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Concepcion del Uruguay » Uruguayenses.com
Fecha: 18/09/2025 07:48
Compartir en: En la madrugada del domingo, el recientemente habilitado aeropuerto “Comodoro Pierrestegui” de Concordia fue el centro neurálgico de un operativo de ablación de órganos, posible gracias al gesto conmovedor de la familia del suboficial César Benítez, un policía de 38 años que perdió la vida en circunstancias que aún se investigan. Según información preliminar, tres aeronaves aterrizaron en la terminal aérea entrerriana, transportando equipos médicos especializados provenientes de Córdoba y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La acción fue coordinada por el INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante), junto al CUCAIER (Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de Entre Ríos), dependiente del Ministerio de Salud provincial, que tuvo a su cargo la ablación de córneas. El operativo comenzó cerca de las 2 de la madrugada, cuando los profesionales fueron trasladados desde el aeropuerto hasta el hospital “Delicia Concepción Masvernat”, donde se realizaron los procedimientos. Hacia las 5, comenzaron los regresos, y para las 7 de la mañana, la última aeronave había despegado, completando así una operación delicada y cargada de humanidad. La policía de Concordia, a cargo del comisario José María Rosatelli, montó un dispositivo de seguridad para acompañar los traslados y garantizar el normal desarrollo de toda la logística sanitaria. Detrás del despliegue técnico y profesional, la historia tiene un trasfondo profundamente humano. La ablación fue posible gracias a la decisión de los familiares del suboficial César Benítez, quien falleció en el hospital de Concordia tras ser herido de un disparo el sábado, en una estancia rural ubicada cerca del arroyo Feliciano. Benítez, integrante de la Brigada de Abigeato de Feliciano, se encontraba en la zona en el marco de una actividad que aún es materia de investigación. Una versión indica que se trataba de un procedimiento policial, mientras que otra señala que el suboficial habría estado cazando junto a un compañero cuando el rifle calibre 22 cayó al suelo y se disparó accidentalmente. Pese al dolor y la conmoción por la pérdida, la familia tomó la valiente decisión de autorizar la donación de sus órganos, un gesto que permitirá salvar o mejorar la vida de varias personas.
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