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» Elterritorio
Fecha: 20/09/2025 13:29
Hugo Ríos (50), una de las víctimas de José Ferreyra -quien intentó matar a toda su familia-, falleció el lunes por una neumonía. Paola, mujer del agresor, fue dada de alta sábado 20 de septiembre de 2025 | 6:00hs. Evelyn (13) y Mariano (21) fueron asesinados a machetazos en el cuello por su padre. Foto: Joaquín Galiano Luego de más de un mes del aberrante hecho que conmocionó no sólo a los vecinos del barrio San Lorenzo de Posadas, sino a la comunidad en general tras tomar conocimiento del doble homicidio y suicidio perpetrado el pasado 10 de agosto, en la última semana se conoció la triste noticia de que uno de los dos sobrevivientes falleció en el Hospital Madariaga. Se trata de Hugo Ríos (50), quien permanecía internado y en observación en el nosocomio local desde la mañana del lunes 11 de agosto por las graves heridas sufridas en su cuello, producto del ataque con un machete por parte de su cuñado José Ferreyra -quien además mató a sus hijos Evelyn (13) y Mariano (21), y dejó grave a su pareja Paola-. Según fuentes consultadas, el hombre de 50 años falleció el pasado lunes como consecuencia de una neumonía que contrajo a los pocos días de ser internado. Si bien, en un primer momento estuvo bajo tratamiento médico y sólo en observación sin riesgo de muerte, su estado de salud habría empeorado en las últimas semanas producto de la infección contraída. En tanto, con su muerte, la única sobreviviente del fatal y aberrante suceso en la vivienda del barrio San Lorenzo donde residía una familia de cinco personas, es Paola Vieira (44), madre de las primeras dos víctimas fatales y esposa del apuntado como autor de la masacre. En ese marco, las mismas fuentes confirmaron que la mujer ya fue dada de alta y se recupera favorablemente mientras continúa gestando un embarazo de ahora cuatro meses. La masacre Como reconstruyó este medio a partir de fuentes oficiales, el doble crimen, doble intento de homicidio y el suicidio fue registrado en la mañana del lunes 11 de agosto en una vivienda ubicada sobre las calles Cedro y 57 del barrio San Lorenzo de Posadas, a partir del llamado de una familiar que denunció que nadie atendía en la casa. Ante esta denuncia, los efectivos acudieron al lugar y, al ingresar al domicilio, hallaron a tres personas fallecidas y a dos con heridas graves. Las víctimas fatales eran un hombre identificado como José Ferreyra (47) -quien se encontraba pendiendo de un tirante del techo-, su hija de 13 años con una herida cortante en el cuello y su hijo de 21 años -con discapacidad- también con un corte en el cuello. Mientras que las personas heridas fueron una mujer de 44 años -pareja del presunto homicida- y un hombre de 50 años, quien padecía de discapacidad motora y era el cuñado del agresor. Los dos sobrevivientes, también con heridas cortantes en el cuello, fueron trasladados de inmediato al hospital local para ser atendidos. En tanto, por orden del Juzgado de Instrucción Seis, a cargo del magistrado Ricardo Balor -quien estuvo en la escena del crimen junto al fiscal René Casals-, los cuerpos de la adolescente de 13 años y el joven de 21 fueron trasladados a la morgue policial para las autopsias correspondientes. Mismo procedimiento fue dispuesto para el cuerpo del hombre de 47 años, principal sospechoso de cometer los ataques con machete. Descubrimiento “Llamé al 911 porque no podía ser que pasaron tantos días y ella -Paola- no se comunicaba conmigo”, expresó ante El Territorio Julia, hermana de José. Asimismo, recordó que durante el fin de semana previo al descubrimiento, le había pedido a un vecino prestado el celular para hacerle una llamada, “por si Paola había salido y estaba en un lugar sin internet”. Pero nada resultó y su cuñada seguía sin responder. “Como no contestaba, pensé en llamar al 911 y hacerme cargo para ver qué estaba