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» La Capital
Fecha: 23/09/2025 14:34
La restricción del uso del celular dentro del aula es un gran desafío en el sistema educativo actual. Regular, limitar o prohibir son algunas de las opciones que barajan las instituciones a la hora de controlar algo que parecería imposible. Si bien desde el 2006 existe una ley que proscribe el uso de los teléfonos en las escuelas, el escenario es bastante más complejo y las autoridades hacen malabares para resolver la tensión entre un mundo cada vez más digital y la necesidad de disminuir el consumo de pantallas dentro del colegio. Lo cierto es que el uso del celular pareciera estar demasiado arraigado en la sociedad y disminuir el contacto con el dispositivo resulta un gran desafío. Desde una edad temprana los chicos empiezan a llevar su propio teléfono: entre cuarto y quinto grado aparecen los primeros alumnos con celulares. Depende, claro, de la situación familiar, la posibilidad económica y de si el chico se maneja solo o no. Pero además existe otro elemento para tener en cuenta: muchos padres prefieren que sus hijos tengan el celular encima para poder mantenerse comunicados con ellos de manera directa. Llamar a la escuela pareciera ser un paso innecesario y engorroso que puede solucionarse con un rápido Whatsapp. Sin embargo, en la escuela, la utilización del teléfono conlleva algunos conflictos y hace que los docentes y directivos tengan que tomar cartas en el asunto. El tema volvió a ocupar el centro del debate esta semana, después de que el ministro de Educación de la provincia, José Goity, anticipara que esta en estudio una circular que propondría prohibir el uso de los celulares en el nivel primario. Experiencias en las escuelas "Tratamos de que no traigan el celular, salvo para determinadas situaciones o en casos muy puntuales en el que el niño lo necesite para algo específico. Sucede que, si lo tienen, los chicos se van al baño, se sacan fotos, filman, lo suben a las redes y eso no lo podemos permitir. Muchas veces lo están usando en clase o molestando a los compañeros en lugar de hacer lo que tienen que hacer", sostiene Julieta María Campos, directora de la Escuela 1372, en diálogo con La Capital. En este sentido, el problema de las redes sociales y la exposición se une al de la falta atención y dispersión. Pero Campos también subraya otro elemento a tener en cuenta: el peligro de perder o romper el aparato. "Es un problema si lo llegan a perder o si se les rompe. Los chicos y los padres ya saben que nosotros no nos responsabilizamos ante la pérdida del celular. Es una norma de la institución que no lo traigan, pero si lo hacen y le pasa algo al aparato no nos responsabilizamos". A pesar de que la orden es que los chicos no lleven el teléfono a la escuela, puede haber excepciones. "A veces pedimos que lo traigan para la clase de plástica, así buscan determinadas obras. Pero, por ejemplo, el otro día el profesor de séptimo les pidió que lleven una calculadora, todos fueron con los celulares y los usaron, pero en la hora de lengua estaban todos con el teléfono haciendo cualquier otra cosa en vez de lo que tenían que hacer", relata. image (1).jpg La educación y la incorporación de la tecnología en el aula es uno de los temas más debatidos en el sistema educativo El problema del uso indebido de los celulares se repite en la Escuela Pedro Goyena. "Como herramienta pedagógica el teléfono es útil. Pero los chicos se meten en baño y sacan fotos o fotografían a sus compañeros sin permiso y lo suben a las redes. Muchas veces un compañero queda vulnerado por una mera travesura. Eso genera un conflicto importante", señala la directora de la institución, María Oliveira en conversación con este medio. "Cuando empiezan a manejarse solos aparecen los celulares. En la escuela hacemos que lo dejen en la dirección y usamos las computadoras que tenemos. Muchas veces es una cada cuatro alumnos o algunas notebook de Conectar Igualdad. Pero ahí también tenés que estar monitoreando el grupo de trabajo porque depende mucho del autocontrol del niño", afirma la docente. Lo cierto es que, como cuenta Oliveira, después de la pandemia del Covid-19 el uso de la tecnología en los más chicos quedó totalmente incorporada. "En la pandemia no nos quedó otra que