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  • Trabajaba en una escuela y decidió adoptar a una alumna con discapacidad

    » Data Chaco

    Fecha: 18/09/2025 19:31

    Maria Lucila Saredi, "Luchi", tiene 39 años, es de Bahía Blanca, psicopedagoga y acompañante terapéutica. En 2023, se topó con el desafío más grande de su vida: decidió adoptar a una alumna con una discapacidad, ya que la había conmovido en el preciso instante de conocerla en un establecimiento educativo de Villa Nocito. Sin embargo, la grandeza de "Luchi" se puso de manifiesto cuando, al plantearle la idea a su novio, él le confesó que no estaba preparado: "Nos dimos un abrazo y nos deseamos lo mejor", relató a labrujula24.com. Así, siguió adelante con su deseo y adoptó a la pequeña, con quien conforma una familia monomarental. Para "Luchi" fue una travesía inesperada que cambiaría por completo su visión del mundo, su corazón y sus objetivos. A través de su cuenta de Instagram y TikTok: @mamaluchiona, donde suele compartir "la parte linda" de su historia, logra inspirar a miles de personas a considerar la adopción de niños mayores, una tarea que, aunque para muchos es un desafío, para ella es una oportunidad de amor. "Si cierro los ojos, puedo recordar exactamente el momento en que la vi por primera vez. Ella caminaba por el pasillo del comedor, de la mano de la directora, cuando de repente me miró y me preguntó: "¿Vos sos mi seño?" Antes de que pudiera responder, me abrazó. Desde ese instante supe que quería cuidarla para siempre", reflexiona esta mamá orgullosa. "Nadie sabía qué tipo de discapacidad tenía, ya que se había extraviado su documentación", contó. Pero eso no fue un obstáculo para que comenzara a interesarse más por ella y a involucrarse inmediatamente. La conexión entre ambas fue instantánea. "Me pidió que la visitara en el hogar temporal donde vivía. Después de algunas reuniones y entrevistas con el personal de esa institución decidí convertirme en su referente afectivo", evoca. La psicopedagoga que adoptó a una niña con discapacidad. A partir de allí, organizaron salidas y paseos. Durante una de esas escapadas, la pequeña subió al auto y le soltó una frase que la dejó sin palabras: "Quiero que me adoptes". "Quedé impactada y se me llenó la cabeza de preguntas", señaló. Sin embargo, en ese mismo instante supo que no estaba frente a una situación temporal, sino ante un vínculo que la vida había puesto en su camino para siempre. Lo que siguió fue un proceso largo y emocional. Luchi comenzó el proceso de vinculación llevándola a su casa los fines de semana, haciéndose cargo de las terapias que necesitaba la niña, y acompañándola en su proceso de sanación emocional. Cuando finalmente llegó el día en que la pequeña se mudó con ella, ambas ya lo esperaban con ansias. "Ese día me pidió llamarme "mamá", y acepté felizmente", recuerda con emoción. Sin embargo, no todo fue fácil. Aunque el proceso judicial fue relativamente rápido (hoy tiene la guarda, algo previo a la adopción) la batalla contra la burocracia y el sistema de salud resultó ser otro desafío. La niña tenía un Certificado Único de Discapacidad (CUD), pero la obra social IOMA no cubría ni cubre ninguna de las terapias que necesita, como equinoterapia, fonoaudiología, psicología, psicopedagogía, ortopedia dental y acompañamiento terapéutico. Además, tuvo que someterla a una intervención quirúrgica, lo que aumentó considerablemente los gastos médicos. "Preocupada por encontrar una solución comencé a vender productos de cosmética para cubrir los gastos y pronto advertí que la gente no solo estaba interesada en los productos, sino en conocer más sobre mi historia como madre adoptiva", cuenta. EN LAS REDES Fue entonces cuando Luchi comenzó a compartir su día a día en redes sociales. A través de su cuenta @mamaluchiona, Luchi narra las alegrías y dificultades de la maternidad, así como los desafíos de criar a una niña con necesidades especiales. "Me encuentro con miles de mensajes que me llenan el corazón y muchísimas preguntas a las que intento responder como puedo. No tengo dominio de las redes, no soy influencer, incluso me enteré que con mil seguidores podía empezar a hacer vivos en TikTok y justo ayer hice el primero. Tengo que seguir organizándome en las redes", sostiene. Además de inspirar a través de sus redes, Saredi también busca concienciar sobre la adopción de niños mayores y la inclusión de personas con discapacidad. "En Argentina, gracias a Dios, no hay bebés en condiciones de adoptabilidad, pero hay muchos niños más grandes esperando una familia. Es importante que se sepa que estos niños también merecen una oportunidad de ser amados", reflexiona. A lo largo de este viaje, Luchi ha enfrentado dificultades, como la falta de recursos médicos adecuados y la pérdida de su trabajo durante el proceso de adopción. "Me tomé licencia cuando llegó mi hija a casa y ya no pude volver", relata. "Si me preguntan, hubiese preferido que ella no tuviera que pasar por todo lo que pasó para ser mi hija, pero la vida nos encontró, y voy a hacer todo lo posible por sanar lo que otros rompieron de la mejor manera que me salga", señala con firmeza. Notas Relacionadas

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