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  • La película que habla del deseo femenino a los 50 años: “Estamos hasta el coño de ‘maternar’, queremos ser mujeres, no madres”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/09/2025 12:57

    Eva es una mujer de 50 años, casada desde hace más de veinte y con dos hijos adolescentes. Durante un viaje de negocios en Roma, Eva se da cuenta de que quiere volver a enamorarse antes de que sea "demasiado tarde". Eva (Nora Navas) es una mujer que está a punto de cumplir 50 años, está casada (con Juan Diego Botto), tiene dos hijos y trabaja en una editorial. Todo parece en orden en su vida pero, sin embargo, algo falla. En un viaje de trabajo a Italia, conocerá a un argentino (Rodrigo de la Serna) y sentirá una chispa por dentro. Entre ellos no pasará nada (o sí, según se mire), pero Eva no volverá a casa de la misma manera en la que se fue. Y, de pronto, comenzará a aparecer en su mente una idea: le gustaría volver a enamorarse, sentir otra vez la emoción del deseo, de la pasión. Mi amiga Eva es la nueva película de Cesc Gay, responsable de títulos como la ‘multipremiada’ Truman o Sentimental (cuyo guion está siendo adaptado en numerosos países). El sello Cesc Gay El director catalán ha conseguido algo complicado, y es tener un sello propio en un terreno tan indefinido como la comedia dramática. Sus películas se diferencian a la perfección, hablan de problemas e inseguridades reconocibles, sus diálogos son un prodigio (en este caso están coescritos junto a Eduard Solà) y siempre es un placer asistir a sus coreografías actorales. Nora Navas en 'Mi amiga Eva'. (Filmax) “Mis películas siempre han sido difíciles de categorizar. Ya desde mi segundo trabajo, En la ciudad, me preguntaban, ¿pero a qué género pertenece? Creo que es una cuestión de equilibrio, al final en mi cine no me invento nada, la vida es así y me sale de forma natural”, cuenta Cesc Gay a Infobae España. El director reconoce que no esperaba que Sentimental fuera a ser adaptada a tantos idiomas y países, pero tiene una teoría. “Creo que al ser textos que proceden del teatro, son más fáciles, más claros a la hora de hacer una versión o un ‘remake’. Además, también son más baratas”, dice. Maduración a fuego lento Pero volvamos a Mi amiga Eva. ¿Qué fue lo más complicado a la hora de hacerla? “Creo que ha sido darle su tiempo. Porque siempre vamos siempre con ansiedad, rápido y mal. Los proyectos hay que madurarlos, dejarlos reposar. También tuve la suerte de preparar con Nora Navas el papel durante dos meses. En esta ocasión, me he permitido dudar, equivocarme, quitar y poner cosas”. En este caso, Cesc Gay se centra en una mujer, además, en una mujer madura a la que no le importa verbalizar que ya se encuentra en la menopausia. “Estaba un poco harto de los hombres. Empezaron a mi alrededor a surgir algunas ‘Evas’, amigas que querían reconstruir su vida sin nadie, aunque su matrimonio no fuera del todo mal y no tuvieran amantes. Así que quise entenderlas mejor”. Una gran Nora Navas Eva es Nora Navas, una actriz todoterreno que se atreve con absolutamente todo y que siempre logra interpretaciones cercanas que conectan de forma visceral con el espectador. Esta no es una excepción, pero la vemos en un registro diferente al dramático (era la protagonista, por ejemplo, de Pa negre o Todos queremos lo mejor para ella), más ligero, poniendo de manifiesto las torpezas cotidianas, dándoles un valor especial. “Con cincuenta y tantos años que tengo me cuesta verme tanto tiempo en la pantalla”, bromea la actriz, ya que lleva todo el peso de la película. “Pero Cesc siempre me conduce por caminos inesperados, te obliga a arriesgar. Y la dificultad en este personaje estaba en lo que comentabas, en el tono. Porque es una persona muy torpe que no tiene nada claro. Es valiente, pero al mismo tiempo es temerosa y eso la hace muy frágil y vulnerable”, cuenta Nora Navas. Nora Navas y Rodrigo de la Serna en 'Mi amiga Eva'. En realidad, lo que quiere Eva es recuperar la esperanza. A veces somos demasiado cobardes para dar un volantazo a nuestras vidas porque, en el fondo, todo lo que nos rodea resulta tremendamente acomodaticio. Nora Navas cree que, en ese sentido, hay una pandemia de hartazgo en las mujeres de mediana edad. “Estamos hasta el coño de maternar. Queremos ser mujeres, no madres. Creo que por fin se está poniendo encima de la mesa todo un curro que hemos hecho y la ‘perimenopausia’ te da una perspectiva diferente de las cosas. Llegas ahí y es el momento de escucharte, de volver a sentirte un poco”.

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