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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/09/2025 06:44
El dramaturgo Mariano Tenconi Blanco estrena 'Madre Ficción', una obra autobiográfica que une Argentina y Uruguay El prolífico dramaturgo y director Mariano Tenconi Blanco vuelve con una nueva creación y estrena este jueves 18 de septiembre en el Teatro Metropolitan Madre Ficción, una obra que, como en su propia historia, traza un puente entre Argentina y Uruguay. Madre Ficción, que tiene nuevamente en un rol protagónico a Valeria Lois –que es miembro, también, de la Compañía Futuro–, es, tal vez, su obra más autobiográfica. Esta pieza, que junto con Lois protagonizan Diego Velázquez, Camila Peralta y Marcos Ferrante, se presenta, además, como un “homenaje a las madres y la literatura del Río de la Plata”. Como en otras oportunidades, la obra cuenta con los músicos Ian Shifres y Gonzalo Pérez Terranova en escena. El eje de la trama es la invitación de un dramaturgo argentino a escribir una pieza para la Comedia Nacional de Montevideo, y tras la propia exigencia al tener como mira talentos como Onetti y Florencio Sánchez, se enfrentará a un bloqueo creativo. Sin embargo, tal vez no se trate de un problema de creatividad sino más bien, de la pregunta acerca de la propia historia. Antes del estreno, Infobae Cultura conversó con Mariano Tenconi Blanco acerca de su nueva producción, del papel central que tienen las mujeres en sus obras, de la motivación para escoger el tema, y cómo éste funciona como una suerte de prehistoria de toda su obra. Además, Valeria Lois, quien encarna a la madre del protagonista, señala su fascinación por actuar la maternidad, así como escuchar esos relatos que las tienen como foco. La pieza, protagonizada por Valeria Lois, Diego Velázquez, Camila Peralta y Marcos Ferrante, rinde homenaje a las madres y a la literatura del Río de la Plata —Madre Ficción la presentás como una obra autobiográfica. ¿Por qué decidíste emprender este camino hacia algo más autobiográfico? —En el año 2024, recibí un encargo de la Comedia Nacional de Montevideo, que era para escribir y dirigir una obra para la Comedia Nacional de Montevideo. Y como mi madre es uruguaya y mi abuela es uruguaya, sentí que tenía que ser honesto con mi propia historia. Que ese proyecto no podía ser simplemente un proyecto de escritura como los que he hecho para Barcelona o para Chile. Sentí que había algo de lo autobiográfico que tenía que estar puesto de un modo más explícito. Yo creo que en mis obras anteriores hay cuestiones que tienen que ver con la propia biografía, pero quizás de una manera escondida, porque son personajes femeninos en otros tiempos. Entonces, el vínculo que puede tener eso con mi historia o con mi historia familiar está más corrido. En este caso sentí que ese vínculo tenía que estar de manifiesto. La obra es una ficción que tiene muchos puntos de autobiográfico, porque la obra es un director al que en el año 1994 le encargan escribir y dirigir una obra para la Comedia Nacional de Montevideo y su madre y su abuela son uruguayas. Esos puntos y algunos otros más los comparto con Butti, el protagonista de la obra. —Generalmente en tus obras se pone el foco en las protagonistas mujeres. ¿Hay una intención? —Sí, en mis obras, hay una mayoría de personajes femeninos, y el porqué está bastante vinculado, también, a algo de la historia que se cuenta en esta obra. Yo fui criado por mi padre y mi madre y mi abuela, mi madre y mi abuela uruguayas. Pero, sobre todo, en casa estaban mayormente mi madre y mi abuela. Además, fui a un colegio de varones durante toda la primaria y toda la secundaria –si bien no soy tan grande de edad, era un colegio un poco anticuado y siguió siendo solo de varones–. Entonces, para mí lo masculino siempre tenía que ver con una realidad un tanto hostil, en virtud de la competencia, de la competencia física: de quién corre más rápido; quién mete más goles. Y cuando éramos adolescentes ya, de quién besaba más chicas. Todo ese mundo masculino un tanto hostil siempre me generó un poco de aversión. Entonces, presumo que el gesto, a la hora de escribir, siempre fue ir a ese lugar originario en donde yo era feliz, que era con mi mamá y con mi abuela. Presumo que tiene que ver con eso, y ese es un poco el tema de la obra, porque, como te decía, en este caso es un autor que realiza su historia y la de su madre, su abuela y su vínculo con ellas. Por eso creo también, si bien es mi obra número trece o catorce, que tiene algo de génesis. Al ser una ficción autobiográfica, hay algo de la historia personal que atraviesa toda la obra. La obra explora el bloqueo creativo y el vínculo personal del autor con su madre y su abuela uruguayas —Madre Ficción habla, además, de un bloqueo creativo. ¿Te sucedió? —La obra, más que de bloqueo creativo, habla de estos escritores que escriben-que no escriben, digamos. Un poco a la manera de La novela luminosa, de Mario Levrero, que es como la gran referencia, y la gran obra con la que dialoga Madre ficción. Para mí es una de las mejores novelas de la historia de la literatura uruguaya, sin ninguna duda. Lo que sucede en La novela luminosa es algo de ese orden: un escritor que presenta un proyecto a la beca Guggenheim para escribir una novela luminosa, gana esa beca y, en lugar de escribir la novela luminosa –un proyecto que estaba recién iniciado–, escribe en un diario todo lo que hace mientras no escribe. Pero al mismo tiempo, lo que hace es que no deja de escribir nunca. Nunca para de escribir. Por eso que ese prólogo a la novela luminosa son más de trescientas páginas. Y un poco lo que sucede con el protagonista de esta obra es algo similar. Hay un diario en el cual él escribe todo lo que hace mientras no escribe la obra que debería escribir. Y respecto a si me pasa... No, en general, no. Escribo mucho y de más. Después el problema es sacarlo y perder cosas que me gustaron mucho escribir. Porque las obras no pueden durar tanto (ríe). Más que nada tengo otro problema, que me gusta mucho escribir, y cuando me entusiasmo con los proyectos, escribo de más. Después trato de ordenarlo en una versión que se parezca a lo que vamos a mostrar en la realidad. Creo que tengo el problema del escritor que no puede parar de escribir. 