espínola para regalarle el gol a Metilli; un penal fallado por Benedetto ejecutado con displicencia; una expulsión tonta de Maroni; jugadores desganados o perdidos tácticamente; un entrenador que no parece tener respuestas. Los motivos sobran. Por eso, un partido que estaba parejo, incluso con leve dominio de la Lepra, en pocos minutos cambió bruscamente de rumbo y concluyó con una goleada con baile, algo parecido a lo sucedido hace pocos días con el mismo rival por Copa Argentina. Newell’s empezó a pagar con derrotas duras los errores que comenzaron en la pretemporada con el pésimo armado del plantel, responsabilidad de Fabbiani y la dirigencia. El ingreso de Juanchón García (con pinta de ex jugador) y Lisandro Montenegro, dos jugadores apartados al inicio del semestre por el DT, es otro manotazo de ahogado de Fabbiani a partir de no encontrarle la vuelta táctica a un equipo que está mal preparado físicamente, trajo refuerzos de baja valía y está destrozado desde lo anímico. Por eso, al primer soplido se cae cualquier intento de recuperación. Porque Newell’s no comenzó mal la noche en Córdoba. Corrigió con el ingreso de Mosquera y pasando a Montero de tres los problemas que le había provocado Belgrano por afuera en San Luis. Y el partido era parejo. Con una chance de Cocoliso -el que puso más ganas- y un penal no sancionado por mano por una posición adelantado previa que dejó dudas. Ese momento, en el minuto 37, fue el principio del fin. Fabbiani protestó sin parar lo que creía una injusticia, y los futbolistas también se desconcentraron. Y Espínola, por apurar una salida, le dio al rastró y le dejó la pelota en los pies a Metilli, que metió un tiro de emboquillada que el arquero en su retroceso no pudo contener, haciendo la jugada aún más ridícula. Belgrano le dio la chance de Newell’s de recuperarse. Le devolvió una salida errónea, Banega cortó y habilitó a Benedetto, que al eludir al arquero fue derribado en el área. Penal clarito que el propio delantero pidió patear. Todo fue muy raro. El árbitro Zamora dio dos veces la orden y el Pipa parecía hipnotizado, sin querer ejecutar. El árbitro lo advirtió y al tercer pitazo, el ex Boca le dio con displicencia a la manos de Cardozo. Inexplicable ejecución para un momento del partido que al menos obligaba a pegarle fuerte a la pelota. De ahí en más, las ganas de Cocoliso y Montero, la presencia de Mosquera y algo de los pibes fue lo único que presentó Newell’s en cancha. El resto pareció querer quedarse en el vestuario. El segundo gol del Pirata fue una reseña del desconcierto. Zelarayán y Metilli movieron la pelota a gusto y se aprovecharon de Chiaverano que apareció en posición de lateral; el centro atrás hizo pasar de largo a Lollo y el desordenado Reagiardo, y Uvita Fernández martilló la pelota para romper la red. Con el 2-0 Maroni se hizo expulsar para exponer aún más a Fabbiani, que insistió en darle la chance a un futbolista que después del Clásico pareció no querer jugar más. Fabbiani mandó a la cancha a Montenegro y Juanchón, hasta hace poco exiliados en Bella Vista; otra muestra de haber perdido el rumbo, mientras el pibe Gómez Mattar, la mayor promesa de la cantera observaba el partido desde el banco. Nada podía terminar bien. Belgrano sobró el partido. Cualquiera pateaba desde lejos para buscar su gol. Y lo consiguió el sobrino de Zelarayán, para dejar en claro que Newell’s permitía cualquier cosas. Y si no fuera por la seriedad de Mosquera y las ganas de Montero, la goleada pudo ser mayor. Otra derrota dura. Un ciclo que está terminado siga o no Fabbiani. Y siete fechas por delante que obligan a tomar resoluciones rápidas para no empeñar el futuro. Habrá que ver si Astore tiene temple para resolver este momento, o vuelve a equivocarse como en gran parte de su gestión.

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