22/09/2025 19:13
22/09/2025 19:12
22/09/2025 19:12
22/09/2025 19:12
22/09/2025 19:12
22/09/2025 19:12
22/09/2025 19:11
22/09/2025 19:10
22/09/2025 19:05
22/09/2025 19:05
» Corrienteshoy
Fecha: 22/09/2025 17:28
Cuando los miedos se disfrazan de defensa Por Tona Galvaliz Los miedos no desaparecen ocultándolos ni disfrazándolos de enojo o sarcasmo, se transforman cuando nos atrevemos a mirarlos de frente y lo gestionarnos. En la vida diaria todos llevamos puestas ciertas armaduras invisibles, a veces son sutiles, otras pesadas, pero siempre tienen la misma función: protegernos del miedo y del dolor emocional; estas armaduras son los mecanismos de defensa, estrategias psicológicas que se activan involuntariamente y, aunque alguna vez nos ayudaron a sobrevivir, muchas veces terminan complicando la convivencia familiar, social y laboral. Tal vez en algún momento todo esto nos dio una falsa sensación de control, pero con el tiempo descubrimos que lo único que hacen es distanciarnos de quienes amamos y de nosotros mismos. Detrás de cada mecanismo de defensa hay un miedo, y detrás de cada miedo, una necesidad de ser visto, amado y aceptado. Cuando aprendemos a reconocerlo, dejamos de defendernos y empezamos a vincularnos de verdad. Seis mecanismos típicos de defensa, no son enemigos: fueron estrategias que en algún momento nos protegieron 1.Negación Qué es: No querer ver una realidad dolorosa. Ejemplo: En familia, un padre que niega los problemas de consumo de un hijo; en lo laboral, un jefe que no admite un mal clima de trabajo. Tóxico porque: posterga soluciones y agrava conflictos. 2.Proyección. Qué es: Atribuir a otros lo que no toleramos en nosotros. Ejemplo: "Él es envidioso", cuando en realidad soy yo quien siente envidia. Tóxico porque: genera acusaciones, desconfianza y distancia en las relaciones. 3.Racionalización. Qué es: Justificar con excusas algo que en el fondo duele o incomoda. Ejemplo: "No me ascendieron porque no me interesa tener más responsabilidades". Tóxico porque: impide ver las verdaderas causas y limita el crecimiento. 4.Represión. Qué es: Guardar bajo la alfombra emociones que no queremos sentir. Ejemplo: ocultar tristeza y mostrarse siempre "fuerte" para no preocupar a la familia. Tóxico porque: el cuerpo termina hablando lo que la boca calla (somatizaciones). 5.Agresión/Desplazamiento. Qué es: Descargar la bronca con alguien que no es el verdadero causante. Ejemplo: discutir con la pareja por problemas acumulados en el trabajo. Tóxico porque: hiere vínculos cercanos y no resuelve la raíz del conflicto. 6.Ironía o sarcasmo. Qué es: Agredir disfrazado de broma. Ejemplo: "¡Qué genio sos, siempre tan puntual!" cuando en realidad hay enojo. Tóxico porque: mina la confianza y genera climas tensos. 6 miedos que están detrás: Muchos mecanismos se activan para tapar estos miedos: Miedo al rechazo, buscamos agradar, callamos lo que sentimos. Miedo al abandono, nos aferramos, controlamos, celamos. Miedo al fracaso, justificamos, minimizamos, culpamos a otros. Miedo a no ser suficiente, competimos, nos ponemos a la defensiva. Miedo al dolor emocional, evitamos hablar, negamos, reprimimos. Miedo a perder poder o control, usamos agresividad, manipulación o sarcasmo. Claves para transformar defensas en recursos sanos 1. Reconocer: ¿Qué me pasa cuando me siento inseguro? 2. Nombrar: ¿Qué emoción hay detrás de mi reacción? 3. Expresar: Hablar en primera persona: "Me duele cuando ". 4. Elegir: Responder en vez de reaccionar. 5. Practicar empatía: Escuchar lo que el otro también teme. ¿Cómo transitar, gestionar y regular esos miedos? Como terapeuta, lo recomendable no es eliminar los miedos, (porque son parte de la vida), sino aprender a dialogar con ellos, transitarlos y transformarlos en señales de crecimiento Herramientas simples pero poderosas 1-Tomar conciencia: Preguntarse ¿Qué me pasa realmente? ¿Qué miedo estoy evitando mirar? Ejemplo: En vez de decir "me molesta que me ignores", reconocer "me da miedo no ser importante para vos". 2-Respirar y regular el cuerpo: El miedo vive en el cuerpo: acelera la respiración, tensa músculos, genera palpitaciones. Técnica sencilla: inhalar profundo contando hasta 4, sostener 2, exhalar en 6. Repetir 3 veces. 3-Nombrar las emociones sin juzgar: "Siento miedo", "estoy inseguro", "me da bronca". Al nombrarlas, dejan de ser monstruos invisibles y se vuelven manejable 4-Usar la escritura como espejo: Recomiendo escribir en un cuaderno: "Hoy sentí miedo a y reaccioné con " Esto ayuda a reconocer patrones y darles un lugar consciente. 5-Hablar en primera persona: Sustituir acusaciones por declaraciones propias. En lugar de: "Vos siempre me ignorás", decir: "Yo me siento solo cuando no me respondés". 6-Cultivar redes de apoyo: Compartir lo que nos pasa con amigos, grupos, espacios de confianza. Los miedos se achican cuando no los transitamos en soledad 7-Buscar ayuda profesional cuando el miedo paraliza: Terapia, espacios de escucha o acompañamiento espiritual pueden abrir caminos más sanos que la negación o la agresión. Para cerrar, los miedos no desaparecen ocultándolos ni disfrazándolos de enojo o sarcasmo; se transforman cuando nos atrevemos a mirarlos de frente y lo gestionarnos, al hacerlo descubrimos que detrás del miedo siempre hay un deseo profundo de amar y ser amados. El verdadero crecimiento comienza cuando dejamos de defendernos para vincularnos saludablemente.
Ver noticia original