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» Comercio y Justicia
Fecha: 15/09/2025 13:48
El Presidente presenta hoy el proyecto de gastos e ingresos. En tanto, el Parlamento buscará revertir los últimos vetos a leyes como el financiamiento universitario, la emergencia pediátrica y el reparto de ATN. En paralelo, el Gobierno seguirá con atención la presión sobre el dólar que el viernes cerró con un valor muy cercano a la banda superior. Mientras, define la estrategia para sumar más gobernadores a la mesa de diálogo. Llaryora aún no fue convocado El presidente Javier Milei afrontará otra semana clave con varios frentes que podrían complicar aún más la situación política y económica por la que atraviesa su gestión, más aún luego de la dura derrota electoral que sufrió La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Después de ese traspié, el Gobierno redobló la apuesta ante el Congreso con una batería de vetos a la emergencia pediátrica, el financiamiento universitario y el reparto de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN), esta última ley impulsada por los 24 gobernadores. Además, ratificó el programa económico con el dólar rozando el techo de la banda y el riesgo país por encima de mil puntos. El cronograma se inicia hoy a las 21, cuando se emita un mensaje grabado por Milei por cadena nacional, para presentar el proyecto de Presupuesto 2026. En ese contexto, ensayará una férrea defensa de la muralla fiscal en medio de las derrotas que sufre el Gobierno nacional en el Congreso por el manejo del gasto público tras el rechazo al veto a la emergencia en discapacidad y la insistencia, el miércoles en Diputados, de la emergencia pediátrica en el orden nacional y la Ley de Financiamiento Universitario. Vínculo con los gobernadores Con un esquema de tomas de decisiones delegado en Karina Milei, hoy asumirá Lisandro Catalán como ministro del Interior. Un funcionario sin manejo de recursos, que estaba subordinado a Guillermo Francos y que se volcó al karinismo en medio de la furibunda interna que el sector de la hermana presidencial lleva adelante con Santiago Caputo. El nuevo ministro ya debutó la semana pasada participando de la primera reunión de la mesa política federal, con un grupo de cuatro gobernadores, todos cercanos a la administración libertaria. En tanto, ese mismo día, fue oficializado el veto de Milei a la ley de distribución de los fondos de los ATN en abierta provocación a los mandatarios provinciales, parte de los cuales el viernes se reunieron en Río Cuarto para exhibir una demostración de poder territorial en contraste con la escuálida convocatoria de gobernadores que había hecho un día antes el flamante ministro del interior en Casa Rosada. La reunión en Río Cuarto que fue encabezada por Martín Llaryora, convocó a los mandatarios que conforman la alianza Provincias Unidas que competirá en las próximas elecciones de octubre próximo. Promesas En un contexto adverso, Catalán buscará tentar a los gobernadores con algún recurso, por ejemplo créditos a tasas blandas para asistir a las provincias. Llaryora ya anticipó que, de ser citado, exigirá el traspaso urgente a la Provincia de la traza de la autopista de la ruta 19, cuyos tramos pendientes ya fueron preadjudicados a tres empresas para su conclusión. Frente económico Por si esa situación no fuera comprometida, el Gobierno enfrenta problemas en la macro, particularmente en el mercado cambiario, tasas elevadas y la actividad económica que no repunta. La economía no muestra signos de recuperación desde abril, la baja en el consumo y la producción ya se trasladaron al empleo. Según datos oficiales, junio pasado fue el mes con más despidos en los últimos nueve años. El deterioro pareciera no encontrar piso: la Unión Industrial Argentina ya adelantó que la situación se agravó en julio y los bancos alertan por los cheques rechazados. El dólar, a tiro del techo de la banda, amenaza con dar un nuevo golpe al poder adquisitivo. Desde abril que la economía no muestra un repunte contra el mes anterior. Y, en ese caso, lo había hecho contra un marzo muy malo, que bajo la expectativa de una modificación en el régimen cambiario se había deteriorado 1,8% en comparación con febrero. A finales del año, el Gobierno festejará un crecimiento en la actividad, tal vez ronde tres por ciento, pero lo cierto es que no será más que un efecto del arrastre estadístico. En la práctica, las ventas, la producción y el acceso al crédito se encuentran paralizados. Los agentes de la economía real lo saben. En los últimos días, hubo reclamos de parte de la Cámara Argentina de la Construcción, de la Federación de Industrias de Santa Fe, de la Fundación Mediterránea y hasta aparecen cuestionamientos, aún por lo bajo, de parte del sector financiero. La semana pasada comenzaron los ruidos en las cadenas de pagos. Sobre todo en aquellos sectores que tienen cadenas más largas. El empleo tampoco demuestra una reacción positiva. Según los datos oficiales que difundió la Secretaría de Trabajo en la última semana, la incidencia de los despidos aumentó en junio con respecto al mes anterior, también subió en términos interanuales y alcanzó su punto más alto en los últimos nueve años. En cuanto al frente cambiario, el dólar se acerca al techo de la banda y amenaza con licuar, una vez más, el poder adquisitivo de los salarios. El viernes aparecieron órdenes de venta de unos US$300 millones en la órbita de los $1.472. En el mercado especulan con que fue el Banco Central de la República Argentina (BCRA) que, a más de un mes de las elecciones legislativas de octubre, ya precalienta para la intervención, que implica deshacerse de reservas en su mayoría “alquiladas” al Fondo Monetario Internacional (FMI). El tobogán descendente de la actividad y el empleo pone en cuestión no sólo el desempeño del oficialismo de cara octubre, sino también la tesis de que el ajuste cuenta con un amplio apoyo popular. Algo que el FMI utilizaba como argumento para seguir aumentando la exposición al riesgo argentino. La dura derrota en la provincia de Buenos Aires es una primera señal de alarma.
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