pasando. Una patrulla se presentó rápido y les dije que estaba sospechando que algo no estaba bien. Quería saber si mi cuñada estaba ahí, si tomó una pastilla y se durmió, porque para mí no era normal. Todos los días me mandaba mensajes y ya hacía dos días que no me escribía”, señaló Julia. Continuando con su relato, la mujer contó que cuando la Policía entró a la casa se enteró de lo peor: “Dijeron que tenían una mala noticia para mí y me dijeron ‘su hermano está colgado’. Después cuando les avisé a mis otros hermanos y ya estábamos todos esperando, nos enteramos que había matado a los dos chicos también”, dijo la mujer con voz quebrada. Por último, Julia expresó cómo se sentía ante el cruel hecho que hizo perder a sus dos sobrinos y dejó en estado crítico a su cuñada, indicando que no hay justificación para lo que hizo su hermano. “No hay justificación para lo que él hizo, de ninguna forma, porque se hubiese matado él y no a los chicos, a una nena llena de vida. Es mucho y lo que hizo no tiene perdón de Dios, si él realmente hizo esto”, concluyó con angustia. Carta de despedida Todo parecía estar resuelto desde el primer día. La hipótesis de que José Ferreyra decidió matar a su familia para después quitarse la vida estaba clara con las primeras pericias que arrojaron pruebas inquebrantables. Pero algo que reforzó aún más la línea de investigación, fue una carta de despedida dentro de la vivienda y que llevaba la firma de Ferreyra. Según fuentes consultadas, el manuscrito auguraba lo que estaba por suceder en esa casa: “Perdón por lo que hago, los amo mucho”, rezaba el escrito que habría dejado Ferreyra antes del hecho. El último adiós Por otro lado, dos días después de la masacre, una multitud se congregó para despedir en el cementerio La Piedad los restos de Evelyn (13) y Mariano (21). Entre los seres queridos de las víctimas sólo pudieron expresar dolor e incertidumbre por el macabro hecho que conmovió a toda la comunidad misionera desde su descubrimiento Algunos pocos se animaron a indicar posibles motivos de tal masacre, pero la mayoría no encontraron respuestas y sólo atinaron a esperar que los sobrevivientes pudieran recuperarse de las lesiones sufridas en el cuello. “Paola está despierta, despertó el martes a la noche y hablamos un poco. Se enteró de esto y está muy mal, muy en shock, por eso se descompensó hoy”, manifestó en su momento Florencio Vieira, padre de los sobrevivientes y abuelo de las víctimas fatales, en diálogo con El Territorio. Asimismo, mencionó que para él los motivos detrás de lo ocurrido podrían estar ligados en la negativa de parte de Ferreyra de separarse e irse de la casa: “Ella (Paola) se quería separar y él no, y bueno. Para mí es por eso que hizo esto”, resumió. Al mismo tiempo, confirmó que su hija ya había iniciado los trámites de divorcio. Otras de las voces que expresaron su angustia fueron las de Pablo y Susana, un matrimonio amigo de la familia Ferreyra, quienes, aunque revelaron que conocían poco al capataz de construcción, el dolor pesa por igual y la necesidad de acompañar durante la inhumación los movilizó. “No podemos juzgar qué pasó ese día, no sabemos ni por qué lo hizo, es algo sobre lo que no tenemos respuestas”, dijo Susana. Mientras que Pablo describió que lo que pasó “es indescriptible. Algo inusitado”. Además, el entrevistado contó que cuando se enteró por los medios lo que había pasado “quise esperar a los peritos, a ver qué decían. Hoy decidimos estar acá y acompañar a los hermanos de Ferreyra”. Por último, la pareja coincidió en que no hay motivos claros que expliquen el por qué tomó esa aberrante decisión: “Él amaba a su familia, a sus hijos, vivía por ellos, realmente no entendemos ni vamos a saber qué fue lo que pasó”. “Sólo esperamos que ella (Paola) esté bien. Ahora queda acompañar a la familia como se pueda”, concluyó Pablo.
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