'Madre Ficción' destaca la centralidad de los personajes femeninos y la cultura rioplatense en la dramaturgia de Tenconi Blanco —Más allá de que, efectivamente, tu madre y tu abuela son uruguayas, ¿había una búsqueda un poco más general en relación con la cultura rioplatense? —Obviamente el punto de partida es la historia personal, pero después lo que hay es una obra de teatro, y lo que hay es ficción. Entonces, tanto el vínculo de una persona con su madre y con su abuela, como de la cultura argentina con la uruguaya –o esto que se llama “la cultura Río de la Plata”–, que es una cultura común que tenemos las dos ciudades, tanto Buenos Aires como Montevideo, y compartimos muchos escritores. Ambas cosas están vistas desde una mirada global, en la cual esta historia es una historia más. Pero como pasa con todas las obras de teatro, las novelas o las películas sobre madres –a mí me gusta mucho el género–, son muy conmovedoras, porque parece que uno puede hablar sobre ese vínculo del que siempre es muy difícil hablar, que es el vínculo de uno con la propia madre. Ambas cosas, la relación con la madre y la mirada sobre la cultura de Río de la Plata están vistas desde una mirada que trasciende la propia historia individual. La maternidad y la cultura compartida entre Buenos Aires y Montevideo atraviesan toda la propuesta teatral —Es una suerte de entramado entre esos dos focos... —En el caso de la cultura de Río de la Plata, aparecen un montón de referencias que están ahí sembradas. Tenemos la suerte de tener un grupo de personas que siempre viene a ver nuestras obras y que las ven muchísimas veces y con el que compartimos muchos gustos... Va a aparecer La novela luminosa como una referencia fantasmática, pero aparecen nombrados Idea Vilariño, Delmira Agustini, Onetti, Marosa di Giorgio, Florencio Sánchez, Felisberto Hernández, un montón de escritores y escritoras de Uruguay que nos gustan muchísimo. La literatura de Río de la Plata está muy a la vista, porque también compartimos una cultura común. Relatos, emociones y anécdotas Valeria Lois resalta la exigencia y el disfrute de actuar bajo la dirección de Tenconi Blanco —¿Qué significa o implica, para vos, volver a actuar bajo la dirección de Mariano Tenconi Blanco? —Valeria Lois: No siento tanto que sea un “volver a trabajar”, sino, más bien, un “continuar trabajando”. Primero, porque La vida extraordinaria sigue siendo, sigue estando, y seguimos trabajando sobre ella. Y segundo, porque Viento blanco, la obra que yo dirijo, es parte de la Compañía Futuro, la compañía que conforman Mariano, con Ian [Shifres] y con Caro [Carolina Castro]. Entonces, hay todo el tiempo una relación, un diálogo, pensar las cosas, hablar sobre las cosas, sobre actuación, sobre producciones, sobre el teatro... —¿Qué es lo que más destacarías del proceso creativo bajo su dirección? —Destaco cómo una obra muy grande, con un texto muy enorme –que uno cuando lo lee dice: “¿Cómo vamos a hacer para actuarlo, para desplegar todo esto, para actuarlo?”–, de repente, esté llegando a su conclusión y se esté pudiendo definir y pueda ser visto. En ese sentido, me vuelve a pasar un poco lo mismo que con La vida extraordinaria, que uno duda de que vaya a poder concretarse semejante texto, y ahora mismo estoy comprobando que está sucediendo. Ya vengo repitiendo estas cosas, pero Mariano hace unas obras que son muy cómodas y gratas de actuar, por el texto, por las situaciones, por lo que propone. Pero, también, [son] gigantescas. Muy exigentes para él y para todos los que tenemos que poner el cuerpo. Lo digo en el buen sentido. —¿Qué significa para vos encarnar a esta madre en la obra? —Es una madre como idealizada por el autor y por el protagonista. Entonces, hay algo que tiene más que ver con una actuación de Pixar, en el sentido de los desbordes, del dislate, de que una cosa quizás no tenga que ver tanto con la anterior (ríe). Mucho cambio de carácter y de formas, que me divierte mucho. Lejos de ser una imitación o buscar componer un personaje de una señora más grande que yo, es, más bien, un torbellino de todas las madres que todos tenemos adentro. En mi caso, la mía y la que soy, y la de todos mis amigos y conocidos. A mí me fascina el rol de madre, siempre, tanto para actuarlo como para escuchar en la vida anécdotas de madres. Me parece que las madres son un sinfín de anécdotas y situaciones para todos. Anécdotas por decir algo (ríe). Por no decir traumas. Todo esto es con una sonrisa, ¿no? Porque después uno lee y siente que alguien dijo esto muy en serio. Yo diría que esa madre es como una especie de torbellino pasteado (ríe). *Madre Ficción se estrena el jueves 18 de septiembre a las 19:30, y tendrá funciones el viernes 19 de septiembre a las 19, y el jueves 25 de septiembre y jueves de octubre, a las 22 en el Teatro Metropolitan, (Avenida Corrientes 1343, C. A. B. A.) [Fotos: Sebastián Freire, gentileza prensa Madre ficción]
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