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  • ¿Vuelve “La gota fría”? – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 16/09/2025 05:29

    Por Guido Encina* Moralito, moralito se creía Que él a mí, que él a mí me iba a ganar Y cuándo me oyó tocar Le cayó la gota fría Y cuándo me oyó tocar Le cayó la gota fría Más que trillada, la frase “lo viejo funciona, Juan” va camino a ser errante si se intensifica la concepción “volver al pasado”. Vaya problema tienen los funcionarios y dirigentes renovadores que no tienen intenciones de decodificar la grieta por el que transita la liquidez pragmática de un oficialismo que opera con distintas pieles. “Hay que volver al misionerismo”, “el blend es el futuro”, “el refresh y lo neo perdieron espacio”, “volvamos al origen” y tantas otras frases, que hacen referencia a la campaña legislativa de octubre, recorren por los pasillos, despachos, cafés y bares en los que sus comentaristas capean análisis de coyuntura política local. El “blend” fue la pata que le faltaba a la mesa renovadora. Por primera vez, el Frente Renovador de la Concordia se presentaba como NEO y bajo esa insignia sublemas en toda la provincia que contaron con representantes liberatarios, liberales, leones de Milei, leonas de Villarruel, pero ni una boleta “Karinista” (que hubiera sacado un total de… sí, 3%. Perdón, me tenté). Los resultados quedaron a la vista, y si bien el oficialismo ganó, no fue un buen resultado para el debut de esta nueva era. Las representaciones ancladas en la modalidad libertaria no fueron exitosas. Posadas fue el ejemplo, pero también el malestar de una vieja camada renovadora, que por lo bajo no aprobaba la estrategia electoral del oficialismo. Sin entrar con nombres propios, la realidad indica que ese nuevo esquema blend no prendió para el electorado, y mucho menos en la dirigencia nostálgica que extraña actos, choris y el abrazo “con la compañerada”. Ahora, también hubo sublemas peronistas que tampoco fueron exitosos. Quizás con mayor territorialidad y los viejos modos de una militancia que se va en fade, dejó algo de la mística de esa estructura política, en su momento novedosa, el Frente Renovador de la Concordia Social. Silbando bajo, y después de los resultados de junio habrían enrollado sus banderas (¿) algunos renovadores entendieron que su tiempo en la política estaba en el ocaso. Por el medio, los pragmáticos y menos ideológicos también padecieron la circunstancia plena de un contexto hostil para hacer política. Se les dificultó hacer campaña con lo poco que tenían para mostrar y proponer. “No hay plata”, sentenciaron desde distintos escritorios y dejaron a los suyos a la suerte de un electorado ávido de respuestas concretas. Casi paralizados, muchos dirigentes y funcionaros que circularon por distintas localidades se encontraron con un panorama hostil para ese 8 de junio del 2025. “Está cambiando el cariz”, me dijo exultante un ex congresista peronista. Recuerdo sus expresiones porque, atado al contexto, tenía impacto político. En aquel momento, finalizando el año 2017, la Renovación empezaba a mandar mensajes al gobierno de Cambiemos con algo más de confrontación que de “gobernabilidad”. Efectivamente, estaba cambiando el cariz, el tono o el tinte. El oficialismo provincial estaba tomando otro color y dándole otra impronta a su acción política para lo que vendría dos años después, aunque sus diputados no hayan acompañado al presidente del Frente de Todos. (Qué momento el de Nito Pitana pidiendo que corten la boleta del FdT “con machete, serrucho, motosierra”). Llegó el momento de las elecciones nacionales de este año y actual candidato a Diputado Nacional, empuñado de las decisiones de la primera plana, movió el avispero renovador. Los que estaban alejados, se empezaron a acercar, los libertarios a moderar su discurso, los centristas a prestar atención y los funcionarios con más responsabilidades, a moverse. El objetivo es claro, el oficialismo provincial no quiere perder estas elecciones con LLA. Necesita ganar, y por bastante, según expresan confiados algunos dirigentes optimistas. El panorama se presenta apremiante para la renovación que busca convocar a todos y polarizar con el gobierno de los hermanos Milei, salpicados por casos de presunta corrupción y por una economía que maltrata a muchos misioneros. Además, los resultados de Buenos Aires surtirán efecto en el electorado que empieza a mirar de otra manera a los libertarios, que aparentan cada vez ser más casta. Falta algo más de un mes y la plana mayor del frente Renovador está alineada y activa. Queda por esperar si es que volverán los actos multitudinarios, las agrupaciones, la música, el baile, y el humo de los choris matizando la imagen del escenario con discursos dirigidos al gobierno nacional. Pero, sobre todo, lo que falta saber es si volverá a sonar “la gota fría” de Carlos Vives. Paradoja 1: Cuántos de los neos, blend y renovadores de circunstancia entenderán la implicancia de “la gota fría” en el oficialismo. Paradoja 2: Los impulsores de la renovación “chillout” seguramente se preguntarán cuál será su rol si, efectivamente, “lo viejo funciona”. Paradoja 3: Por qué es de referencia para la renovación un vallenato colombiano en el que se menciona un duelo de acordeonistas.

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