comunicarnos con los chicos por el celular. En el 2022, cuando volvimos a la presencialidad plena, por una cuestión de seguridad la familia elige que sus hijos tengan un dispositivo en su mochila para seguir comunicados, estar tranquilos, en ese recorrido que hacen desde la casa a la escuela. Pero la escuela compró un celular para que los padres puedan comunicarse ahí". >>Leer más: Uso del celular en las escuelas: el ministerio reforzará la prohibición total en el primario Regular el uso del celular En la escuela Gurruchaga se busca no restringir totalmente sino regular el uso del dispositivo. "No coincidimos en la prohibición porque eso evita un desafío mayor que es el de interpretar el contexto actual. Los adultos debemos comprender la realidad que viven las infancias y la escuela debe enseñar sobre el uso de los dispositivos", sostiene la directora de la institución, Mariana Sánchez. "Nosotros decidimos que lo traigan a la escuela. Pero cuando ingresan al aula cada uno lo guarda como en una bolsita Ziploc, para que no se raye, y lo dejan. Sólo se saca cuando hay que usarlo pedagógicamente, por lo tanto, se utiliza cuando el docente lo dispone", cuenta Sánchez. A su vez, los recreos son sin teléfonos. El objetivo es que los chicos interactúen en ese momento de ocio y que jueguen con los dispositivos que también la institución les brinda como el metegol y el ping pong. Por supuesto que la medida de restringir el celular no fue recibida muy felizmente por los chicos pero, sin embargo, se adaptaron. "Estaban totalmente en desacuerdo. No querían dejar su teléfono en ningún lado. Pero fue como con todo: cuando uno muestra que las decisiones no son tomadas por una cuestión autoritaria sino para lograr algo colectivo y dar lugar a nuevos aprendizajes, lo aceptan. Llevó algunos días pero lo hicieron. Cuando las reglas son claras los chicos las captan rápidamente". Finalmente, si bien la mayoría de los padres estaban contentos con la decisión de la escuela de no utilizar los celulares, algunos solicitaron que les dejen usar los teléfonos para realizar compras virtuales con Mercado Pago. "Hablamos con los adultos para explicarles que según los términos y condiciones de Mercado Pago, las personas menores de 13 años no pueden tener cuenta propia, y, aun a partir de esa edad, la cuenta debe ser creada y supervisada por un adulto responsable. Y se entendió. A su vez, si se quieren comunicar con sus hijos la escuela tiene un teléfono celular disponible para que lo hagan". Desafíos para el futuro El uso del celular en las escuelas es una problemática que no está exenta de polémica. Su uso o su prohibición es un constante debate. "Estoy a favor del uso pedagógico del celular en el aula, no del uso del teléfono indiscriminado en la escuela. Esto quiere decir que si hay una tarea o una estrategia docente, que implica un juego o el uso de alguna aplicación, me parece muy oportuno. En estos tiempos en que adultos, jóvenes y niños, estamos con el celular en mano todo el tiempo, más que nunca hay que enseñar a usarlo", sostiene la doctora en Ciencias de la Educación, Carina Cabo. Cabo también señala aquello subrayado por las docentes: "Hay que tener en cuenta que quien envía a los chicos con celular a la escuela son los padres que quieren tener contacto todo el tiempo y preguntarles que están haciendo. En realidad, los chicos están seguros en la escuela y no necesitan un celular para hablar con ellos". "Ahora bien, creo que es fundamental que aprendan a pensar críticamente, que aprendan a manejar mapas digitales o escribir textos, usando la tecnología. Hoy más que nunca la inteligencia artificial es usada masivamente por los chicos para las tareas, pero los docentes carecen de conocimientos para llevarla al aula. Entonces, es absolutamente necesario una capacitación docente sobre el uso de las tecnologías en el aula, para que los chicos aprendan más y mejor", apunta. Finalmente, la profesional subraya la importancia de formarse en lo digital porque el día a día se ve atravesado por las tecnologías. "Cuando salimos a la ruta o vamos de un lugar a otro, no usamos mapa en papel sino el celular. Cuando queremos saber cómo se escribe una palabra, no usamos el diccionario en papel sino que vamos a la Rae".
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