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» Diario Cordoba
Fecha: 19/09/2025 03:54
Hoy nos sentimos algo más huérfanos los amantes del séptimo arte y todos los necesitados de la sensibilidad y el talento. Cuando la semana discurría con sus luces y pesares, nos sobresaltó la luctuosa noticia del fallecimiento de Robert Redford en su rancho de Utah. Permítanme que, con su permiso, le dedique desde este rincón una breve glosa a lo que nos deja su figura y trayectoria. Sin duda, Robert Redford era de esos rostros que siempre han estado ahí y pareciesen eternos, cuya cinematográfica presencia ha acompañado nuestra trayectoria vital. Fue un gigante de la interpretación, un icono de su época y un modelo en el que muchos se miran. Un gigante en la interpretación, con películas que le proporcionaron notables éxitos junto a grandes actores, y dos Oscar de la Academia. Títulos desde ‘Descalzos en el parque’ con Jane Fonda del año 1967, ‘Dos hombres y un destino’ del año 1969 junto a Paul Newman, a ‘Memorias de Africa’ con Meryl Streep en el 85, pasando por ‘Jeremias Jonson’, ‘Tal como éramos’ con Barbara Streisand, ‘el Candidato’, ‘el Golpe’, ‘Todos los hombres del presidente’, o ‘Gente Corriente’ por la que ganó un Oscar en 1981 como mejor director, ya que no sólo se dedicó la interpretación. Pero mucho más allá de un galán de cine y buen actor que nos enternecía con la sensibilidad de sus interpretaciones y nos transmitía emociones que todos podemos compartir, eligiendo papeles de lucha y humanidad en la mayoría sus actuaciones; Redford con su vida discreta y su compromiso ha sido también un icono de una generación. Un hombre con los pies en la tierra, de origen humilde, que padeció la pérdida de dos hijos, que quiso vivir lejos de la fama para «no convertirme en un hombre objeto». Que creía en la perseverancia y en el trabajo bien hecho, aconsejando a los jóvenes: «No tomen el trabajo a la ligera y pasen de una cosa a otra sin detenerse». Jane Fonda al conocer su muerte señalaba ese carisma de representar a una América de los sueños y las libertades por la que seguir luchando, cuestionando el poder y defendiendo la verdad en sus obras. A pesar de sus éxitos y sus años, tuvo el mérito de no conformarse con el cine más comercial, y apoyó como productor el cine independiente, impulsando nuevos talentos creando el Sundance Institute para iluminar a otros. Entidad sin fines de lucro que se convirtió en un hito en la promoción de las artes, que años después transformó de un festival menor en lo que hoy es el Festival de Cine de Sundance en Park City, plataforma por la que pasaron grandes directores emergentes. Thierry Fremaux, director del Festival de Cannes, señala a Robert Redford como «el vaquero, el fugitivo, el candidato, el prisionero, Gatsby, el estafador, el estudiante, el playboy, el solitario, el criptógrafo, el soldado, el periodista, el campeón de rodeo, el amante, la estrella de béisbol, el marinero, el encantador de caballos… Más de 70 roles, nueve películas dirigidas, fundador del Sundance Film Festival. Redford fue más que una leyenda: fue un modelo». Amante de los caballos, un apasionado de la naturaleza que luchó contra la contaminación, un creador nato, lúcido e inquieto, y arriesgado en sus proyectos, que además quiso a Andalucía, donde vino de joven a pasar una temporada. Mientras el mundo del cine le rinde su homenaje unánime, su carisma, su elegancia, la huella de su obra y su talento quedarán para siempre como una leyenda que seguirá brillando en cada fotograma. Descanse en paz.
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