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Colon » El Entre Rios
Fecha: 20/09/2025 23:32
El ministro Caputo dio a entender el jueves por la noche, durante una entrevista en el canal de streaming Carajo, que usaría hasta el último dólar disponible en las reservas del Banco Central (BCRA) para defender el techo de la banda cambiaria, porque el ataque contra los activos argentinos nace de “un ataque como nunca hubo” de la política contra el Gobierno. Además, afirmó que trabaja desde hace meses para garantizar los próximos dos vencimientos de capital e interés de los bonos de la deuda externa. El mercado financiero relacionó esa frase con la inesperada y breve visita del Secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, en abril pasado. Imaginó que el Tesoro de los EE.UU. nos va a prestar dinero. El viernes, sin embargo, el precio de los bonos volvió a caer. En el mundo normal, los países que son percibidos como capaces de honrar sus deudas pocas veces las cancelan. Acceden al mercado de bonos para captar nuevos fondos con los que pagar sus vencimientos. Argentina no ha logrado, siquiera en los momentos de mayor confianza en su programa económico, que sus bonos sean percibidos tan confiables como para acceder a ese mecanismo de refinanciación. Que hoy los bonos hayan vuelto a transar en precios y rendimientos de estrés financiero aleja al país de la posibilidad de emitir deuda nueva. Por más loable que sea, el superávit fiscal, por sí solo, no alcanza para pagar porque genera pesos. La deuda externa se paga en dólares, que el Tesoro debería comprar en el mercado con los pesos del superávit. Si no pudiera comprar dólares, no podría pagar. Con o sin razón, este es el centro del problema. El mercado financiero piensa que ni el Tesoro ni el BCRA logran comprar reservas porque al nivel actual del tipo de cambio hay un exceso de demanda del sector privado: para importar, pagar deudas, viajar al exterior o ahorrar en dólares, como los argentinos siempre han hecho. El mercado cree que si el Tesoro y el BCRA demandaran dólares, el dólar tendría una cotización mayor. La cotización actual sólo se sostiene, piensa el mercado, porque el BCRA y el Tesoro venden, cuando deberían comprar para honrar la deuda externa. Si venden, no es raro que el precio de los bonos baje, ni es raro que aumente la demanda y se retraiga la oferta de dólares de los privados. Será difícil que, aunque el Tesoro de EE.UU. nos reponga los dólares vendidos con un préstamo, el mercado no crea que esa solución es temporal. Podrá provocar una reacción de los precios de bonos y acciones en el corto plazo, pero no solucionará el problema de fondo, como en su momento no lo hizo el swap con el Banco Popular de China, que no impidió el default y que sigue en el balance del BCRA como un problema no resuelto de 17.700 millones de dólares. El mercado cree que la única solución es volver a las ideas de la libertad, y dejar de subordinar la política económica a las necesidades de la campaña. No es claro que la confianza del mercado se vaya a recuperar aún si el oficialismo gana las elecciones. El superávit fiscal, la estabilidad monetaria, la baja de la inflación y la pobreza y la desregulación de la economía son pilares insustituibles para el desarrollo sostenible. Privilegiar necesidades de la política respecto de las de la economía es un capricho que podría minar la confianza de la sociedad en esos pilares. Fuente: El Entre Ríos
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